La pareja, seg¨²n Gaultier
El dise?ador franc¨¦s vuelve a enfrentarse con lo establecido y lanza un perfume 'unisex' con un mensaje: romper con los c¨®digos olfativos que no son m¨¢s que convenciones sociales. Una fragancia pensada para compartir. Un hombre y una mujer. Dos hombres. Dos mujeres. Dos personas.
En un mercado saturado de lanzamientos, en fren¨¦tica lucha por epatar y seducir, aunque sea durante la fugaz fracci¨®n de tiempo que se tarda en comprar un frasco, hablar de creaciones perfumeras con vocaci¨®n de trascender parece una ingenuidad. Y es cierto que Jean Paul Gaultier, a sus 52 a?os, tiene mucho de eso. Ha trascendido el clich¨¦ del joven revolucionario y se ha asentado como uno de los m¨¢s reputados creadores de alta costura. Ha pasado de vanguardista y radical a responsable del pr¨ºt-¨¤-porter de la m¨¢s cl¨¢sica firma de marroquiner¨ªa francesa, Herm¨¨s. Pero esos cambios no han hecho mella en un hombre que, si por algo destaca en la distancia corta, es por su luminosa alegr¨ªa e inocencia. Tal vez ya no sea un enfant terrible, y mejor para ¨¦l, pero sigue teniendo mucho de ni?o.
"Es imposible no ser sensual en un perfume, porque ahonda en lo primario. Es natural, nos atraen los olores"
"Mi trabajo no es decir mentiras, pero s¨ª contar cuentos. Fabricamos sue?os, pero no somos falsos"
Magnetismo. Esa actitud le ha embarcado en su ¨²ltima travesura: un perfume que trasciende g¨¦neros y sexos. Una fragancia que resuelve la dif¨ªcil cuesti¨®n de qu¨¦ lanzar para superar sus muy personales creaciones de hombre y mujer, Le Male y Classique. Fragancias que exhiben su sexualidad desde frascos que emulan torsos. Fragancias que huyen de lo discreto, pero que se han convertido en ¨¦xitos notables (Le Male lleva varios a?os siendo el perfume masculino m¨¢s vendido en Espa?a). ?La ocurrencia de Gaultier? Pues raci¨®n doble de Gaultier. Gaultier al cuadrado. Gaultier2. Un perfume sin sexo, pero con mucho sexo. Un olor er¨®tico para hombre y para mujer y pensado para usar en pareja. Sea cual sea su combinaci¨®n. Para enfatizar ese aspecto, cada frasco tiene una superficie met¨¢lica y unos imanes que permiten unir entre s¨ª dos recipientes deliberadamente cl¨¢sicos. Cuadrados que huyen de las referencias antropom¨®rficas que han caracterizado sus ¨¦xitos anteriores.
Raz¨®n de ser. "El nombre es un juego de palabras que se remata con el frasco. Se puede leer como Gaultier Puissance Deux (Gaultier Potencia 2) o Gaultier al cuadrado. Y as¨ª es la botella, cuadrada. Lo he llamado as¨ª porque es un perfume para dos personas. ?sa era mi idea original cuando empec¨¦ a hacer perfumes. Era lo que quer¨ªa para el primero. Pero todo el mundo me dijo que era mejor empezar con la mujer, y despu¨¦s, el hombre. Y as¨ª lo hice. As¨ª que ahora, despu¨¦s de varios perfumes de ¨¦xito, he podido recuperar mi primer concepto. Un olor para dos. Para un hombre y una mujer. Para dos hombres, para dos mujeres. Para dos personas. El perfume no tiene sexo, en realidad. Hay perfumes masculinos que las mujeres utilizan, como Eau Sauvage. Es una fragancia para compartir, un perfume de piel". Quedan pocos d¨ªas para que, en la imponente sala de baile del piso superior, se presente su colecci¨®n de alta costura para el oto?o-invierno de 2006. Gaultier est¨¢ sentado en una calurosa sala en la planta baja del edificio que acoge sus oficinas y su estudio. Amante confeso de Espa?a, habla en un inclasificable y exuberante cruce entre italiano y espa?ol. Gesticula sin parar. No parece tener prisa.
Sexo y sexo. El perfume es unisex, pero escapa a los t¨®picos hasta ahora asociados a una fragancia mixta. No es fresco, limpio y neutro. Al contrario, es intenso, animal, sensual. El mensaje: romper con los c¨®digos olfativos que no son m¨¢s que c¨®digos sociales. ?Puede encerrarse todo eso en un olor? Y, a¨²n m¨¢s, ?lo entender¨¢ el p¨²blico? "Espero que s¨ª", dice divertido. "Creo que la gente puede entender ahora el concepto y sentir la libertad de comprarlo para uno, para los dos o para quien sea. El olor no es ni masculino ni femenino. Siempre que me ha gustado un perfume lo he sentido en otros y no me ha importado si era una mujer o un hombre. Me gusta un olor, y punto. Y luego, me gusta tambi¨¦n pensar en que, en una relaci¨®n ¨ªntima, al final los olores de las dos personas se funden y queda s¨®lo uno y ¨²nico". Y es que otra de las claves de esta creaci¨®n es su neta vocaci¨®n sexual. Por si quedaban dudas, la l¨ªnea se compone de varios formatos de perfume y un aceite de masaje para utilizar, preferentemente, en pareja. ?Ha querido elevar la temperatura en el estante de la perfumer¨ªa? "S¨ª, eso espero conseguir. En la elecci¨®n de los materiales, de las esencias, he tratado de ser muy sensual. Hay almizcle, por ejemplo, que es muy gustativo. Pero creo que es imposible no ser sensual en un perfume porque hay una connotaci¨®n en ellos que siempre quiere ahondar en el instinto primario. Es natural, nos sentimos atra¨ªdos por los olores".
Buenos socios. La relaci¨®n de Gaultier con el mundo de la belleza es peculiar. El hecho de que los dise?adores de moda conciban tambi¨¦n olores no es una novedad (ah¨ª est¨¢ el m¨ªtico caso de Chanel con su N? 5 en 1921 para demostrarlo), pero ha vivido una aut¨¦ntica explosi¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Hay firmas que, de hecho, parecen lanzar m¨¢s productos olorosos que para vestir, y es justo decir que en algunos casos la implicaci¨®n del dise?ador en el proceso es limitada. No es el caso de este modista franc¨¦s. Se toma su tiempo, se deleita y se involucra. Una actitud en la que juega un papel esencial BPI (Beaut¨¦ Prestige International). Y es que la empresa que le produce los perfumes tiene una historia curiosa. Shiseido, gigante japon¨¦s de la cosm¨¦tica, trat¨® de entrar en el dif¨ªcil mercado de la perfumer¨ªa. La escasa tradici¨®n nipona en la materia (all¨ª los perfumes significan apenas un 1% de las compras en cosm¨¦tica, mientras en Europa suponen entre el 30 y el 40%) hizo que los resultados no fueran buenos. As¨ª que en 1990 se cre¨® una empresa nueva, con sede en Par¨ªs, para incorporar el conocimiento franc¨¦s en perfumer¨ªa. La idea era asociarse con prestigiosos creadores de moda, pero no de forma indiscriminada. Concentrarse en un n¨²mero limitado y trabajar intensamente con ellos. Nada de comprar un nombre que pegar en un frasco. Issey Miyake y, despu¨¦s, Gaultier fueron los dos ¨²nicos en quien se confi¨®. Y funcion¨®. Porque sus perfumes se vendieron. Mucho. Y durante mucho tiempo.
-?C¨®mo es el proceso de creaci¨®n de un perfume?
-Al principio, yo hablo mucho. Digo qu¨¦ me gusta y qu¨¦ no. No soy un especialista, as¨ª que no puedo hablar en t¨¦rminos t¨¦cnicos, pero s¨ª indicar una direcci¨®n. Por ejemplo, esta vez la vocaci¨®n era claramente sensual. Y luego me gustaba plasmar la idea de atracci¨®n con el magnetismo de los frascos. Y, a partir de eso, me fueron haciendo propuestas. Yo dec¨ªa: "?sta, no; ¨¦sta, no; ¨¦sta, tal vez; ¨¦sta me gusta much¨ªsimo; ¨¦sta, no; ¨¦sta, no?". Y as¨ª hasta encontrar la f¨®rmula. Otra cosa que me interesaba era trabajar con una realidad que siempre me ha chocado de las fragancias. Al principio tienes una reacci¨®n, pero al cabo de un rato sientes el olor del fondo, que es distinto. Eso no me gusta. ?Por qu¨¦ no se puede mantener el del principio si ¨¦se es el que me gusta? As¨ª que quer¨ªa conseguir que lo que hueles la primera vez sea lo que permanece. Cambia en cada persona, pero no en el tiempo.
-?En qu¨¦ se diferencia de la creaci¨®n de moda?
-Soy m¨¢s especialista en trajes que en perfumes. Para empezar, un perfume no se dibuja. Cuando dise?o una colecci¨®n, mi creatividad es m¨¢s precisa e individual. Se trabaja con las manos, cosiendo, rectificando, al detalle. Y reconozco que en eso no doy mucha oportunidad a los otros de participar. El perfume es otro mundo. No s¨¦ c¨®mo mezclar olores t¨¦cnicamente. Digamos que no estoy en la marmita agitando las sustancias. En ese caso doy la idea de base, la direcci¨®n, la sensaci¨®n. Pero ambas cosas son una proposici¨®n est¨¦tica.
-Adem¨¢s de proposiciones est¨¦ticas, su trabajo es una llamada de atenci¨®n sobre cambios sociales. As¨ª sucedi¨®, hace dos a?os, con Tout Beau Tout Propre, la primera l¨ªnea de maquillaje masculina.
-Fue una evoluci¨®n l¨®gica del trabajo que he hecho con el hombre. La primera vez que hice una colecci¨®n masculina, en 1984, se llamaba El hombre objeto. Yo sent¨ªa que hab¨ªa un cambio en la mirada de las mujeres sobre los hombres y que tambi¨¦n ellos estaban cambiando. Vi que hab¨ªa hombres que quer¨ªan cuidar su aspecto. Y todo esto me hizo pensar en un hombre tan seductor como la mujer. Los creadores de moda hacemos la digesti¨®n con lo que pasa en la sociedad. Y creo que ¨¦ste era el momento para lanzar una l¨ªnea as¨ª. Nuestro trabajo es observar y vivir con la ¨¦poca.
-?Cree que la industria de la belleza vende falsedad?
-No es distinta de la moda. Mi trabajo no es decir mentiras, pero s¨ª contar cuentos, ilusiones, sue?os. Soy honesto con lo que hago, pero es innegable que hay un componente de fantas¨ªa que no tiene por qu¨¦ ser malo. Fabricamos sue?os, pero no somos mentirosos, no somos falsos. Pensar que la cosm¨¦tica es una gran mentira es un t¨®pico que no comparto. De hecho, se podr¨ªa decir que la moda es m¨¢s falsa, incluso. Porque la ropa que van a comprar mujeres de cuarenta a?os con cuerpos reales se ense?a en modelos de 14 a?os incre¨ªblemente delgadas. Y eso s¨ª es falso. Por eso yo siempre he utilizado otra clase de modelos, personas reales, con cuerpos reales. Mujeres gordas y delgadas. Porque creo que el aut¨¦ntico mensaje es que no hay una sola belleza, no hay una sola verdad, no hay un ¨²nico canon. Me interesa mostrar las diferencias. Porque es ah¨ª donde reside la riqueza. Distintas razas, alturas, cuerpos. Mezclas de culturas que tambi¨¦n se notan en mi ropa. Porque lo que me gusta de la vida es la diversidad. Y quiero que esta idea de mestizaje est¨¦ en todos mis trabajos. Feminidad en el hombre y masculinidad en la mujer.
-En 2004 present¨® su primera colecci¨®n para Herm¨¨s. ?C¨®mo es su relaci¨®n con esta casa?
-Es curioso porque, cuando empec¨¦, mi sue?o no era crear mi propia marca, sino dise?ar para una gran firma. Y en Herm¨¨s estoy haciendo eso realidad. Cuando Martin Margiela se fue (por cierto, ¨¦l empez¨® como ayudante m¨ªo y es muy bueno), el presidente de Herm¨¨s me pregunt¨® qui¨¦n cre¨ªa yo que pod¨ªa sustituirlo. Le di varios nombres que no le convencieron y cuando volv¨ª a casa me dije: "?Pero si yo quiero hacerlo!". Y lo hice. Adem¨¢s, ten¨ªa el recuerdo de cuando asist¨ª a la primera colecci¨®n de Martin para Herm¨¨s. Una colecci¨®n preciosa, bella, lujosa. Me encant¨®, pero no pude evitar pensar en c¨®mo lo habr¨ªa hecho yo. Y le he dado salida a ese gusanillo a?adiendo un poco de sexualidad a Herm¨¨s [se r¨ªe]. Pens¨¦ que, por mal que me fuera, me ir¨ªa bien intentarlo. Y as¨ª ha sido. Las ventas en mi propia marca, por ejemplo, han crecido un 25% desde que estoy en Herm¨¨s. Adem¨¢s, cuando decido hacer algo, s¨¦ que me voy a salir con la m¨ªa. Soy muy tauro en ese sentido y, si de verdad tengo una convicci¨®n, la persigo. Y as¨ª fue con Herm¨¨s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.