"En las reformas debe haber un consenso firme"

Andreas Schleicher (Hamburgo, Alemania, 1964) aporta un punto de vista de altura sobre la educaci¨®n espa?ola, la reforma en ciernes y los factores que hoy en d¨ªa hacen funcionar debidamente un sistema educativo.

Pregunta. El Informe PISA ha sido una buena lecci¨®n para muchos pa¨ªses, tambi¨¦n para Espa?a. ?Cree que el nivel de los estudiantes espa?oles es peor que el de las generaciones de alumnos del siglo pasado, tal y como afirman muchos?

Respuesta. Si se observa la proporci¨®n de individuos que logra una titulaci¨®n b¨¢sica y la proporci¨®n que obtiene t¨ªtulos altamente cualificados, se ve que durante las dos ¨²ltimas generaciones, los niveles de ¨¦xito en Espa?a han mejorado incluso m¨¢s r¨¢pido que la media en todos los pa¨ªses de la OCDE. Alguna gente cree que si hay m¨¢s personas que consiguen un t¨ªtulo significa que se ha bajado el nivel, pero, a menudo, esas creencias no est¨¢n basadas en pruebas s¨®lidas. Y debemos tener en cuenta que los conocimientos que ayudar¨¢n a nuestros hijos a triunfar en el mundo de ma?ana difieren de los que hicieron triunfar a nuestros padres y a nosotros mismos, y ¨¦se es el motivo por el que no deber¨ªamos evaluar el rendimiento educativo actual s¨®lo mediante criterios pasados.

"No son las reformas a corto plazo, sino las estrat¨¦gicas, las que transforman los sistemas educativos" "Cuando se reforma sin consenso, hay una desconcertante carga de normas de las que nadie se hace responsable"

"La educaci¨®n sigue siendo una industria artesanal, con unos profesionales que trabajan aislados" "Durante las dos ¨²ltimas generaciones, el nivel de ¨¦xito en Espa?a ha mejorado m¨¢s r¨¢pido que la media de la OCDE"

P. El nivel de los estudiantes espa?oles est¨¢ por debajo de la media de la OCDE, y los resultados han empeorado, seg¨²n los estudios realizados en 2000 y 2003. ?Cree que esto tiene que ver con la ley espa?ola en vigor, la Ley Org¨¢nica de Ordenaci¨®n General del Sistema Educativo (LOGSE), aprobada en 1990, que favorece la adaptaci¨®n de la ense?anza al nivel medio de los alumnos, para poder atender a todos (la denominada "educaci¨®n comprehensiva")?

R. Es demasiado pronto para decir si ello guarda relaci¨®n con la ley espa?ola de 1990. Sin embargo, si se analiza la situaci¨®n en todos los pa¨ªses de la OCDE, se comprueba que las naciones con unos sistemas de educaci¨®n m¨¢s estratificados socialmente tienden a mostrar unas mayores disparidades en el rendimiento de los estudiantes y escuelas, adem¨¢s de unas desigualdades socioecon¨®micas significativamente superiores. En ese sentido, el vuelco que dio esa ley para realizar un seguimiento m¨¢s precoz de los alumnos coincide con la pr¨¢ctica de los pa¨ªses de la OCDE con mejor rendimiento, que dan m¨¢s importancia a los sistemas educativos "comprehensivos".

P. ?Cu¨¢les son los principales elementos que hacen que un sistema educativo funcione adecuadamente?

R. Muchos de los sistemas educativos que tienen ¨¦xito han trasladado la preocupaci¨®n p¨²blica y gubernamental del mero control sobre los recursos y los contenidos que se ense?an a un inter¨¦s por las destrezas. Recalcan la necesidad de crear un entorno rico en conocimientos, en el que los profesores y las escuelas act¨²en como socios que tienen acceso a unos sistemas de apoyo eficaces para ayudarles a aplicar el cambio. El problema es que la educaci¨®n no est¨¢ transformando sus pr¨¢cticas de acuerdo con los conocimientos que tenemos sobre su eficacia. Hay muchas investigaciones sobre el aprendizaje, pero gran parte de ellas no tienen relaci¨®n alguna con el aprendizaje de la vida real, que es el epicentro de la educaci¨®n formal. Incluso la que la tiene, ejerce una influencia insuficiente porque la educaci¨®n sigue siendo una industria artesanal, con unos profesionales que trabajan aislados y cimentan su m¨¦todo en la sabidur¨ªa convencional sobre lo que funciona.

P. ?Se deber¨ªa entonces fomentar la autonom¨ªa de los centros?

R. Algunos afirman que conceder a las escuelas m¨¢s autonom¨ªa generar¨¢ unas mayores diferencias entre las escuelas y, por ello, mayores desigualdades en los resultados del aprendizaje. Sin duda es un riesgo, pero las pruebas comparativas demuestran que se puede contener: Finlandia, Suecia o Canad¨¢ ofrecen a las escuelas una considerable autonom¨ªa para adaptar los m¨¦todos de aprendizaje a las peculiaridades de su entorno y para gestionar sus recursos, pero consiguen contener las diferencias de calidad entre escuelas, de forma que la variaci¨®n del rendimiento entre estudiantes es aproximadamente del 5%. Por el contrario, algunos de los sistemas educativos m¨¢s centralizados de Europa muestran algunas de las mayores diferencias de rendimiento entre escuelas.

P. La reforma educativa est¨¢ suscitando mucha controversia en Espa?a. ?Qu¨¦ debe primar hoy en una legislaci¨®n b¨¢sica para tener una educaci¨®n eficaz y moderna?

R. La nueva ley de educaci¨®n espa?ola ofrece una buena base para la mejora, pero el desaf¨ªo mayor ser¨¢ adaptar a la realidad ese marco. Por ejemplo, establecer unas metas y unos niveles educativos claros y transparentes es importante, pero dichos niveles s¨®lo se traducir¨¢n en unos mejores resultados si se combinan con unos sistemas de apoyo s¨®lidos para profesores y escuelas que permitan a los colegios acceder a un buen m¨¦todo y al desarrollo profesional. Pero delegar m¨¢s responsabilidades en las escuelas s¨®lo funcionar¨¢ si se combina con sistemas de responsabilidad y con la capacidad de los Gobiernos de ayudar e intervenir cuando las cosas vayan mal.

P. Los pol¨ªticos han empezado en la ¨²ltima d¨¦cada a hacer hincapi¨¦ en la educaci¨®n en sus campa?as electorales (como Bush y Blair, y, en Espa?a, Aznar y Zapatero). La consecuencia es que se habla m¨¢s de educaci¨®n, pero est¨¢ m¨¢s politizada. ?Es esto positivo?

R. El poner la educaci¨®n en un lugar m¨¢s importante de las agendas pol¨ªticas supone ciertamente el riesgo de politizarla, pero tambi¨¦n ofrece a los individuos y a las sociedades la oportunidad de realizar las inversiones necesarias en educaci¨®n. Y el conocimiento y las aptitudes tienen cada vez m¨¢s importancia para las personas y las econom¨ªas. Adem¨¢s, los que hacen las leyes sobre educaci¨®n reconocen que no producen dividendos en ciclos electorales de cuatro a?os y que no son las medidas a corto plazo sino las reformas estrat¨¦gicas a largo plazo las que van a transformar los sistemas educativos de tal manera que aumente la calidad y mejore la equidad. Por lo tanto, existen razones convincentes a favor de aprovechar el impulso pol¨ªtico para establecer reformas con un consenso firme sobre el futuro de la educaci¨®n. Si no se llega a ¨¦l, la consecuencia es que los sistemas educativos funcionan como un embudo, en cuya parte superior se colocan nuevas y brillantes ideas de reforma cada vez que un nuevo Gobierno sube al poder; en el medio hay 10 o 15 a?os de capas y m¨¢s capas de reformas inacabadas e incoherentes amontonadas, y en el fondo est¨¢n los alumnos y profesores enfrent¨¢ndose a una desconcertante carga de normas y reglamentos que nadie entiende y de la que nadie se siente responsable.

P. El sistema de ense?anza necesita una actualizaci¨®n. ?Qu¨¦ hay que hacer para modernizarlo?

R. Los profesores tienden a estar fuertemente motivados y comprometidos con la mejora educativa. Pero para tener ¨¦xito necesitan un ambiente de trabajo que proporcione m¨¢s oportunidades de variedad y diversificaci¨®n profesional, mejor liderazgo y clima en los centros educativos, m¨¢s apoyo a los profesores principiantes y condiciones de trabajo m¨¢s flexibles. Tambi¨¦n tiene que haber estructuras de incentivos que les ayuden a asumir mayor responsabilidad en los resultados del aprendizaje.

P. Aparte de todas estas cuestiones, ?es la financiaci¨®n determinante para el ¨¦xito de una reforma?

R. Los datos muestran una relaci¨®n entre el gasto en educaci¨®n hasta los 15 a?os y los resultados obtenidos por los alumnos de 15 a?os en el Informe PISA. Pero los resultados muestran tambi¨¦n que el dinero no es garant¨ªa de buenos resultados. Tal vez se requieran inversiones adicionales para mejorar la calidad y la equidad de la educaci¨®n en Espa?a, pero la pol¨ªtica educativa ha de ir m¨¢s all¨¢.

P. ?Piensa que los sucesos que est¨¢n protagonizando los inmigrantes en Francia est¨¢n relacionados con la educaci¨®n que aplicaron, o dejaron de aplicar, hace a?os?

R. Las disparidades socioecon¨®micas en los resultados escolares siguen siendo, en efecto, uno de los principales problemas en Francia, a pesar de que los informes oficiales no las destaquen.

P. En 1995, en Espa?a hab¨ªa 53.000 alumnos inmigrantes. Ahora, 500.000. ?Cree que en unos puede producirse algo parecido en Espa?a si no se integra a estos ni?os en todo el sistema educativo, y se siguen permitiendo, por ejemplo, los centros gueto?

R. Las pruebas con las que contamos indican que no es la magnitud de las poblaciones inmigrantes la que provoca las desigualdades, sino la eficacia de los sistemas educativos y sociales a la hora de abarcar la diversidad de aptitudes, or¨ªgenes e intereses de los alumnos. Muchos de los pa¨ªses que obtienen resultados especialmente buenos seg¨²n ese baremo, como Australia, Canad¨¢ o Suecia, han dejado hace mucho de considerar la diversidad como un problema y reconocen que es un elemento potenciador de la econom¨ªa del conocimiento, lo cual queda reflejado en los m¨¦todos con los que esperan captar todo el potencial de los estudiantes, incluidos los inmigrantes.