La rabia se ceba en los liceos

Poco despu¨¦s de las 11 de la noche del lunes, varios encapuchados atacaron con artefactos incendiarios los tres coches estacionados en el garaje del liceo Saint-John Perse de Pau y provocaron un incendio que hizo saltar el sistema el¨¦ctrico, destroz¨® las cocinas y dej¨® pr¨¢cticamente inservible su interior. Ya lo hab¨ªan intentado en la noche anterior lanzando un c¨®ctel molotov contra el liceo profesional Honor¨¦-Badarat, que apenas produjo da?os.

Situado frente a la Universidad de Pau, el Saint-John Perse imparte la segunda ense?anza del Bachillerato a m¨¢s de 1.500 alumnos y pertenece a la zona escolar de Ousse-des-Bois. Entre sus estudiantes hay personas de este conflictivo barrio ¨¢rabe y tambi¨¦n de otros distritos y pueblos aquitanos. "Existe una gran mezcla y muchos alumnos de color", aseguraron ayer algunos de sus profesores.

El incidente de la v¨ªspera contra el Honor¨¦-Badarat no sirvi¨® de advertencia. Ni para la comunidad educativa de la ciudad, ni para los responsables de la seguridad, que no hab¨ªan previsto iniciativa alguna de protecci¨®n sobre los centros educativos. De ah¨ª la desolaci¨®n y la estupefacci¨®n que se palpaba ayer conforme iban llegando al centro alumnos y profesores y se encontraban con un fuerte olor a quemado y la huella impresionante del incendio.

"Es desastroso", exclam¨® el director del centro con la impresi¨®n a¨²n en su rostro. Despu¨¦s, tras reunirse con el claustro de profesores para analizar la respuesta, esquiv¨® a los periodistas: "No quiero hacer declaraciones, s¨®lo s¨¦ que, a fuerza de mezclar la vida y los videojuegos, ¨¦ste es el resultado", a?adi¨® lac¨®nico antes de irse.

En la cabeza de todos, proyectando una preocupaci¨®n evidente, lat¨ªa la pregunta sin respuesta: ?Por qu¨¦ atacan al sistema educativo? Y las improvisadas respuestas que se iban dando eran de lo m¨¢s variadas, pero eludiendo, en cualquier caso, explicarse el rencor que impl¨ªcitamente contienen. "Empezaron con autom¨®viles; siguieron con edificios p¨²blicos y este liceo es de f¨¢cil acceso", dijo uno de los miembros del claustro.

S¨ª ten¨ªan su opini¨®n algunos adolescentes que se encontraron de repente con un d¨ªa de fiesta. ?stos cre¨ªan ver tras el atentado contra el liceo la huella de j¨®venes de su edad. "Es desolador", dijo un quincea?ero entre las sonrisas de sus compa?eros, "puedo comprender sus reivindicaciones, pero no estoy de acuerdo con estos actos que atacan el sistema. La violencia no conduce a nada". Y una compa?era a?ade: "Se atacan a s¨ª mismos. As¨ª no van a conseguir soluciones a sus problemas".

La consejera regional de Aquitania y responsable educativa del Ayuntamiento de Pau, Juliette Castaings, fue la m¨¢s contundente: "Es una prueba del fracaso escolar", dijo despu¨¦s de haber visitado el centro. "Lo que est¨¢ pasando es una demostraci¨®n de que algo no ha funcionado, que hay una franja de poblaci¨®n que hemos dejado a la deriva". Castaings, que reconoci¨® que esta crisis es "muy inquietante", admiti¨® que las medidas no son suficientes porque los gobernantes "no saben por d¨®nde tirar", y a?adi¨®: "Hay padres que no se sienten responsables de sus hijos. Muchos est¨¢n en paro o incapacitados y no controlan ni se preocupan de lo que hacen sus adolescentes y j¨®venes".