La paz como arte de guerra
?Estamos en un proceso de paz? Cualquiera sabe, pero el sonsonete hoy de moda suena a conocido, a los tiempos de la tregua, en la que todo eran reuniones de nacionalistas que se jaleaban los unos a los otros convenci¨¦ndose de que entonces era que s¨ª -no s¨¦ si la paz, pero s¨ª el logro de sus idearios, ergo la paz-; y repet¨ªan clamores para que nadie molestara a ETA y todo se fuera al garete. Confiemos que esta vez, si hay vez, no acabe como el rosario de la aurora del 2000.
De momento, no hay tregua, pero esto va cogiendo el mismo tono, entre meloso y de sacrist¨ªa. La prueba: proliferan reconvenciones del Gobierno vasco. Cuando algo no le gusta dice aquello de que "esto no ayuda al proceso de paz"; si alguno es detenido, "esto no ayuda..."; si alguien critica el Estatut o reformas estatutarias, le cae la retah¨ªla "esto no ayuda..."; si la organizaci¨®n pone bombas en bodegas o en f¨¢bricas de bicicletas, "esto no ayuda...". Si suceden -que suceden- otras cosas menores (pintadas, amenazas, atentadillos contra Casas del Pueblo, escoltados...), "esto no ayuda...". Si la Justicia lleva a cabo un juicio, previa instrucci¨®n e informe fiscal (ya se ver¨¢ en qu¨¦ acaba: para eso son los juicios), "esto no ayuda...". Tenemos un Gobierno ecu¨¢nime, proclive a rega?arnos a diestro y siniestro, si bien se nos escora m¨¢s hacia los suyos. Natural.
El proceso de paz de ahora ha producido ya un efecto positivo, de los que transforman el mundo: Elkarri va a cambiar de nombre y dejar¨¢ de ser Elkarri para llamarse Eragin. Emocionante, aunque no he entendido eso de que, a t¨ªtulo p¨®stumo (o en el tr¨¢nsito de larva a cole¨®ptero), impulsar¨¢ una "red" ciudadana para "contribuir a desarrollar el proceso de paz adaptada a la nueva situaci¨®n", que no s¨¦ si suena siniestro o beat¨ªfico. Tampoco es novedad mi incapacidad de interpretar la frasecita, pues llevo trece a?os sin entender gran cosa a Jonan y los suyos, pues han desarrollado un lenguaje propio, s¨®lo para especialistas, cuyo sentido final suele escap¨¢rseme.
"Eragin ser¨¢ el fruto de Elkarri, su ¨²ltima contribuci¨®n para luchar m¨¢s y mejor por el derecho a la paz de nuestra sociedad". Me alegro. Creo entender que esto es como lo de los manzanos, que dan manzanas, al rev¨¦s que los nogales, que producen nueces no m¨¢s. Quiz¨¢s dentro de trece a?os Eragin d¨¦ su fruto y sufra otra metamorfosis, cual cris¨¢lida que perpetuamente se transforme en mariposa, d¨¦cada tras d¨¦cada, para siempre. Y nacer¨¢ Ekarri, y de ¨¦sta Etorri, y en el 2034 de nuevo Elkarri para volver a empezar y as¨ª hasta el final de los tiempos vascos. El eterno retorno. El c¨ªrculo perpetuo.
Al final, para qu¨¦ vamos a enga?arnos: si en el concepto de Elkarri y del Gobierno vasco llegamos a entrar de verdad en una nueva situaci¨®n depender¨¢ exclusivamente, primero, de si se negocia y, segundo y principal, de si se negocia al gusto nacionalista. Y aqu¨ª reside el gran problema que se deduce de las admoniciones del Gobierno vasco y del raro optimismo elkarriano. Convendr¨ªa hablar claro: el Gobierno vasco, Elkarri y sin duda Batasuna y los suyos no conciben una negociaci¨®n como un acto democr¨¢tico, ni como la forma de buscar un acuerdo para mejorar la convivencia entre los vascos, sino como un paso en la lucha de los vascos nacionalistas en su ¨¦pico avance hacia la libertad. Para ellos estaremos en otra fase cuando haya pasos hacia el logro de para¨ªsos nacionalistas, incluso aunque vulnerasen derechos de la (casi) mitad de los vascos, que no son nacionalistas. En su negociaci¨®n tiene que haber vencedores (los nacionalistas) y vencidos (los otros; no s¨®lo el Estado).
No llego a entender el lenguaje de Elkarri y del Gobierno vasco porque hablan cr¨ªptico y les cuesta llamar al pan pan y al vino vino. En cierto sentido, se expresa mejor ETA, que parece tener claro que esto de la paz es una fase -y un producto- de su guerra. Esta paz de la que se habla forma parte de esa guerra con la que nos combaten: nadie pone bombas ni amenaza a la gente para mejorar la convivencia, sino para atemorizar y ganar posiciones si se trata de negociar una nueva fase b¨¦lica. No s¨¦ c¨®mo se traduce esto al lenguaje elkarriano o gobiernovasquil, pero creo que significa lo mismo que nos vienen diciendo en plan misterioso y conventual.
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