Cheikh L?, el esp¨ªritu senegal¨¦s
La grabaci¨®n la empezamos en Dakar en 2003. Luego estuvimos en Londres para a?adir algunas cosas y estaba ya esperando la mezcla cuando me ofrecieron ir a Brasil". Cheikh L? pas¨® pr¨¢cticamente tres semanas en el estudio de Carlinhos Brown en el barrio bahiano de Candeal. Ayudado por Al¨º Siqueira (Tribalistas), que ha producido seis de los trece temas del disco. "Muchas ideas son suyas. Los violines, el acorde¨®n, los tambores
... All¨ª hay instrumentos de percusi¨®n como los timbaus que no tenemos en Senegal. Es muy interesante", dice desde su hotel en Inglaterra.
"Al llegar a Bah¨ªa me sent¨ª
pr¨¢cticamente como en ?frica. El barrio se parece much¨ªsimo a uno que hay en Dakar. Los ni?os juegan en la calle al f¨²tbol con el torso desnudo". Un d¨ªa se presentaron en el estudio cuarenta percusionistas del bloco afro Il¨º Aiy¨º. "Pens¨¦ que se trataba de una broma, pero no... y fue genial. Me preguntaba c¨®mo iban a caber todos con sus tambores. La canci¨®n se llamaba S¨¦n¨¦gal, pero despu¨¦s de vivir aquello y con todo lo que ellos hab¨ªan aportado a la grabaci¨®n les dije, 'chicos, desde ahora se llama S¨¦n¨¦gal-Br¨¦sil".
Lamp Fall significa la luz de Fall. "La luz divina", matiza. "Cheikh Ibra Fall fue el primer disc¨ªpulo de Amadou Bamba, fundador en Senegal de la hermandad isl¨¢mica de los morabitos". Se cuentan extraordinarias historias sobre la lucha pac¨ªfica de aquel hombre contra las autoridades francesas a finales del siglo XIX. "Todos los que se negaban a someterse eran deportados a otros pa¨ªses. El ¨²nico que regres¨® sano y salvo fue Amadou Bamba. Un milagro del Todopoderoso. No ten¨ªa armas, s¨®lo su Cor¨¢n frente a todo un ej¨¦rcito que mataba a la gente como si fueran moscas. ?l nos sac¨® de las sombras. Es nuestro salvador".
A los seguidores de Cheikh
Ibra Fall se les llama baye fall. Cheikh L? es uno de ellos: un talib¨¦. Lleva colgado del cuello un medall¨®n con el viejo retrato plastificado de su marab¨² o gu¨ªa espiritual. Entre las se?as de un baye fall est¨¢n los coloridos patchwork (ropa con trozos de diferentes telas) y los dreadlocks (largas trenzas enmara?adas) que recuerdan a los rastas jamaicanos.
Lamp Fall es tambi¨¦n el nombre con el que se conoce popularmente al minarete central de la gran mezquita de Touba, la ciudad sagrada de los morabitos. "El Cor¨¢n no le dice a nadie que haga la guerra. Ni la Biblia. Al contrario, dicen que nos amemos los unos a los otros. Son personas que se dicen creyentes y que leen la Biblia las que est¨¢n haciendo la guerra. Pero no creen. Tampoco los presuntamente musulmanes, que estudian el Cor¨¢n a diario, y luego van a la guerra. Que no usen las palabras musulm¨¢n o cristiano para justificarse".
En el disco, Cheikh L? canta en wolof, pero tambi¨¦n una canci¨®n en bambara (Sou) y otra en lingala (N'Galula). La primera la populariz¨® la guineana Bembeya Jazz National hace m¨¢s de treinta a?os; la segunda, una de aquellas rumbas congole?as bailadas en buena parte de ?frica, la grab¨® la Orchestra Elegance Jazz en 1973. "Por suerte mis hermanos mayores ten¨ªan un tocadiscos en el que pon¨ªan m¨²sica para bailar con sus novias y yo pod¨ªa escuchar todos los d¨ªas sus 45 rpms y 33 rpms".
Se adivina una sonrisa al otro lado del hilo a la menci¨®n de sus h¨¦roes musicales: Otis Redding, James Brown -Pee Wee Ellis toca el saxo en sus dos ¨²ltimos discos- o Guillermo Portabales -M'Beddemi, con letra en wolof que habla de los sin techo, es su adaptaci¨®n de El carretero-. Y llega una risa franca cuando oye el nombre de Pancho Bravo. Los n¨²meros cubanos estuvieron de moda en ?frica occidental durante la d¨¦cada de los cincuenta. ?l cantaba imitando los sonidos de las palabras. "Sin entender lo que dec¨ªa", admite. Y se pone a canturrear en un espa?ol inventado un estribillo del que ¨²nicamente se entiende un nombre: Guant¨¢namo.
Hijo de senegaleses, Cheikh
L? (Bobo Dioulasso, 1955) naci¨® y creci¨® en Burkina Faso -la tierra de los hombres ¨ªntegros-. En 1985 viaj¨® a Francia. Durante dos a?os trabaj¨® en estudios: grabar, dormir, grabar. Antes hab¨ªa pasado el gorro tocando la guitarra en la calle o en restaurantes para pagarse la pensi¨®n y el bocadillo. Youssou N'Dour qued¨® tan impresionado al escuchar su voz y su casete Doxandeme (Emigrantes) -la canci¨®n que le da t¨ªtulo la hab¨ªa escrito en Par¨ªs cuando se hallaba en situaci¨®n irregular- que decidi¨® producirle el disco N¨¦ la thiass en 1995.
En su ¨²ltima gira se ocup¨® de la bater¨ªa. Apenas la dejaba para coger la guitarra en alg¨²n momento. "Yo toco la bater¨ªa en mis discos. Y a veces los m¨²sicos sent¨ªan que faltaba ese groove en los conciertos", confiesa. Ya la tocaba -y cantaba canciones italianas, francesas y hasta de Julio Iglesias- para turistas, a principios de los a?os ochenta, en el hotel Savanna de Dakar.
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