Revuelta de tribus en el coraz¨®n del S¨¢hara
El Frente Polisario ha conseguido llevar la lucha independentista a las ciudades saharauis controladas por Marruecos
Por primera vez en los 30 a?os transcurridos desde que Espa?a abandon¨® el S¨¢hara Occidental, el Frente Polisario ha logrado llevar su lucha a las ciudades controladas por Marruecos. Las manifestaciones disueltas brutalmente por la polic¨ªa, los presos en huelga de hambre, las denuncias de torturas y un joven muerto a golpes son protagonistas. Esta nueva revuelta, sin embargo, no empez¨® por causas pol¨ªticas, sino econ¨®micas. La iniciaron las tribus castigadas econ¨®micamente por Rabat.
Las tribus Tekna, establecidas en el norte del S¨¢hara y en el sur de Marruecos, que controlan el contrabando y el tr¨¢fico de inmigrantes, se rebelaron cuando el Gobierno de Rabat accedi¨® a la petici¨®n espa?ola de acabar con la salida de pateras hacia Canarias.
Los Grupos Urbanos de Seguridad marroqu¨ª se han hecho famosos por su brutalidad
El hombre que prendi¨® la protesta se llama Al¨ª Salem Tamek, y est¨¢ preso en Agadir
Los acuerdos entre Rabat y Madrid han arruinado a traficantes y contrabandistas
El reparto desigual de la riqueza provoca enfrentamientos entre las tribus
Hasenna Lasri, un joven estudiante saharaui en la Universidad de Fez, se arrodilla frente a un destacamento de los Grupos Urbanos de Seguridad (GUS), que en los ¨²ltimos meses se han hecho famosos por su brutalidad. Lentamente, el muchacho inclina la cabeza, extiende los brazos en cruz y hace con los dedos la uve de la victoria. Varios polic¨ªas se aproximan. Entonces Hasenna grita: "?Viva el Frente Polisario!". Los agentes comienzan a golpearle y lo arrastran hacia un furg¨®n, donde prosigue la paliza. Por dos bocacalles surgen decenas de j¨®venes que lanzan piedras contra los polic¨ªas. Un grupo de antidisturbios sale en su persecuci¨®n.
El sacrificio de Hasenna, ocurrido hace 10 d¨ªas, es s¨®lo un ejemplo de c¨®mo el Frente Polisario ha logrado en los ¨²ltimos meses llevar su lucha al interior de las ciudades del S¨¢hara Occidental. Hace 30 a?os Espa?a, Marruecos y Mauritania firmaron los Acuerdos Tripartitos de Madrid, por los que el ¨²ltimo Gobierno de Franco entreg¨® la entonces provincia espa?ola a esos dos ¨²ltimos pa¨ªses. Hoy el conflicto entre Marruecos y el Polisario se encuentra en "un callej¨®n sin salida pol¨ªtico", seg¨²n afirma el secretario general de la ONU, Kofi Annan, en su informe del 13 de octubre pasado al Consejo de Seguridad.
Las manifestaciones contra la ocupaci¨®n marroqu¨ª arrancaron en mayo. Desde entonces, 40 personas permanecen en la C¨¢rcel Negra de El Aai¨²n. Sus huelgas de hambre intermitentes para denunciar violaciones de los derechos humanos han hecho llover condenas internacionales sobre el Gobierno de Rabat. El 30 de octubre se produjo la primera v¨ªctima: Hamdi Lambarki, de 31 a?os, falleci¨® despu¨¦s de que 11 agentes de los GUS le propinaran una paliza en plena calle, seg¨²n varios vecinos. Esa muerte ha dividido a¨²n m¨¢s a los habitantes del S¨¢hara: de un lado, los saharauis de origen, que son el 20% de la poblaci¨®n; del otro, los colonos marroqu¨ªes.
Pero la agitaci¨®n pol¨ªtica que vive el S¨¢hara naci¨® como una protesta de varias tribus, que se rebelaron para denunciar las promesas incumplidas de sus gobernantes. El hombre que prendi¨® la revuelta se llama Al¨ª Salem Tamek, y est¨¢ preso en la c¨¢rcel de Ait Mellul, en Agadir. Tamek es miembro de la tribu Ait Usa, cuya zona de influencia est¨¢ al este de la ciudad marroqu¨ª de Tan-Tan. Los Ait Usa son una tribu Tekna, al igual que los Izargu¨ªen, los Ait Lahsen y los Yagut. Todas ellas est¨¢n formadas por clanes guerreros que hasta principios del siglo pasado vend¨ªan cara su protecci¨®n a otras tribus. Cayeron en desgracia con el inicio de la colonizaci¨®n espa?ola. No obstante, mantienen un culto ancestral a la violencia. De ah¨ª que buena parte de sus miembros est¨¦n alistados en las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos o formen parte del ala militar del Frente Polisario. La gran mayor¨ªa de las 40 personas encerradas desde mayo en la C¨¢rcel Negra pertenecen a estos grupos.
"La revuelta pol¨ªtica que vive el S¨¢hara naci¨® como una protesta tribal", corrobora Mati Sidahmed, nombre supuesto de un comerciante saharaui de 41 a?os. "La mayor¨ªa de los Tekna llegaron al territorio en las caravanas de colonos que trajo Hassan II para alterar el censo del refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Les dijeron que iban a hacer fortuna, pero acabaron hacinados en los Campamentos de la Unidad. Lo que hacen ahora es reivindicar ayudas manifest¨¢ndose en el S¨¢hara. Cuando la polic¨ªa encierra a alguno de ellos, sus compa?eros dicen que se trata de un preso pol¨ªtico. Pero lo cierto es que de los 40 de la C¨¢rcel Negra, s¨®lo 12 o 13 son independentistas. El Polisario se introdujo en las manifestaciones de los Tekna y logr¨® convertirlas en una protesta pol¨ªtica". Una fuente diplom¨¢tica confirma esa versi¨®n, y a?ade: "El Polisario est¨¢ en su leg¨ªtimo derecho. Si Marruecos hubiera tenido la oportunidad de hacer algo semejante en los campamentos de refugiados de Tinduf, lo habr¨ªa hecho".
Los campamentos de la Unidad son un enorme arrabal de chabolas de El Aai¨²n. Las autoridades marroqu¨ªes les suministran productos b¨¢sicos (carne, aceite, harina, az¨²car...). Tamek comenz¨® luchando por la supervivencia de los suyos. No es casual que, como demuestran los archivos policiales de Marruecos, las tribus Tekna controlen el contrabando de tabaco y de ganado y el tr¨¢fico de inmigrantes desde Mauritania hacia el S¨¢hara. Las revueltas comenzaron despu¨¦s de que Rabat atendiera las peticiones de Madrid para frenar el flujo de pateras a Canarias. La polic¨ªa arruin¨® el negocio de traficantes y contrabandistas.
?Significa eso que Al¨ª Salem Tamek, el hombre que prendi¨® la revuelta independentista en el S¨¢hara, es un delincuente movido por intereses espurios? En absoluto. Tamek demostr¨® su determinaci¨®n pol¨ªtica cuando regres¨® desde Espa?a a El Aai¨²n a sabiendas de que iba a ser encarcelado. Su compa?era Aminetu Haidar es una veterana luchadora por la independencia de su pueblo y ha vivido m¨¢s tiempo en las c¨¢rceles marroqu¨ªes que fuera de ellas.
El Haj Brahim Duhi, miembro de la tribu Tekna Izargu¨ªen y del Consejo Consultivo Real de Marruecos, tiene su propia interpretaci¨®n de los sucesos de los ¨²ltimos meses. Sentado en el sal¨®n de su palacete de El Aai¨²n, explica: "Hassan II confi¨® el asunto del S¨¢hara a tres hombres que lo traicionaron. Primero, el general Ufkir [protagoniz¨® un intento de golpe de Estado y fue asesinado en 1973]. Despu¨¦s, el general Dlimi [dirigi¨® la invasi¨®n del S¨¢hara y muri¨® en un extra?o accidente cuando, seg¨²n varios historiadores, preparaba otro golpe]. Y, finalmente, Driss Basri [hombre fuerte con Hassan II, destituido por Mohamed VI y ahora exiliado voluntariamente en Par¨ªs]. Las piedras que tiran hoy los adolescentes son las consecuencias del trabajo de esos tres se?ores".
Ser¨ªa ingenuo pensar que Ufkir, Dlimi y Basri actuaron sin el benepl¨¢cito de Hassan II. Lo que ellos han hecho durante 30 a?os es recompensar econ¨®micamente el apoyo que determinadas familias distinguidas de otras tantas tribus prestan a la ocupaci¨®n del S¨¢hara. Es el caso de los Dirham, de la tribu Ait Baamar¨¢n; de los Yumani, de la tribu Erguibat, y de los Rachid, tambi¨¦n de Erguibat. Entre los tres se reparten el 80% de la riqueza y de los puestos clave del antiguo S¨¢hara espa?ol.
Hassan Dirham es la cabeza visible del clan Dirham. En 1975, cuando Espa?a renunci¨® al territorio, era un simple comerciante. Pero aquel a?o realiz¨® su jugada maestra: urdi¨® la defecci¨®n a Marruecos de Jatri uld Said uld Yumani, presidente de la Yema¨¢, el parlamento saharaui. Ahora, sus empresas controlan el mercado de carburantes, y tiene intereses en la agricultura de invernaderos y la pesca.
Los Yumani son los amos de la pesca y de la ganader¨ªa, y le hacen la competencia a Dirham en los carburantes.
Hace 30 a?os, Ijalihenna Rachid fue el hombre elegido por las autoridades franquistas para presidir el Partido de Uni¨®n Nacional Saharaui, una organizaci¨®n t¨ªtere cuyo objetivo era contrarrestar al Polisario. Ijalihenna se pas¨® a Marruecos con la c¨²pula (y tambi¨¦n con la caja) de la organizaci¨®n. Hoy controla las exportaciones de arena, los transportes frigor¨ªficos y tiene intereses en el sector pesquero. Aunque vive en Rabat es, desde hace 30 a?os, el alcalde de El Aai¨²n.
"Esa gente est¨¢ donde est¨¢ s¨®lo por decir que el S¨¢hara forma parte de Marruecos. No les interesa que el problema pol¨ªtico se solucione, porque eso supondr¨ªa el fin de su fortuna", afirma Mohamed Drissi, nombre supuesto de otro empresario. "El Rey est¨¢ alimentando a las hienas que tarde o temprano le devorar¨¢n".
El reparto desigual de la riqueza provoca continuos enfrentamientos entre las tribus. Y son esas confrontaciones continuas en El Aai¨²n (est¨¢n enfrentados los Erguibat, los Izargu¨ªen, los Ait Baamar¨¢n y los Ait Lahsen), en Smara (controlada por los Erguibat), en Bojador (los Ulad Tridar¨ªn compiten con los Larosey¨ªn) y en Dajla (los Ulad Delim luchan con minor¨ªas de Ait Lahsen y de Ait Baamar¨¢n) las que han generado el malestar social que ha abierto las ciudades del S¨¢hara al Polisario.
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