Piezas de un equipaje

"Poes¨ªas breves para alejar cualquier asomo de ret¨®rica externa o interna". As¨ª defin¨ªa Manuel Mantero (Sevilla, 1930), en el pr¨®logo a su poes¨ªa reunida -Poes¨ªa (1958 -1971)-, la opci¨®n formal de su primer libro M¨ªnimas del cipr¨¦s y los labios (1958). Y a?ad¨ªa: "Libro triste, lo s¨¦, donde yo me planteaba esas preocupaciones tremendas del hombre sobre su final, aunque ese hombre sea joven". La contenci¨®n verbal y el trasfondo existencial de entonces vuelven, con la lucidez melanc¨®lica que aporta una experiencia de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas, a este libro de t¨ªtulo machadiano. Un libro que, precisamente por eso, tiene algo de cierre de c¨ªrculo, de vuelta a los or¨ªgenes. Manuel Mantero (como Rafael Guill¨¦n, Julia Uceda, C¨¦sar Sim¨®n o Antonio Gamoneda, entre otros) pertenece a la rica y algo desperdigada n¨®mina de poetas del cincuenta que quedaron al margen de las antolog¨ªas m¨¢s divulgadas. Equipaje es un recuento de lo vivido, un recorrido por la memoria ¨ªntima y, a la vez, un intento de indagaci¨®n en el misterio del arte y de sus v¨ªnculos con la realidad. Tambi¨¦n acerca de la prolongaci¨®n del ser en la naturaleza, sobre todo en la originaria, en la que dio sentido a la ni?ez. Mantero, desde su libro anterior, Primavera del ser (2003), parece haber renunciado al poema largo, fronterizo con lo testimonial, de algunos de sus libros m¨¢s emblem¨¢ticos (sobre todo de Misa solemne). El tono conversacional, de un lirismo equilibrado, la conciencia de muerte -"La vida / se nutre de la muerte"-, que recorre de principio a fin el libro, y una suave a?oranza por lo que enterr¨® el tiempo -"Entonces erais una fiel presencia / inacabable", escribe en el poema Hijos- hacen de Equipaje una sostenida invitaci¨®n a meditar sobre lo que nos ata a la vida, sobre las p¨¦rdidas que acumulamos a lo largo de nuestra existencia. P¨¦rdidas que son, a la vez, retazos de experiencia, posibilidades de b¨²squeda, mediante el lenguaje, de emociones no previstas, quiz¨¢ inexplicables, vinculadas al propio acto de escritura y s¨®lo entendibles en su ejecuci¨®n, en la convivencia del sujeto l¨ªrico con la palabra escrita -"buscar el nombre que me abra / la puerta que hay detr¨¢s de la palabra / y las habitaciones del sentido"-. Todo ello nos lleva a un convencimiento: Equipaje es el poemario m¨¢s maduro y contenido de Manuel Mantero. Y, con toda probabilidad, el m¨¢s intenso.