Un d¨ªa en Benidorm
Sab¨ªa, gracias a las fotos y a la televisi¨®n, de la vocaci¨®n de Benidorm por convertirse en el Hong Kong de la costa mediterr¨¢nea, pero confieso que nunca hab¨ªa estado all¨ª. Hace unas semanas, sin embargo, aprovechando un viaje a Andaluc¨ªa, me arm¨¦ de valor y me desvi¨¦ unos kil¨®metros para hacer una inmersi¨®n en el m¨¢s riguroso Benidorm en vivo y en directo. Lo primero que sent¨ª al llegar all¨ª fue que las fotos no enga?an: Benidorm es una poblaci¨®n costera con una irreprimible vocaci¨®n vertical que aprovecha sus largas playas para convertirse en verano en una concurrida ciudad de vacaciones. La f¨®rmula es conocida: sol, playa, fiesta, sangr¨ªa, m¨²sica, sexo, etc¨¦tera. En fin, lo de siempre, pero en plan talla extragrande.
Benidorm es una poblaci¨®n con vocaci¨®n vertical que ofrece la conocida f¨®rmula de sol, fiesta y sexo en plan talla extragrande
En el d¨ªa que pas¨¦ en Benidorm tuve ocasi¨®n de constatar que la ciudad es distinta a todo. No en vano tiene m¨¢s rascacielos que ninguna otra ciudad espa?ola y no en vano posee el r¨¦cord de bebedores de cerveza, de brit¨¢nicos con piel de gamba y de imitadores de Elvis por metro cuadrado. Benidorm puede con todo y m¨¢s. Con decir que Zaplana fue su alcalde entre 1991 y 1994, y que Mar¨ªa Jes¨²s a¨²n act¨²a all¨ª con su acorde¨®n... El m¨¦rito del invento, sin embargo, es muy anterior a Zaplana. Fue Pedro Zaragoza Orts, alcalde entre 1950 y 1966, quien apost¨® por convertir aquella tranquila aldea de pescadores en una poblaci¨®n vacacional king size. La f¨®rmula era sencilla: se trataba de democratizar la playa y, por tanto, cuanto m¨¢s altos fueran los edificios, m¨¢s gente tendr¨ªa opci¨®n a un balc¨®n con vistas al mar. Dicho y hecho. Las inmobiliarias se mostraron encantadas con aquel modelo y a¨²n hoy contin¨²a la locura vertical.
Si quieren saber m¨¢s sobre Benidorm, no se pierdan la docuserie que ofrece la cadena Cuatro en el espacio Vidas contadas (cada lunes a las 20.30). Por all¨ª desfila la original fauna de Benidorm: desde un guardia municipal que quiere ser cantante hasta un hamaquero que se califica de "acomodador tur¨ªstico profesional t¨¦cnico solar", pasando por unas j¨®venes madrile?as con ganas de armarla. En el d¨ªa que pas¨¦ en Benidorm tuve la suerte de coincidir con Roger G¨®mez y Ruy Bala?¨¢, dos de los enviados especiales desplazados por la productora Mediapro a la ciudad alicantina para salir a la calle c¨¢mara al hombro y darle vida a la serie. Me sorprendi¨® descubrir que, tras pasar un verano all¨ª, no parec¨ªan estar hartos de Benidorm. Al contrario, se les ve¨ªa la mar de felices, qui¨¦n sabe si afectados por el s¨ªndrome de Estocolmo, o mejor a¨²n, el s¨ªndrome de Benidorm, que viene a ser lo mismo pero mucho m¨¢s alto. "La primera impresi¨®n fue muy dura", recordaba Roger. "Vi esos rascacielos y me dije: '?Uf!, la que me espera!'. Pero despu¨¦s fui descubriendo que es una poblaci¨®n con distintos ambientes en los que siempre hay un lugar en el que encajas. Al final se est¨¢ bien en Benidorm".
A lo largo del verano, los osados enviados especiales seleccionaron una treintena de personajes representativos de la poblaci¨®n y les siguieron a fondo, pr¨¢cticamente hasta la cocina y hasta la cama, aunque en la serie, por cuestiones de tiempo, al final s¨®lo salen una decena. En mi paseo con Roger y Ruy por Benidorm pude comprobar que la poblaci¨®n se divide, igual que en el antiguo Berl¨ªn, en sectores claramente marcados: la playa de Levante, con una arena mezclada con algunas piedras y muchos locales de marcha, est¨¢ dedicada a los turistas extranjeros; la de Poniente, de arena m¨¢s fina, al turismo espa?ol y familiar. En medio, como zona neutral, queda el pueblo antiguo, con calles estrechas, casas bajas e incontables bares de tapas y tiendas de recuerdos.
A diferencia de lo que pasaba en Berl¨ªn, los sectores de Benidorm no se ignoran mutuamente. "Cuando llega la noche", me contaron Roger y Ruy, "los espa?oles j¨®venes, algunos de los cuales ya se instalan en la zona guiri, se van a ligar con extranjeras a la playa de Levante. All¨ª hay m¨¢s marcha, m¨¢s alcohol y m¨¢s desmadre". La playa, por lo visto, tambi¨¦n va variando de ambiente: de d¨ªa se trata de tomar el sol entre multitudes y remojarse en un palmo cuadrado; de noche, todo cambia. "Cuando se hace oscuro, llegan los basureros que limpian la arena, y les siguen los buscadores de monedas equipados con detector de metales, los amantes del botell¨®n y los practicantes del sexo furtivo y lo que quieras", cuenta Roger. "Lo m¨¢s sorprendente es que hacia las seis de la ma?ana, cuando a¨²n no ha salido el sol, ya hay representantes del turismo familiar que van a tomar posesi¨®n, con sus toallas y sus sombrillas, de unos metros cuadrados para toda la familia. La playa nunca est¨¢ vac¨ªa".
Como remate a mi d¨ªa en Benidorm, tras una noche de tapas, risas y cerveza, con m¨²sica de Abba y Boney M, sub¨ª en coche hasta lo m¨¢s alto de la colina que domina Benidorm. Desde all¨ª, los numerosos rascacielos que se alzan junto a la playa ofrec¨ªan una visi¨®n futurista, absolutamente irreal. Y sin embargo, Benidorm existe, y est¨¢ lleno de personas y de vida. Del verano en que Mediapro apost¨® por Benidorm salieron un total de 160 horas de grabaci¨®n, seg¨²n me comenta Eli Pons, directora de la serie, concentradas en los ocho cap¨ªtulos del programa que ahora emite Cuatro. Vi¨¦ndolos, uno tiene la sensaci¨®n de sumergirse a fondo en esa extra?a capital de las playas democr¨¢ticas, en lo m¨¢s parecido a Las Vegas que hay hoy en d¨ªa en la costa mediterr¨¢nea. Con imitadores de Elvis incluidos y con ingleses de piel de gamba y cerveza en la mano que no saben muy bien d¨®nde est¨¢n.
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