Uribe pide cuatro a?os m¨¢s
El presidente colombiano lanza su campa?a electoral para 2006 con las encuestas a favor
Reforzando su plan de seguridad democr¨¢tica y con la promesa de erradicar la pobreza y la corrupci¨®n, el presidente de Colombia, ?lvaro Uribe, piensa ganar el voto de los ciudadanos en las elecciones del pr¨®ximo 26 de mayo. Tras los cambios legales y el posterior visto bueno de la Corte Constitucional, s¨®lo quedaba que Uribe hiciera p¨²blico que optar¨¢ a la reelecci¨®n y lo hizo el domingo, en un mensaje de apenas tres minutos le¨ªdo desde el Palacio de Gobierno.
"M¨¢s Gobierno que campa?a", prometi¨®. Ser¨¢, por tanto, una campa?a at¨ªpica que girar¨¢ m¨¢s en torno a los hechos del actual Gobierno que en las promesas. Ayer, en una especie de ajuste de cuentas, sus opositores se dedicaron a desmenuzar lo que el presidente ha cumplido y lo que no de la lista de 100 propuestas con las que lleg¨® a la presidencia, en 2002. Su supuesta amistad o tolerancia con los grupos paramilitares, un tema que ya se agit¨® en su primera campa?a, revivir¨¢, sin duda, en los pr¨®ximos meses.
La mejor nota la tiene en materia de seguridad. La m¨¢s baja, en materia social. Otra de las cuentas pendientes de Uribe es la lucha contra la "politiquer¨ªa". Sin duda es el asunto que m¨¢s decepciona a sus seguidores: prometi¨® erradicar los vicios de la pol¨ªtica colombiana, pero ¨¦l mismo los sigui¨® aplicando para obtener en el Congreso apoyo a la posibilidad de reelecci¨®n.
Las ¨²ltimas encuestas muestran un descenso en la a¨²n alta popularidad del mandatario, que ha bajado del 80% al 72%. La pobreza, la enorme diferencia entre ricos y pobres -cada d¨ªa m¨¢s grande-, el desempleo disfrazado muchas veces de trabajo informal y los bajos salarios son las principales quejas. Este vac¨ªo en lo social es el que pretenden llenar sus opositores.
Hay nubarrones que oscurecen la aspiraci¨®n presidencial, como la fragilidad del proceso con los paramilitares: la aplicaci¨®n de la ley de justicia y paz y las ¨²ltimas desmovilizaciones se dar¨¢n en plena campa?a electoral. Tambi¨¦n puede serlo la firma del tratado de libre comercio con EE UU: si no es equitativo le quitar¨¢ votos en sectores como el agr¨ªcola. Y tiene un reto inmenso: garantizar la seguridad de los candidatos. A diario hay quejas de pol¨ªticos sobre intimidaci¨®n por parte de los grupos armados, especialmente los paras.
Todav¨ªa no est¨¢ claro qui¨¦nes ser¨¢n sus rivales en las urnas. La izquierda democr¨¢tica y el partido liberal -este ¨²ltimo, uno de los dos que se han repartido el poder en este pa¨ªs- elegir¨¢n a sus respectivos candidatos el 12 de marzo, d¨ªa de las elecciones legislativas. El partido conservador decidi¨®, en una consulta popular el pasado domingo, que continuar¨¢ apoyando a Uribe. Pero ninguno de los partidos tiene claro su norte ni tampoco la estrategia para frenar al candidato-presidente. Antanas Mockus, el matem¨¢tico y fil¨®sofo que ha sido dos veces alcalde de Bogot¨¢, ser¨¢ candidato independiente.
Ni siquiera los cuatro movimientos uribistas han logrado ponerse de acuerdo para acudir fortalecidos a las elecciones legislativas, comicios que son vitales para garantizar la gobernabilidad en un posible segundo periodo del presidente.
La campa?a de Uribe arranca el 28 de enero y de toda la Administraci¨®n s¨®lo ¨¦l y el vicepresidente, Francisco Santos -que repite como propuesta para el segundo periodo-, tienen derecho a hacer pol¨ªtica abiertamente. A partir de ahora Uribe debe cumplir las normas que le impuso la Corte Constitucional para poder jugar su doble papel de presidente-candidato. Desde el domingo y durante seis meses no podr¨¢ transmitir en directo los consejos comunales que realiza a lo largo y ancho del pa¨ªs ni podr¨¢ contratar de manera directa, entre otras limitaciones. A pesar de las garant¨ªas ser¨¢ imposible medir d¨®nde llega el presidente y d¨®nde empieza el candidato.
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