LOE: Las cosas por su nombre
Piden, quienes discrepan del proyecto de la LOE, libertad de ense?anza, concretamente libertad de los padres para elegir el centro en el que sus hijos estudien. Muy bien, pero supongamos, como as¨ª sucede con frecuencia, que un centro, generalmente concertado, oferte 100 plazas y que haya 200 familias que lo soliciten. ?Qui¨¦n determina qu¨¦ 100 alumnos se admiten y qu¨¦ 100 familias deben buscar otro centro, o lo que es lo mismo, a qu¨¦ 100 familias se les priva del derecho a elegir? Hasta ahora los centros concertados disfrutan del privilegio de elegir a qui¨¦n admiten o no, y esto es, al parecer, lo que se quiere mantener cuando se exige libertad de elecci¨®n. Es decir, que lo que se demanda como libertad de los alumnos para elegir centro, es en realidad libertad de los centros (algunos) para elegir a sus alumnos. No parece que sea correcto llamar libertad de elecci¨®n a lo que es mantener unos privilegios de unos frente a otros. Y no es lo ¨²nico a lo que no se le quiere llamar por su nombre. Argumentan quienes apoyan el mantenimiento de la obligatoriedad de la religi¨®n como una asignatura m¨¢s, que la religi¨®n, y la cat¨®lica en particular, est¨¢ en la base de la cultura, la filosof¨ªa, la historia, la arquitectura, la literatura, el pensamiento y el arte en Occidente. Evidentemente es as¨ª, y ojal¨¢ que una asignatura de religi¨®n incluyera todo eso, pero de nuevo equivocan los t¨¦rminos y denominan asignatura de religi¨®n a lo que en realidad es adoctrinamiento cat¨®lico o catecismo.
Seguramente una gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n, entre los que me incluyo, sea de la tendencia que sea, discrepa de algunos aspectos de este proyecto de ley, sobre todo en lo que hace referencia a materias comunes, disciplina o niveles de exigencia (No parece que bajando a¨²n m¨¢s el nivel y dejando pasar de curso con tres suspensos sea la manera de combatir el fracaso escolar, o que la violencia se frene con m¨¢s permisividad; faltan mecanismos efectivos de disciplina, y sobra el fomento de est¨²pidos nacionalismos ling¨¹¨ªsticos y geogr¨¢ficos). Hay por tanto mucho de que hablar, pero para comenzar a entenderse el primer paso es llamar a las cosas por su nombre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.