Donde vive la gente
Sevilla invent¨® otra ciudad al este de la SE-30 y fue creciendo a impulsos de constructoras, pisos con garaje y zonas ajardinadas
Tengo las dos manos apoyadas sobre un Jan¨¦ Matrix de color rojo. Mi ni?o acaba de dormirse despu¨¦s de una noche toledana, justo cuando me dispongo a salir del portal del bloque. Levanto la vista y veo un mar de hombres y mujeres empujando carritos de diversos modelos y tama?os, un oc¨¦ano de padres persiguiendo a nerviosos y rubios demonios de ojos azules que quieren subirse al columpio m¨¢s peligroso. Son treinta?eros que hace diez a?os conduc¨ªan su Seat Ibiza hacia este mismo lugar, buscando un espacio de oscuridad para el amor.
El centro ha quedado reservado a la visita de turistas, a ser un decorado para que los poetas locales reconstruyan las leyendas de hidalgos y bufones, y a quedar deshabitados y tristes cuando cierran los comercios. Por eso Sevilla invent¨® otra ciudad al este de la SE-30, y fue creciendo a impulsos de constructora, tres dormitorios, garaje y zonas ajardinadas. Y aquel Ibiza rojo aparca ahora en un bloque cuyas viviendas ya est¨¢n pobladas de muebles de Ikea y frigor¨ªficos con pizzas Tarradellas.
Los regidores de Plaza Nueva quisieron dotar en su d¨ªa de car¨¢cter sevillano esta inmensa extensi¨®n de terreno, pero se limitaron al pobre folclorismo de llamar Flor de Gitanilla a una calle que bien podr¨ªa situarse a las afueras de Houston. S¨®lo los gritos de los goles del Betis o del Sevilla, y una postmoderna hermandad que procesiona en la ampl¨ªsima Avenida de las Ciencias nos invita alguna estampa hispalense.
El Parque Infanta Elena da muestra de lo que tal vez un d¨ªa fueron esos espacios abiertos. Una isla urban¨ªstica de pinares casi salvajes donde uno puede pasear a su ni?o en el cochecito entre caminos de albero, escuchar los sonidos de las aves y detenerse a descansar en el buc¨®lico lago artificial donde ni?os corretean detr¨¢s de los palm¨ªpedos y los padres intentan perder peso sudando la camiseta. El silencio se interrumpe apenas unos segundos al ver pasar los nuevos trenes de cercan¨ªas que unen el resto del mundo con el Palacio de Congresos.
Si abren la p¨¢gina web del ayuntamiento, la imagen del alcalde est¨¢ flanqueada por la foto de la pretendidamente arabesca c¨²pula de Fibes, que m¨¢s que un bello ejemplo de arquitectura contempor¨¢nea recuerda un poco al Caesars Palace de Las Vegas. Un enclave ideal para novias que llegan desde muy lejos a Sevilla de Boda, con la madre del brazo, para darse un paseo y encontrar todos los elementos necesarios para el d¨ªa m¨¢s grande de su vida. ?Tal vez tambi¨¦n un novio? Y una alternativa tur¨ªstica para todos los que quieran conocer el mundo del toro, y codearse literalmente con personajes de papel cuch¨¦ de una talla que va desde la duquesa de Alba hasta la ¨²ltima amante conocida de Humberto Janeiro.
Aunque quiz¨¢ uno de los motivos m¨¢s s¨®lidos para cruzar el cintur¨®n circunvalatorio es un acontecimiento dominical que est¨¢ m¨¢s all¨¢ del este, donde acaba Sevilla, bajo una nube de polvo color albero pajizo. Libertad de establecimiento, homogeneidad del producto y ausencia de arancel convierten al Mercadillo de Parque Alcosa en un lugar que deber¨ªa ser id¨ªlico para esos liberales de nuevo cu?o: un espacio donde el Estado apenas interviene para regular el tr¨¢fico rodado. Los aparcacoches dirigen el entramado de aparcamientos de este improvisado centro comercial alternativo. Un aut¨¦ntico cortingl¨¦s donde podr¨¢ encontrar, en la secci¨®n alimentaci¨®n, la fruta y la verdura de antes, con el sabor de las plazas antiguas, con la tierra del campo pegada a¨²n a las ra¨ªces; donde hallar olivas artesanas, alcaparras, banderillas y violadas, con ese brutal pepinillo que se introduce obsceno en la gordal.
Tenderetes sin ticket de compra, sin posibilidad de pagar con tarjeta, sin devoluci¨®n por caducidad, donde funciona de manera decisiva el ojo cl¨ªnico del cliente. Varias son las ¨¢reas que concentran el mayor inter¨¦s del turista ocasional. Se recomienda no dejar pasar la ocasi¨®n de visitar la secci¨®n audio-video, con los ¨¦xitos musicales y cinematogr¨¢ficos del momento por la nada desde?able oferta de tres ced¨¦s por cinco euros. La pel¨ªcula La Terminal, por ejemplo, estaba a disposici¨®n de los se?ores clientes 48 horas despu¨¦s de su estreno. O puede asistir a toda una lecci¨®n de antropolog¨ªa cultural deteni¨¦ndose a escuchar el argumentario de las vendedoras de ropa interior femenina respecto a la capacidad seductora de los tangas de encaje tama?o triple equis ele. O c¨®mo no hacer un alto en los tenderetes de zapater¨ªa, donde el vendedor, que muestra lustroso su reci¨¦n adquirido Jaguar X-TYPE de color verde, te aconseja sobre las bondades de sus exclusivas marcas Adidoss y Mike, y sobre la comodidad de unos mocasines de caballero a unos precios de 1990.
Aunque la verdadera estrella, el m¨¢ximo foco de atenci¨®n que invita incluso a la fleta de autobuses desde otras provincias es el pr¨ºt ¨¤ porter femenino de ¨²ltima tendencia que una mujer puede descubrir introduci¨¦ndose en la Ford Transit, haciendo equilibrismo para calzarse los entallados piratas. Y si no se encuentra conforme cuando llegue a casa frente al espejo, puede probar a devolverlos, siempre que regrese con la bolsa de compra que dice "Jes¨²s es mi camino". Esas bolsas, y otras muchas con ropa de cama, toallas y casta?as pilongas se van acumulando en la red inferior del carro del ni?o. Salvador Guti¨¦rrez Sol¨ªs y yo esperamos a nuestras respectivas sentados en un bar cercano al mercadillo. Los beb¨¦s est¨¢n durmiendo por el agradable solecito. La cerveza est¨¢ fresca y el camarero nos dice que ya ha salido el arroz.
- Mercadillo Parque Alcosa. Calle Taiwan, s/n. Los domingos desde las nueve de la ma?ana hasta las dos y media de la tarde, aunque mejor llegar a primera hora. Desde pantalones de marca a accesorios de cuarto de ba?o.
- Bar J. Chico. Calle Jap¨®n, 4. Chicharrones caseros, asadillo de pimientos y cientos de montaditos. Muy animado los domingos despu¨¦s del mercadillo.
- Bar La Uni¨®n. Calle Dem¨®filo, 14. Excelente variedad de carnes a la brasa y pesca¨ªto frito. Tapas caseras m¨¢s que recomendables, en especial el asado de berenjenas.
- Iguanas Ranas. Avenida de las Ciencias, 26. Aut¨¦ntica comida mejicana, alejada del aburrido t¨®pico tex-mex.
Pablo Garc¨ªa Casado es escritor. Autor de Las Afueras y El Mapa de Am¨¦rica.
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