La nueva panacea del turismo

Los prejubilados se est¨¢n configurando en las econom¨ªas desarrolladas como una nueva clase social, con todo el tiempo disponible para el ocio y un poder adquisitivo medio o alto. Solamente en Espa?a en estos momentos son m¨¢s de 300.000 los miembros que se han incorporado en los ¨²ltimos diez a?os a este colectivo, que est¨¢ creciendo a un ritmo superior a los 50.000 nuevos socios anuales.

El turismo cultural atrae a muchos prejubilados, con un gasto superior a 77 euros por persona y d¨ªa, excluido el viaje, casi el doble del vacacional

Iniciada en los pa¨ªses punteros de la Uni¨®n Europea como f¨®rmula para ajustar plantillas durante la d¨¦cada de los a?os ochenta, este instrumento de ajuste de plantillas comenz¨® a extenderse en Espa?a coincidiendo con las grandes reconversiones industriales (siderurgia, miner¨ªa y construcci¨®n naval), para alcanzar en los ¨²ltimos seis a?os a los sectores de servicios, coincidiendo con la recesi¨®n econ¨®mica internacional. Consiste, en l¨ªneas generales, en invitar a los trabajadores menores de 60 a?os a abandonar la compa?¨ªa a cambio de percibir entre el 60% y el 90% del sueldo fijo, mientras la empresa contin¨²a costeando la Seguridad Social.

Aunque el mecanismo estaba previsto inicialmente para trabajadores con edades pr¨®ximas a los 58 a?os, en los ¨²ltimos a?os este tope de edad se ha ido reduciendo sensiblemente, llegando en determinados sectores, especialmente en la banca, a afectar al empleados con s¨®lo 50 a?os.

Con esta evoluci¨®n, el perfil de un prejubilado medio en los principales mercados emisores de turismo de la Uni¨®n Europea se corresponde con un hombre o mujer de 54 a?os, de nivel cultural medio o alto, libre de cargas familiares (hipotecas o hijos en edad escolar), con un salario mensual medio por encima de los 1.500 euros, y que mantiene vivas sus inquietudes intelectuales y de ocio. Unas inquietudes entre las que los viajes y el turismo ocupan un lugar preferente.

Aunque ni las agencias de viajes consultadas, ni la patronal AEDAVE (Asociaci¨®n Empresarial de Agencias de Viajes Espa?olas) disponen de datos estad¨ªsticos sobre la importancia de este nuevo segmento de la demanda en su negocio, s¨ª admiten de forma un¨¢nime que "se trata un mercado a¨²n por explotar en nuestro pa¨ªs, que puede resultar especialmente positivo en t¨¦rminos econ¨®micos".

Y ello, por dos razones esenciales: en primer lugar porque su capacidad de gasto es superior a la del turista medio, viaja solo o en pareja y se orienta m¨¢s hacia la calidad y el servicio como incentivos de la oferta. Un segundo factor es su ausencia de obligaciones laborales, que le permite viajar en cualquier ¨¦poca del a?o, contribuyendo de esta forma a aliviar el problema de la estacionalidad, cuya superaci¨®n se ha convertido en uno de los principales retos de la industria y de la Administraci¨®n tur¨ªstica en Espa?a.

En concreto, desde el ¨¢mbito del Gobierno central, los responsables de la Secretar¨ªa General de Turismo consideran que una de las principales actuaciones para rentabilizar adecuadamente este novedoso segmento de mercado es potenciar las pol¨ªticas de fomento del turismo cultural. En base a este objetivo se pretende diversificar la oferta de productos culturales a trav¨¦s de la programaci¨®n de eventos, exposiciones y festivales, entre otras actividades, que permitan complementar los recursos naturales, paisaj¨ªsticos, hist¨®ricos y monumentales de los destinos espa?oles.

Un esfuerzo para el que el propio ministro de Industria, Turismo y Comercio, Jos¨¦ Montilla, ha pedido el apoyo del sector privado al considerar "esencial que el empresariado trabaje para contar con una oferta tur¨ªstica de calidad que permita satisfacer las necesidades del turista: cama, mesa y ocio". Para el ministro, estos servicios, "su calidad y su relaci¨®n calidad/precio determinan en una parte importante la satisfacci¨®n de la experiencia tur¨ªstica y, por lo tanto, tambi¨¦n el ¨¦xito del destino".

Las potencialidades del turismo cultural y su capacidad de proyecci¨®n se recogen en el estudio que sobre este producto tur¨ªstico ha realizado Turespa?a, y en que se afirma textualmente que "el conjunto de viajes realizados por motivaci¨®n cultural forma un nicho de mercado con una demanda en expansi¨®n, con un nivel de gasto notablemente superior al viaje puramente vacacional de sol y playa y contribuye a proyectar positivamente la imagen internacional del pa¨ªs".

Los datos de este estudio muestran como el 28% de los viajes realizados por los ciudadanos de la Uni¨®n Europea tienen una finalidad cultural, tasa que desciende al 15,8% en el caso de los espa?oles, aproximadamente 3,5 millones de viajes anuales. Frente a esta demanda en constante crecimiento, el organismo responsable de la promoci¨®n tur¨ªstica espa?ola reconoce que mientras nuestra cuota de mercado en el turismo europeo de sol y playa es del 32%, lo que nos sit¨²a en una posici¨®n de claro liderazgo, en el segmento de turismo cultural alcanzamos solamente el 8%.

Para el ministro Montilla, esta tasa pone en evidencia "el claro desajuste a la baja entre los turistas que deber¨ªamos recibir en funci¨®n de nuestro patrimonio y del nivel de satisfacci¨®n que podemos ofrecer, por una parte, y nuestra participaci¨®n real en el mercado europeo, por otra".

El valor de la cultura

Respecto a la capacidad de este tipo de turismo en la generaci¨®n de ingresos y volumen de negocio del sector, el estudio de Turespa?a destaca como el gasto medio por persona y d¨ªa del turista cultural, excluido el viaje, es de 77,72 euros, frente a los poco m¨¢s de 39 euros de media en el turismo espa?ol. Incluyendo los gastos de viaje el peso del gasto medio por persona y d¨ªa de los turistas que viajan por motivos culturales supera los 1.200 euros, frente a 845 euros de media en el turismo vacacional. El valor econ¨®mico generado actualmente por el turismo cultural en nuestro pa¨ªs se estima en torno a cinco millones de euros, lo que supone casi el 12% del total de los ingresos por turismo.

Este factor econ¨®mico, unido a otras caracter¨ªsticas inherentes al turismo cultural, como su baja estacionalidad, la mayor duraci¨®n del viaje, su tendencia a extender el mismo por varias localidades y su indudable atractivo como motivaci¨®n de los viajes para esta nueva clase social de los prejubilados son, entre otras, las razones por las que los responsables actuales del turismo espa?ol han asumido el reto, iniciado por la anterior Administraci¨®n, de situar a Espa?a tambi¨¦n como l¨ªder del turismo cultural en Europa. Un objetivo que obliga a reorientar nuestras estrategias de promoci¨®n hacia una imagen de pa¨ªs tur¨ªstico que integra el sol y playa con la cultural, similar a la que tienen ya competidores como Italia y Francia.