La CIA teje una red internacional antiterrorista
Los servicios secretos de EE UU crean centros de operaciones conjuntas en dos docenas de pa¨ªses
La CIA dispone de centros de operaciones conjuntos en m¨¢s de dos docenas de pa¨ªses; en ellos, los servicios de inteligencia estadounidenses y de otros lugares trabajan juntos para perseguir y capturar a sospechosos de terrorismo, as¨ª como para destruir sus redes o penetrar en ellas, seg¨²n funcionarios y ex funcionarios de estos organismos. Los centros secretos de informaci¨®n antiterrorista est¨¢n financiados fundamentalmente por la agencia y utilizan la mejor tecnolog¨ªa de espionaje de la CIA, que incluye dispositivos para comunicaciones seguras, ordenadores conectados a las bases de datos centrales de la CIA y acceso a materiales interceptados de m¨¢ximo secreto, que antes s¨®lo se daban a conocer a los m¨¢s estrechos aliados occidentales del pa¨ªs.
Las relaciones de enlace est¨¢n cambiando la forma de trabajar de EE UU en el exterior
Los estadounidenses y sus colegas de otros pa¨ªses que trabajan en estos centros, conocidos por sus siglas en ingl¨¦s, CTIC, toman a diario decisiones sobre cu¨¢ndo y c¨®mo capturar a sospechosos, si hay que llevarlos a otros pa¨ªses para interrogarles y detenerles, y c¨®mo desbaratar el apoyo log¨ªstico y financiero de Al Qaeda.
La red de centros es un reflejo de la que es actualmente la estrategia central de la CIA y la que m¨¢s ¨¦xito ha tenido a la hora de combatir el terrorismo en el extranjero: convencer y capacitar a los servicios de seguridad de otros pa¨ªses para contar con su ayuda. Pr¨¢cticamente cualquier captura o muerte de un sospechoso de terrorismo producida fuera de Irak desde los atentados del 11 de septiembre -m¨¢s de 3.000 en total- ha sido resultado de la colaboraci¨®n de servicios secretos extranjeros con la CIA, seg¨²n declar¨® el subdirector de operaciones de la agencia ante un comit¨¦ del Congreso este mismo a?o.
La pista inicial sobre el paradero de un personaje de Al Qaeda puede proceder de la CIA, pero la operaci¨®n de captura en s¨ª suelen organizarla los centros conjuntos y llevarla a cabo los servicios de seguridad locales, sin que la CIA aparezca sobre el terreno. "En la inmensa mayor¨ªa de los ¨¦xitos logrados por nuestros CTIC", explica un responsable antiterrorista, "la bota que derrib¨® la puerta era extranjera".
Los centros forman parte adem¨¢s de un giro fundamental en la misi¨®n de la CIA, que comenz¨® poco despu¨¦s de los atentados de 2001 y a¨²n contin¨²a. El principal objetivo de la agencia ya no es reclutar a agregados militares, diplom¨¢ticos y agentes miembros de los servicios de inteligencia para que roben secretos de sus pa¨ªses. Hoy, la CIA busca desesperadamente formas de colaborar con otros gobiernos a los que antes criticaba o ignoraba, con el fin de derrotar a un enemigo com¨²n.
George J. Tenet, durante su mandato como director de la CIA, fue el responsable de este giro y trabaj¨® con los jefes de las oficinas en el extranjero y los funcionarios del Centro Antiterrorista en la sede central para estrechar radicalmente los lazos con los servicios de informaci¨®n de todo el mundo tras el 11 de septiembre. Por debajo de la diplomacia visible, las tareas de cooperaci¨®n, que reciben el nombre de relaciones de enlace, est¨¢n cambiando la forma de trabajar de EE UU en el extranjero.
Desde hace un a?o, la Casa Blanca ha intensificado sus cr¨ªticas del presidente uzbeko, Islam Karimov, por su autoritarismo y su represi¨®n de los disidentes. Sin embargo, la cooperaci¨®n antiterrorista con Tashkent prosigui¨® hasta hace poco. En Indonesia, mientras el Departamento de Estado entregaba m¨ªnimas cantidades de ayuda al Ej¨¦rcito a medida que hab¨ªa progresos en materia de derechos humanos y lucha contra la corrupci¨®n, la CIA invert¨ªa grandes sumas en Yakarta y desarrollaba conexiones con los servicios de inteligencia tras a?os de tensi¨®n. En Par¨ªs, durante los peores momentos de animosidad entre EE UU y Francia por la invasi¨®n de Irak en 2003, la CIA y los servicios franceses de inteligencia creaban el ¨²nico centro de operaciones multinacional de la agencia y realizaban operaciones encubiertas en todo el mundo.
La CIA dirige estos centros conjuntos secretos en Europa, Oriente Pr¨®ximo y Asia, seg¨²n funcionarios y ex funcionarios de la agencia. Adem¨¢s, el centro multinacional de Par¨ªs, cuyo nombre en clave es Base de la Alianza, cuenta con representantes de Reino Unido, Francia, Alemania, Canad¨¢ y Australia. "Los CTIC han sido un paso adelante para la codificaci¨®n, la organizaci¨®n de relaciones de enlace que, en otros lugares, se establec¨ªan m¨¢s ad hoc", explica un ex responsable de la CIA. "Es una herramienta m¨¢s en la caja de herramientas de las relaciones".
La CIA no ha querido hacer ning¨²n comentario sobre esta informaci¨®n. The Washington Post ha entrevistado a m¨¢s de dos docenas de funcionarios y ex funcionarios de los servicios de inteligencia y a m¨¢s de una docena de responsables de servicios de inteligencia extranjeros, adem¨¢s de fuentes diplom¨¢ticas y del Congreso. Casi todos han hablado con la condici¨®n del anonimato, porque no est¨¢n autorizados a hablar en p¨²blico o por lo delicado del tema.
Los CTIC son una cosa completamente distinta de las prisiones encubiertas -lo que en los documentos clasificados se denomina "sitios negros"- que la CIA ha pose¨ªdo en diversos momentos en ocho pa¨ªses. Varios expertos legales y miembros de los servicios de informaci¨®n dicen que las prisiones -cuya existencia revel¨® The Washington Post este mes- ser¨ªan ilegales con arreglo a las leyes de varios de los pa¨ªses que las albergaban. Por el contrario, los CTIC son una expansi¨®n de la cooperaci¨®n secreta en materia de inteligencia que constituye una de las bases de la pol¨ªtica exterior desde hace d¨¦cadas.
Los centros secretos se crearon seg¨²n el modelo de los centros de la CIA para la lucha contra el narcotr¨¢fico en Latinoam¨¦rica y Asia. En los a?os ochenta, ante la corrupci¨®n de la polic¨ªa y los servicios secretos locales, la CIA convenci¨® a los dirigentes de esos pa¨ªses de que le dejaran escoger a personajes concretos, pagarles y mantenerles f¨ªsicamente apartados de sus propias instituciones. Los agentes de las naciones anfitrionas que trabajan en los CTIC m¨¢s recientes se someten a una investigaci¨®n sobre sus antecedentes y al detector de mentiras. Suelen estar bajo la supervisi¨®n del jefe de oficina de la CIA y cuentan con la ayuda de funcionarios enviados por el Centro Antiterrorista en Langley.
Convencer a los presidentes y los responsables de los servicios de inteligencia extranjeros de que entablaran o intensificaran las relaciones con la CIA necesit¨®, muchas veces, la intervenci¨®n personal de Bush, el vicepresidente Cheney y el secretario de Estado. No obstante, cada acuerdo concreto quedaba en manos de los jefes de oficina de la CIA, otros responsables de la agencia y, en el mejor de los casos, Tenet, "el maestro de los enlaces", como le denomina un veterano funcionario de los servicios secretos.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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