El mito del crecimiento

Sobra propaganda, autocomplacencia, manejo de grandes cifras que nada significan en la vida diaria de los ciudadanos. Faltan proyectos, ganas de cambiar el signo econ¨®mico de Andaluc¨ªa, brilla por su ausencia una pol¨ªtica social digna de tal nombre. Los presupuestos de la Junta para el pr¨®ximo a?o ensalzan el crecimiento econ¨®mico de este ¨²ltimo ciclo, bajo el proyecto de la modernizaci¨®n. Tras estas grandes palabras se oculta que sectores como la industria o la pesca est¨¢n en franco retroceso, que la agricultura es sumamente incierta y que la gran aportaci¨®n al PIB de Andaluc¨ªa es la construcci¨®n, que, s¨®lo en los seis primeros meses del a?o, experiment¨® un crecimiento del 24% sobre crecimientos anteriores igualmente vertiginosos. En suma, un modelo de desarrollo que consume con avidez recursos naturales, crea empleo de elevada inseguridad en todos los aspectos y lejos de servir al inter¨¦s p¨²blico encarece bienes y servicios tan centrales como la vivienda.

Una vez m¨¢s el mito del crecimiento se convierte en el eje central de todas las pol¨ªticas, olvidando que un crecimiento sin sostenibilidad, sin reparto y con graves desequilibrios sociales, no s¨®lo no es la soluci¨®n sino parte del problema.

El segundo mito presupuestario son las pol¨ªticas sociales. Evidentemente el gasto en educaci¨®n y en salud consume la mayor parte del dinero p¨²blico, pero esto ocurre bajo gobiernos del m¨¢s diferente signo. El diferencial entre derecha e izquierda es la pol¨ªtica econ¨®mica que crea problemas o soluciones (precariedad o seguridad, integraci¨®n o desagregaci¨®n, reparto de la renta o acumulaci¨®n) y el gasto social en el que Espa?a y Andaluc¨ªa se encuentra a la cola de Europa. Nuestros servicios p¨²blicos b¨¢sicos como educaci¨®n y salud, aunque han mejorado en los ¨²ltimos a?os, carecen de la calidad necesaria. En cuanto a la tercera pata de las pol¨ªticas sociales, aquellas que deber¨ªan llegar a quienes padecen problemas espec¨ªficos (discapacidad, falta de integraci¨®n, problemas sociales, dificultades en la igualdad real), los datos de atenci¨®n son irrisorios, las ayudas min¨²sculas y las promesas incumplidas se amontonan en los cajones. Con los datos en la mano es precisamente a esta nueva agenda social que se prometi¨® para esta legislatura a la que se dedica menos inversi¨®n.

Sobra una forma de gestionar lo p¨²blico cada vez m¨¢s privatizada, en la que los servicios se encomiendan a terceros, con la proliferaci¨®n de las mal llamadas empresas p¨²blicas cuya ¨²nica virtualidad es saltarse el derecho laboral y contractual p¨²blico.

Y finalmente, falta compartir el presupuesto con los ayuntamientos que s¨®lo recibir¨¢n 18 millones de euros de aumento proveniente de las arcas andaluzas, algo menos de lo que van a destinar a publicidad institucional.