"Crear es puro misterio"
Mart¨ªn Chirino, que acaba de cumplir 80 a?os, se conserva como si por ¨¦l no hubieran pasado las d¨¦cadas. Acaso el contacto con el hierro, y no s¨®lo con el que contienen las lentejas, lo mantiene juvenil y fuerte, capaz de contender con ¨¦xito con los materiales m¨¢s imperiosos y hacer de ellos figuras a¨¦reas, leves, e incluso de representar el agua gracias al material que ha marcado su vida de escultor. Una muestra de nueve obras suyas, adem¨¢s de dibujos que preludian sus propias figuras escult¨®ricas, se acaba de abrir en la galer¨ªa Marlborough de Madrid. Entre las grandes obras que representa, El ¨¢rbol de luz, en homenaje a su compa?ero Manuel Padorno, poeta, fallecido hace tres a?os en Madrid, uno de los artistas que formaron con ¨¦l aquel grupo de la playa de Las Canteras (en Las Palmas, su tierra). Estaban con ¨¦l en aquel grupo el pintor Manolo Millares, fallecido tambi¨¦n, y el m¨²sico Juan Hidalgo, que sigue muy activo. En esta conversaci¨®n, Mart¨ªn Chirino habla de su historia de creador. "Crear", dice, "es puro misterio".
"Esculpir es 'escribir en el aire'... Es lo que he querido hacer siempre. La escultura aparentemente pesa, pero si la ves levita"
"?Qu¨¦ me preocupa? Todo. No vivo de espaldas ni en una torre de marfil; unas cosas me producen pavor y otras me producen inquietud..."
Pregunta. ?De qu¨¦ viene su escultura?
Respuesta. La verdad es que no tengo constancia de que hubiera un primer d¨ªa, la revelaci¨®n de que ¨¦ste fuera a ser mi oficio, o mi arte. La palabra escultor se la o¨ª por primera vez a mi padre; la dijo unas navidades, cuando me regalaron unas ceras que yo me puse a modelar. Mi padre se acerc¨® y le dijo a un t¨ªo m¨ªo: "Es escultor, el pibe"... El encuentro tan fruct¨ªfero con Millares me hizo un artista, me oblig¨® a conocer... ?l dec¨ªa: "C¨¦zanne", y yo ten¨ªa que responder qui¨¦n era ese pintor franc¨¦s..., y as¨ª sucesivamente. Era una relaci¨®n art¨ªstica, creativa, muy exigente...
P. Fue un momento especial para las islas...
R. ?Hablamos de hace sesenta o setenta a?os, imag¨ªnate! La conexi¨®n de Canarias con el continente era muy escasa... Ve¨ªamos los grandes paquebotes desembarcando ladies fant¨¢sticas que se pon¨ªan geranios e hibiscos en la cabeza... Y el conocimiento de la Espa?a peninsular era muy escaso; ni mi padre hablaba de ello. ?l vend¨ªa tomates en Inglaterra, as¨ª que rara vez sonaban en casa las palabras Madrid o Espa?a...
P. La generaci¨®n que les precedi¨®, la de la Rep¨²blica, fue bien cosmopolita...
R. S¨ª, mucho... Recuerdo nuestro primer encuentro con Eduardo Westerdahl [l¨ªder cultural canario que dirigi¨® la revista Gaceta de arte, que introdujo el surrealismo en Espa?a]... ?l nos hab¨ªa situado en la complejidad del panorama internacional, en la modernidad... Para ir a verle en Tenerife abord¨¢bamos un corre¨ªllo, y viaj¨¢bamos metidos entre sogas, ¨¦ramos cr¨ªos y muy pobres... Vimos tambi¨¦n a Domingo P¨¦rez Minik, cr¨ªtico literario de una intuici¨®n incre¨ªble, y el surrealista Pedro Garc¨ªa Cabrera, quiz¨¢ el m¨¢s sencillo de todos ellos... Y Eduardo nos daba instrucciones, tienen que hacer esto, o esto otro... Muy estimulante...
P. Y ustedes emprendieron el viaje. Para usted, ?qu¨¦ ha pesado m¨¢s, el viaje o la isla?
R. Yo creo que la isla. El viaje era una promesa. En la isla uno se ancla, el viaje es lo que se har¨¢, siempre. Me acuerdo siempre de Padorno: los domingos por las tardes ¨ªbamos al parque de Santa Catalina, a beber ron y a cantar; un amigo, Jos¨¦ Mar¨ªa Ben¨ªtez, Chusco, tocaba la guitarra, y nosotros habl¨¢bamos del viaje... Luego dejabas de cantar y regresabas a la realidad... Lo recuerdo con una terrible melancol¨ªa...
P. ?Y c¨®mo pesa la isla en la escultura?
R. De joven yo iba al Museo Canario, intentando buscar la propia historia. Ah¨ª empiezo a especular con la espiral, mi obsesi¨®n de siempre; pero a¨²n esas percepciones eran remotas, luego se fueron acentuando, pero sin duda vienen de esa preocupaci¨®n juvenil por los ancestros que nos preceden... Los artistas que vinieron antes, Pl¨¢cido Fleitas, N¨¦stor, hicieron una especie de antropolog¨ªa art¨ªstica, representaron mucho la canariedad... Despu¨¦s descubr¨ª la escultura de Julio Gonz¨¢lez... Mi vida se fue haciendo a tropezones, pero como soy un estoico he perseverado mucho en todo lo que he ido investigando... Un d¨ªa estaba yo tallando unas maderas que hab¨ªan tra¨ªdo de ?frica y vinieron unos amigos a verme. All¨ª estaba yo, martillando, pam, pam, pam, y mi madre les dijo: "Tiene la paciencia de los chinos". No lo puedo olvidar: soy estoico, siempre miro y observo, con pasi¨®n busco el conocimiento, tengo, en efecto, la paciencia de los chinos.
P. Y parece raro que usted haya sido de un grupo...
R. S¨ª, de El Paso, Lo fui por Antonio Saura; me impactaron mucho su saber y su conocimiento... Compart¨ªamos muchas cosas, habl¨¢bamos de todo, nos pas¨¢bamos lecturas... El primero que me compr¨® una escultura fue ¨¦l.
P. Estas obras que usted presenta ahora son s¨ªmbolos suyos de siempre: la espiral, el aire, o el viento, y el agua...
R. Yo trabajo con el carb¨®n, con el fuego, con la tierra, con el hierro... Todos son materiales ancestrales, pertenecen al nacimiento del mundo... D¨ªa a d¨ªa me asombra la complicidad que tengo con ellos, y el respeto que les profeso... Una fragua bien hecha, el fuego que brota con la brillantez que yo necesito, y el carb¨®n no puede ser cualquiera, ha de ser el que yo necesito... Es impresionante la fragua, el misterio del hierro... En ese proceso me ha venido la serie de esculturas Alfaguara, que, como su nombre ¨¢rabe indica, representan el agua, su nacimiento y su curso, y el agua es important¨ªsima en mi proceso de esculpir...
P. ?Qu¨¦ le dice la escultura?
R. Mi escultura dice qui¨¦n soy yo... Los creadores somos autobiogr¨¢ficos... Mi biograf¨ªa es canaria, y mi escultura dice que vengo de un mundo muy confuso, nunca he tenido claro el lugar en el que me encuentro... Y a medida que va pasando el tiempo las cosas se van explicando a s¨ª mismas, y yo me voy explicando, y mis esculturas me explican qui¨¦n soy...
P. Que una obra pese tanto y sin embargo represente aire...
R. El leitmotiv de mi vida es muy estoico: menos es m¨¢s. Julio Gonz¨¢lez lo dice muy claro: esculpir es "escribir en el aire"... Es lo que he querido hacer siempre... La escultura aparentemente pesa, pero si la ves levita...
P. ?C¨®mo ha evolucionado su escultura?
R. Se ha ido haciendo conmigo... Y se ha ido haciendo a partir de una expresi¨®n que me ha ido quitando prejuicios, a qui¨¦n le importa, y he ara?ando espacios de libertad, de libertad creativa, de pensamiento, quitando, diciendo "a qui¨¦n le importa"...
P. ?C¨®mo est¨¢ usted?
R. En un momento de levitaci¨®n... Miro alrededor y lo que veo me gusta. ?Qu¨¦ me preocupa? Todo. No vivo de espaldas ni en una torre de marfil; unas cosas me producen pavor y otras me producen inquietud... Me ha gustado vivir en un siglo en el que han ocurrido tantas cosas... Y me siento bien porque no he pretendido m¨¢s que lo que tengo.
P. Feliz.
R. Por lo menos soy un tipo integrado en aquello que hace y me gusta que los que est¨¢n a mi alrededor sean felices. Claro, no puedo ser feliz cuando leo una noticia terrible en el peri¨®dico...
P. Particip¨® en el cambio cultural espa?ol. ?C¨®mo lo ve ahora?
R. Veo que las cosas se mueven tan poco a poco que creo que nos acercamos muy dif¨ªcilmente a la utop¨ªa que uno demanda...
P. Ama la palabra y eligi¨® un oficio de silencio...
R. La escultura me hace muy real, ese ¨¢rbol de luz del que me hablaba Padorno, que ¨¦l hab¨ªa visto en la playa y que yo ahora puedo plasmar... Crear es un puro misterio, y crear vol¨²menes que expresan sentimientos o abstracciones es un misterio enorme... Me hubiera gustado que Manuel viera en escultura lo que ¨¦l me explic¨® con palabras...
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