Una trama de ganchillo
Presente en la ¨²ltima edici¨®n de la Bienal de Venecia, la portuguesa Joana Vasconcelos (Par¨ªs, 1971) es un fiel exponente del arte joven actual, que, en Occidente, se plantea cr¨ªticamente los papeles sociales asignados en un mundo cada vez m¨¢s cambiante y desestructurado. En esta misma direcci¨®n, casi sobra se?alar que los medios art¨ªsticos de Vasconcelos son todo lo t¨®picamente at¨ªpicos que hoy se estila, lo que conlleva no s¨®lo un uso de los materiales m¨¢s vers¨¢tiles y, como se suele decir, una hibridaci¨®n de los lenguajes, sino convertir el conjunto de las piezas reunidas de la exposici¨®n en una instalaci¨®n a modo de est¨¢tico teatro de mu?ecos. Lo que Vasconcelos trata de narrar, mediante estas figuras, realizadas con madera, poliuretano, fibra de vidrio, cer¨¢mica e hilaturas tejidas con ganchillo, es el "aprisionamiento" del hombre actual, que asfixia o es asfixiado por prejuicios impuestos, que limitan o castigan su identidad social y f¨ªsica.
JOANA VASCONCELOS. OBRA RECIENTE
Galer¨ªa Elba Ben¨ªtez
San Lorenzo, 11. Madrid
Hasta el 30 de diciembre
De esta manera, vemos la esbelta y rutilante imagen de una top model, que avanza con estudiada elegancia acompa?ada por un perrito faldero, pero cuya silueta est¨¢ an¨®nimamente despersonalizada, dejando que los brillos ros¨¢ceos de su piel desnuda queden atrapados por la tupida malla de crochet.
A poca distancia, una gorda poco agraciada vestida s¨®lo con un bikini muestra con mayor claridad el molde detallado de su feo cuerpo graso, pero, en esta ocasi¨®n, toda recubierta por decenas de esposas de pl¨¢stico, que hacen de su piel una superficie pat¨¦ticamente erizada de alargadas p¨²as. Este mismo recubrimiento envuelve varios desnudos arrodillados con el mismo efecto, como el tatuaje textil del crochet ser¨¢ la malla envolvente de un hombre desnudo, varios perritos de aguas y hasta lo que parece el molde de unas nalgas o, quiz¨¢, una versi¨®n multicolor del inodoro de Duchamp.
Con lo dicho, es obvio el sen-
tido ir¨®nico, c¨¢ustico y m¨¢s juguet¨®n que ¨¢cido de estos iconos concertados por Vasconcelos, cuyo original refinamiento sensible parece m¨¢s agudo que su ingenio post-pop. Quiero decir que la forma con que Vasconcelos se sirve de la artesan¨ªa popular de su pa¨ªs y, en general, la riqueza de recursos de su lenguaje formal resultan mucho m¨¢s excitantes y convincentes que su discurso moral. Es ¨¦ste un estigma muy de su generaci¨®n, que ha invertido las caracter¨ªsticas de lo que tradicionalmente se entend¨ªa como un arte "comprometido", antes, por as¨ª decirlo, groseramente contenido por voluntario descuido de la forma y ahora narrativamente igual de simple, pero por voluntario esmero formal.
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