El secreto de las 21 momias
Los restos humanos de hace 3.000 a?os descubiertos en Menorca muestran un excepcional grado de conservaci¨®n
La cueva sepulcral prehist¨®rica intacta de Es Pas, en un remoto barranco en el coraz¨®n de Menorca, re¨²ne todos los elementos de la gran aventura de la arqueolog¨ªa. Descubierta por espele¨®logos la pasada primavera, el abrigo, en la vertiginosa pared de roca a la altura de una sexta planta, entreg¨® intacto su tesoro de restos y misterios, que pacientemente van siendo desentra?ados desde que comenz¨® la excavaci¨®n en septiembre. Ayer se anunci¨® que entre los restos humanos de 3.000 a?os extraordinariamente preservados (a los que se ha dado en llamar las momias de la Cova des Pas), figuran, adem¨¢s de musculatura, tejido pulmonar y cerebral, y excrementos.
En el peque?o recinto de la cueva (de unos 4 metros de di¨¢metro m¨¢s un peque?o pasadizo de entrada), colocados en sucesivas inhumaciones, fue dispuesto medio centenar de cad¨¢veres, la mayor¨ªa en posici¨®n fetal, envueltos en sudarios de piel de b¨®vido y atados con cuerdas formando paquetes funerarios al estilo de las momias incas. Otros aparecen acostados en parihuelas de madera.
Pero quien imagine los restos como los de momias egipcias o incas a lo Tint¨ªn se llevar¨¢ inicialmente una decepci¨®n. Tampoco se parecen a los hombres de la turba, a los tatuados escitas de Pazyrik o a las momias guanches. O a ?tzi, el Hombre de Hielo de los Alpes, su contempor¨¢neo. En la cueva hay una enorme colecci¨®n de huesos entremezclados y semienterrados en sedimento, una capa tremendamente fr¨¢gil que hay que excavar minuciosamente. Pero todo ha llegado absolutamente intacto, y se conservan cabellos y tejidos blandos momificados naturalmente, entre ellos gran cantidad de masa muscular, masa cerebral, partes de los pulmones y restos fecales. Tambi¨¦n otros elementos org¨¢nicos sensacionales: maderas, cuerdas, pieles de animales y tejidos vegetales. Entre los escasos objetos de ajuar, una especie de cilindros de cuero en forma de vasos con tapa. A algunos de los cad¨¢veres parece que se les prepar¨® un lecho de ramas, follaje o quiz¨¢ flores. Tambi¨¦n alfombras de piel. Todo ello hace que, como recalcaron ayer al presentar los resultados de la primera fase de estudio los dos coordinadores del proyecto -los prehistoriadores Josep Maria Fullola, de la Universidad de Barcelona, y V¨ªctor M. Guerrero, de la Universidad de las Islas Baleares- estemos ante un hallazgo sin igual para esta cronolog¨ªa en Europa.
Ya est¨¢n identificados 22 individuos, 14 adultos (todos hombres), 4 j¨®venes y 4 ni?os (incluido un neonato, tambi¨¦n empaquetado). Enganchada a las costillas de un esqueleto apareci¨® una masa "con aspecto de globo desinflado y francamente buena pinta", seg¨²n los estudiosos, que se identifica como tejido pulmonar, y dentro de un cr¨¢neo se ha hallado un fragmento de masa cerebral. Los restos fecales son excrementos que quedaron dentro de un intestino. El an¨¢lisis con microscopio electr¨®nico de barrido permite identificar restos vegetales dentro de las heces, lo que significa disponer de una foto fija de la ¨²ltima comida, vegetariana, de ese individuo de hace 3.000 a?os.
La excepcionalidad obliga a trabajar a los arque¨®logos con premura de especialistas en trasplantes: los restos son trasladados inmediatamente a los laboratorios para que no se estropeen. El an¨¢lisis de ADN de los restos permitir¨¢ determinar parentescos entre las personas inhumadas, as¨ª como patolog¨ªas y causas de muerte. Algunas de esas patolog¨ªas se han detectado ya: una malformaci¨®n de columna y una excrecencia tumoral en un hueso. Los enterrados son en general robustos, lo que indica actividad f¨ªsica regular. Entre ellos figura el personaje que se ha dado en llamar El Se?or de la Trenza, bastante entero (algunos cuerpos est¨¢n muy desestructurados) y que conserva un poquito de todo: cart¨ªlago, tend¨®n, pleura, la mata de cabello que le da nombre (en conexi¨®n con unos aros de esta?o puro que deb¨ªan de ser elementos de prestigio), pelos pegados al cr¨¢neo, masa men¨ªngea dentro, y hasta la pupa de una mosca necr¨®faga que debi¨® de participar en el banquete de la putrefacci¨®n (lo que prueba que se inhumaron en la cueva cad¨¢veres frescos).
De dos o tres literas, parihuelas o camillas se conserva la estructura de madera. Es un enigma c¨®mo fueron llevados los cuerpos a la cueva, y los arque¨®logos, que han dispuesto un alto andamio para el acceso, discuten sobre si fueron izados o descendidos, aunque ambas opciones presentar¨ªan sumas dificultades.
Se estima que las inhumaciones se produjeron a lo largo de entre 50 y 200 a?os, en la cultura pretalay¨®tica. Las gentes viv¨ªan en poblados, eran agricultores, ganaderos (ovic¨¢pridos y b¨®vidos) y recolectores, y muy h¨¢biles con la madera y la metalurgia. Seguramente tambi¨¦n eran buenos navegantes.
De la incre¨ªble preservaci¨®n de los restos, los estudiosos dijeron ayer que es sencillamente inexplicable -en Europa s¨®lo son comparables Otzi, preservado por el fr¨ªo, y las dos semimomias del yacimiento de Castell¨®n Alto, en Galer (Granada), un hombre melenudo y un ni?o de 3.500 a?os-, y que quiz¨¢ es achacable a razones variadas, como que en los barrancos hay un microclima, o a que la cueva est¨¦ resguardada, o a la acidez del sedimento. Una interesante teor¨ªa es que alg¨²n producto usado en el curtido de las pieles con que se envolvieron los cad¨¢veres provocase una reacci¨®n qu¨ªmica que los preserv¨®. Har¨¢n falta incluso a?os de investigaciones para acabar el estudio de la cueva, que patrocinan el Consejo Insular de Menorca y la Fundaci¨®n Caixa Catalunya.
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