Los otros defenestrados

Nadie sabe a ciencia cierta cu¨¢ndo o qui¨¦n inocul¨® el virus de la codicia en el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil. Se sabe, eso s¨ª, que los s¨ªntomas se hicieron visibles hace casi medio a?o, despu¨¦s de que el diputado y presidente del Partido del Trabajo de Brasil (PTB), Roberto Jefferson, hiciera gala de su mejor oratoria para denunciar ante el Parlamento una trama de sobornos y corruptelas en el seno del PT. El propio Jefferson se hab¨ªa visto involucrado en un caso de sobornos a cambio de licitaciones en la empresa p¨²blica de Correos. Ya acorralado, decidi¨® morir matando y desmadej¨® una red que involucraba a altos cargos del partido en el poder. Les acusaba de pagar comisiones ilegales a legisladores para conseguir la mayor¨ªa parlamentaria que los votos no hab¨ªan otorgado al presidente, Luiz In¨¢cio Lula da Silva.

Posiblemente Lula haya recordado en los ¨²ltimos meses los v¨ªtores casi religiosos de los simpatizantes del PT -"?Ale, Lula!", le aclamaban sus compa?eros del sindicato metal¨²rgico- hace menos de dos d¨¦cadas, cuando fracasaba una y otra vez en sus intentos de llegar a Planalto. Hoy, sin embargo, Lula, aunque permanece inc¨®lume ante los envites, ve impotente c¨®mo los asientos reservados a sus compa?eros de fatigas pol¨ªticas quedan desiertos. Por ahora, mientras a¨²n se escribe el pen¨²ltimo cap¨ªtulo de la crisis que ha hecho del PT un campo minado, ¨¦stos son algunos de los m¨¢s destacados dimisionarios, adem¨¢s de Dirceu:

- Silvio Pereira. En una carta enviada el 4 de julio, el que era secretario general del partido ped¨ªa al tambi¨¦n entonces presidente, Jos¨¦ Genoino, "una licencia" -eufemismo de dimisi¨®n- por un tiempo no determinado. Pereira se ha visto arrastrado por acusaciones de evasi¨®n de divisas y financiaci¨®n ilegal de las campa?as del PT, entre otros delitos. Tanto Pereira como Genoino fueron blancos destacados de las imputaciones de Jefferson, quien les acus¨® de aceptar en 2003 un pr¨¦stamo por 2,4 millones de reales (aproximadamente un mill¨®n de d¨®lares) con el aval del publicista Marcos Val¨¦rio Fernandes.

- Del¨²bio Soares. Un d¨ªa despu¨¦s de la salida de Pereira, quien ejerc¨ªa como tesorero del PT hac¨ªa lo propio. La revista Veja hab¨ªa informado de la existencia de un aval bancario en favor del PT de Val¨¦rio Fernandes, firmado por Genoino y Soares. El presidente del partido neg¨® en un primer momento conocer a Val¨¦rio, pero despu¨¦s se vio obligado a admitir que hab¨ªa firmado el aval, aunque precis¨® que lo hizo sin fijarse, por la confianza que hab¨ªa depositado en el tesorero Soares, que s¨ª es amigo personal del publicista.

- Jos¨¦ Genoino. Su renuncia, unida a las de Pereira y Soares, dej¨® descabezado al PT. El hasta entonces presidente del partido hab¨ªa sido acusado de ocultar y bendecir las millonarias compras de votos. Pero el detonante de su salida fue la detenci¨®n, en un aeropuerto de S?o Paulo, de un funcionario petista, Jos¨¦ Adalberto Vieira da Silva, cuando transportaba cientos de miles de reales. Vieira, que ocultaba parte del dinero en su ropa interior, era asesor del hermano de Genoino, que ejerc¨ªa como diputado provincial. "Esto es una pesadilla", dicen que dijo Lula al conocer el episodio.

- Luiz Gushiken. En las marejadas de reestructuraci¨®n del Gabinete que provoc¨® la crisis, Lula mantuvo, contra todo pron¨®stico, al entonces ministro de Comunicaci¨®n Gubernamental, Luiz Gushiken, que coordin¨® la campa?a de 2002. Gushiken estaba en entredicho tras las informaciones de que una consultora de su propiedad, Globalprev, hab¨ªa multiplicado por 10 su facturaci¨®n anual durante el primer a?o de Gobierno de Lula. Para evitar una destituci¨®n que abundara en la crisis, Lula opt¨® por una soluci¨®n salom¨®nica: descendi¨® a Gushiken, cuya cartera dej¨® de tener rango de ministerio. Se convirti¨® en jefe de la Secretar¨ªa de Asuntos Estrat¨¦gicos de la Presidencia. Es decir, simplemente un asesor.