Vodafone cuelga al Manchester

Vodafone ha lanzado un aviso para navegantes que dif¨ªcilmente le habr¨¢ pasado desapercibido a Florentino P¨¦rez. La compa?¨ªa brit¨¢nica de telefon¨ªa m¨®vil ha cancelado dos a?os antes de lo esperado su contrato de patrocinio al Manchester United, que se firm¨® para cuatro a?os y deb¨ªa acabar en 2008 y ahora llegar¨¢ a su fin en 2006. Vodafone, que paga cada a?o nueve millones de libras (algo m¨¢s de 13 millones de euros) para utilizar la camiseta del United como soporte de su logotipo, ha llegado a la conclusi¨®n de que no est¨¢ obteniendo la suficiente rentabilidad a su inversi¨®n. Su logo dejar¨¢ de aparecer a final de esta temporada.

El Manchester United ha querido presentar la fuga de Vodafone como "una oportunidad" para cerrar un contrato a¨²n mejor. Pero los analistas parecen m¨¢s cautos. ?Qui¨¦n va a presentar una oferta mejor que Vodafone si el contrato ahora cancelado se firm¨® cuando el United estaba en la cima del f¨²tbol europeo y ahora est¨¢ en crisis deportiva y con un propietario, el estadounidense Malcolm Glazer, contestado por gran parte de la afici¨®n?

La marcha de Vodafone no ha sido para cambiar un club por otro mejor. Se enmarca dentro de un cambio de estrategia en la manera de abordar el fen¨®meno del f¨²tbol. La compa?¨ªa de m¨®viles afirma que ha llegado a un acuerdo para patrocinar la Liga de Campeones, lo que le dar¨¢ acceso a todos los grandes estadios europeos. A su lado, el contrato con el United parece poca cosa. Las dudas que se mantienen sobre el futuro de la gesti¨®n de la entidad no parecen tampoco ajenas a la decisi¨®n. El desembarco desde Estados Unidos del magnate Malcolm Glazer, rechazado por importantes sectores de la hinchada, ha provocado publicidad negativa a Vodafone y un movimiento de seguidores del United, que est¨¢n d¨¢ndose de baja de esta compa?¨ªa y d¨¢ndose de alta en la competencia para da?ar al nuevo propietario del club.

La fuga de Vodafone puede ser una tempestad en un vaso de agua en el United si termina con la firma de un contrato superior, pero puede tener tambi¨¦n importantes consecuencias. La primera, en un orden gen¨¦rico, es que marca un punto de inflexi¨®n e incertidumbre sobre la fiabilidad y duraci¨®n de los contratos de patrocinio. Al fin y al cabo, el f¨²tbol son resultados y los equipos perdedores pierden atractivo publicitario, por guapos, fotog¨¦nicos y bien plantados que sean sus jugadores.

La segunda es menos ret¨®rica. El United tiene firmados contratos de patrocinio con firmas como Nike, Budweiser, Audi o Ladbrokes. Cada una de ellas representa un sector econ¨®mico determinado, todos ellos unidos desde hace tiempo al mundo del deporte: ropa deportiva, alcohol, coches y apuestas. Aunque el clan Glazer probablemente buscar¨¢ en Estados Unidos o en Asia un sustituto para el vac¨ªo de Vodafone, ser¨¢ dif¨ªcil que los dem¨¢s patrocinadores permitan la llegada de un competidor directo de su propio sector sin exigir una compensaci¨®n, lo que limita las opciones o deval¨²a la expectativa de ingresos.

El Manchester United vive un momento especialmente malo. Primero fue el Arsenal de Ars¨¨ne Wenger el que le empez¨® a privar de t¨ªtulos y se hizo con la aureola de ofrecer el mejor f¨²tbol del Reino Unido. Ahora es el Chelsea de Mourinho y Roman Abramovich el que ha ocupado el espacio de equipo de moda y se proyecta como el de mayor atractivo publicitario en las pr¨®ximas temporadas. La crisis deportiva ha subido de grado con la tempestuosa marcha del ex capit¨¢n Roy Keane. La continuidad en la Liga de Campeones exige la victoria en campo del Benfica, que tambi¨¦n la necesita para seguir adelante. Todo parece dispuesto para el gran terremoto: la ca¨ªda de sir Alex Ferguson. Pero, como dec¨ªa aquel, "f¨²tbol es f¨²tbol" y, los goles, todo lo pueden.