Terremoto pol¨ªtico en Israel
Las ambiciones personales y la actitud ante los palestinos fragmentan las opciones electorales
"Hay mucho personalismo y vetas populistas en la clase pol¨ªtica israel¨ª. A esto precisamente es a lo que est¨¢ jugando Ariel Sharon", afirma Mario Sznajder, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n.
En el caso del Likud nadie duda de que las ambiciones personales de sus m¨¢ximos dirigentes -y la animadversi¨®n que se profesan Sharon, por un lado, y Benjam¨ªn Netanyahu y Uzi Landau, por otro- juegan un papel decisivo. Si a ello se suman sus irreconciliables posiciones pol¨ªticas acerca de la evacuaci¨®n de la franja de Gaza, el c¨®ctel de la secesi¨®n estaba servido.
La huida hacia delante de Sharon y la fundaci¨®n de su nuevo partido, unido a la victoria del sindicalista Amir Peretz en las primarias del Partido Laborista, el pasado 9 de noviembre, prometen transformar radicalmente el escenario pol¨ªtico del pa¨ªs.
"Sharon est¨¢ jugando a ganar o a ganar", dice el profesor Mario Sznajder
Tras la salida de Sharon del partido nacionalista y conservador se augura una espectacular fuga de votantes del Likud hacia su nuevo partido que nadie se atreve todav¨ªa a medir, ni a calificar. Porque, al margen de las encuestas, el riesgo para Arik -como se conoce al todav¨ªa primer ministro- es notorio. No dispone de un entramado partidario para competir con los afiliados bien rodados de las dos organizaciones que han dominado la trayectoria pol¨ªtica del Estado jud¨ªo desde su creaci¨®n en 1948.
Y es que, adem¨¢s, la historia no est¨¢ de parte de Sharon. Nada menos que Ben Guri¨®n, el dirigente que ley¨® la proclamaci¨®n de independencia de Israel en Tel Aviv, ya encabez¨® una secesi¨®n en el Mapai, el antecedente del Partido Laborista, para fundar el partido Rafi. Fracas¨® estrepitosamente y se retir¨® para siempre. No parece que Simon Peres vaya a dirigir una divisi¨®n en el laborismo, pero tampoco se descarta que se una a las filas de Sharon. No en vano, ¨¦ste le colm¨® de elogios y le conmin¨® el domingo, durante la ¨²ltima reuni¨®n del Ejecutivo de coalici¨®n, a trabajar juntos.
"Sharon est¨¢ jugando a ganar o a ganar", asegura Sznajder. "Si es el m¨¢s votado, vence. Si se convierte en el pivote imprescindible para cualquier alianza, tambi¨¦n triunfa", a?ade el profesor. Hay que esperar a la campa?a electoral para saber si de verdad hay un cambio estrat¨¦gico en la agenda de Sharon en lo que se refiere a una eventual negociaci¨®n con la Autoridad Nacional Palestina. "?sta es la cuesti¨®n clave. ?Sharon, el gran colonizador, se est¨¢ tomando en serio la Hoja de Ruta?".
"Parece que est¨¢ comprando la teor¨ªa de los grandes asentamientos del ex primer ministro laborista Ehud Barak", aventura Sznajder. "Y hacer ver que si el proceso de paz descarrila es responsabilidad de los palestinos", concluye. Barak pretend¨ªa, a cambio de otras concesiones territoriales, mantener las colonias que circundan Jerusal¨¦n y la de Ariel.
Amir Peretz, que derrot¨® a Simon Peres en las primarias laboristas el 9 de noviembre, fue quien desencaden¨® las turbulencias. Anunci¨® sin demora que retirar¨ªa el apoyo parlamentario al Gobierno de coalici¨®n con el Likud, y coloc¨® contra las cuerdas al Ejecutivo de Ariel Sharon, que se vio forzado a aceptar el adelanto electoral.
Peretz representa un nuevo aliento que puede reinstaurar la dial¨¦ctica entre la izquierda y la derecha, venida a menos en los ¨²ltimos a?os.
El nuevo l¨ªder laborista ha prometido volcarse en las pol¨ªticas sociales, y pretende, como Sharon, pescar en todos los r¨ªos revueltos. Anteayer asisti¨® a su primera clase de ruso, un sector de la poblaci¨®n de gran influencia despu¨¦s de que un mill¨®n de jud¨ªos inmigraran tras el descalabro de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Tambi¨¦n ha rebajado el pist¨®n en el crucial asunto del proceso de paz. Si la semana pasada rechaz¨® coaligarse con un Likud encabezado por Sharon y se mostr¨® dispuesto a pactar con los partidos ¨¢rabes-israel¨ªes, anteayer dio marcha atr¨¢s. Apoy¨® una Jerusal¨¦n unificada y rechaz¨® el derecho al retorno de los refugiados palestinos. Los dirigentes ¨¢rabes montaron en c¨®lera.
Pero tambi¨¦n los dem¨¢s partidos pol¨ªticos se afanan por recolocarse. Raro es el d¨ªa que los dirigentes de la extrema derecha del Partido Nacional Religioso, con cuatro diputados en la actual C¨¢mara, y de Uni¨®n Nacional (UN), que cuenta siete, no reclaman angustiados a los prebostes del Likud que permanecer¨¢n en sus filas para formar una lista conjunta para hacer frente a las que se adivinan pueden ser las formaciones mayoritarias de la pr¨®xima Kneset (Parlamento): la organizaci¨®n de Sharon y el Partido Laborista. Los laicos de Shinui, con sus nada despreciables 15 esca?os, y el ultraortodoxo Shas, con 11 legisladores, feroces rivales en las batallas presupuestarias, est¨¢n a la espera.
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