Retos y oportunidades de la globalizaci¨®n
El autor repasa la agenda que tiene por delante el nuevo secretario general de la OCDE, ?ngel Gurr¨ªa, que acceder¨¢ al cargo el a?o pr¨®ximo.
Los 30 Estados miembros de la OCDE acabamos de elegir al mexicano ?ngel Gurr¨ªa como nuevo secretario general de la organizaci¨®n. Sustituir¨¢ en el puesto, a partir del pr¨®ximo 1 de junio y por un mandato de cinco a?os, al canadiense Donald Johnston, que ha venido ocupando el cargo desde 1996.
Seleccionado por consenso entre los seis candidatos que concurr¨ªan, todos ellos de muy alto nivel, Gurr¨ªa, ex ministro de Econom¨ªa y de Relaciones Exteriores de M¨¦xico y con amplia experiencia empresarial e internacional, deber¨¢ liderar el secretariado de una instituci¨®n como es la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), de gran peso e influencia en la econom¨ªa mundial, y que debe ir redefiniendo y adecuando su papel en el contexto internacional, como ha hecho hasta ahora, para dar respuesta a las oportunidades y riesgos que plantea la globalizaci¨®n.
Al reto de la integraci¨®n se suma el del envejecimiento de la poblaci¨®n
En efecto, desde su creaci¨®n en 1960, para impulsar el desarrollo econ¨®mico, esta organizaci¨®n ha sabido ir adapt¨¢ndose a los nuevos retos que iban surgiendo, consolid¨¢ndose como un organismo internacional de referencia para el an¨¢lisis de la econom¨ªa, la evoluci¨®n social y "las buenas pr¨¢cticas de gobierno". Hoy forman parte de la OCDE 30 Estados miembros m¨¢s la Comisi¨®n Europea, y se mantienen relaciones de trabajo y colaboraci¨®n con m¨¢s de 70 pa¨ªses diferentes.
Las actividades que la OCDE desarrolla pueden, de modo esquem¨¢tico, agruparse en tres tipos de funciones: en primer lugar, el an¨¢lisis del desarrollo econ¨®mico y los factores de tipo estructural que en ¨¦l inciden, elaborando a partir de ah¨ª, y del an¨¢lisis comparativo, las orientaciones en materia de "buenas pr¨¢cticas" a la hora de dise?ar e instrumentar pol¨ªticas concretas. En segundo lugar, el establecimiento de criterios y reglas de juego en ¨¢mbitos espec¨ªficos como la fiscalidad, la energ¨ªa, la ayuda al desarrollo, etc¨¦tera, y en tercer lugar, una labor de "auditor¨ªa externa" analizando, con rigor y objetividad, en informes anuales o plurianuales, las pol¨ªticas econ¨®micas, la pol¨ªtica medioambiental, la de energ¨ªa, la de competencia, la ayuda al desarrollo, o la lucha contra la corrupci¨®n, de los Estados miembros, e incluso de algunos no miembros.
Trabajos como los informes anuales sobre la econom¨ªa, el Informe PISA, cuatrienal sobre los resultados educativos, los informes sobre la situaci¨®n medioambiental, los criterios del comit¨¦ de ayuda al desarrollo, el consenso de materia de cr¨¦ditos a la exportaci¨®n, las decisiones de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, la colaboraci¨®n e investigaci¨®n en el seno de la Agencia de la Energ¨ªa Nuclear, o los C¨®digos ?ticos de Conducta, entre otros, se han convertido en referencia necesaria en la toma de decisiones de los diferentes Gobiernos de los 30 pa¨ªses m¨¢s avanzados del mundo. As¨ª, y en el caso de Espa?a, un repaso al BOE pone de manifiesto c¨®mo muchas de las medidas adoptadas en este campo, desde las destinadas a aumentar la productividad a la regulaci¨®n de conflicto de intereses en la Administraci¨®n o la Cooperaci¨®n y Ayuda al Desarrollo, se inspiran claramente en los criterios de la OCDE.
Pero de la misma manera que este organismo ha venido jugando un papel de relevancia a lo largo de las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX, la realidad actual exige que se centre de manera m¨¢s espec¨ªfica en identificar los factores que ser¨¢n claves en la resoluci¨®n de los m¨²ltiples problemas que la globalizaci¨®n plantea, as¨ª como potenciar las ventajas y oportunidades que emergen en esta nueva situaci¨®n que caracteriza la econom¨ªa mundial a comienzos del siglo XXI.
Son muchos los ejemplos que pueden citarse. As¨ª, la econom¨ªa china y la de otros pa¨ªses de la regi¨®n es cada vez m¨¢s pujante, lo que plantea buenas perspectivas para el crecimiento del comercio y la inversi¨®n all¨ª, pero tambi¨¦n problemas de deslocalizaci¨®n y ajustes a corto y medio plazo en esta parte del mundo; aparte de la sostenibilidad de ese crecimiento por problemas medioambientales o tensiones sociales. Unido a ello est¨¢ la evoluci¨®n de la demanda de energ¨ªa en el mundo y su efecto sobre el cambio clim¨¢tico. Por otra parte, la aguda insuficiencia de recursos para cumplir los objetivos del milenio en relaci¨®n al mundo subdesarrollado, junto con una creciente e irreversible emigraci¨®n hacia los pa¨ªses m¨¢s ricos, plantea el problema de la integraci¨®n social aqu¨ª y la p¨¦rdida de capital humano all¨¢. Al reto de la integraci¨®n se suma el problema del envejecimiento de la poblaci¨®n con lo que implica en materia sanitaria y de pensiones. En un ¨¢mbito m¨¢s tecnol¨®gico, pensemos en el efecto de las nuevas tecnolog¨ªas y sus consecuencias, como el futuro de la biotecnolog¨ªa con sus implicaciones ¨¦ticas, la seguridad en Internet, la brecha digital o los efectos sobre la productividad. La lista de temas es sin duda muy amplia y desbordar¨ªa el espacio de este art¨ªculo.
Pero esta lista es la que ?ngel Gurr¨ªa encontrar¨¢ en su mesa. La OCDE deber¨¢ una vez m¨¢s anticiparse a los retos que tenemos y a los que se avecinan y aportar criterios razonables para que los diferentes pa¨ªses podamos hacer frente a este entorno de globalizaci¨®n en que vivimos. Liderar una organizaci¨®n para la que trabajan m¨¢s de 2.000 personas entre staff, consultores y colaboradores, proponer iniciativas y canalizar el trabajo de acuerdo con las orientaciones que establezca el Consejo es la dif¨ªcil tarea que tiene por delante.
El secretario general saliente, Donald Johnston, deja una organizaci¨®n eficiente y prestigiosa, aunque a veces poco conocida fuera del c¨ªrculo de expertos. Al haber preparado su sucesi¨®n con antelaci¨®n suficiente consigue, con un gran sentido de responsabilidad, que la maquinaria siga rodando. Esto facilita la tarea, pues la actividad de la OCDE contribuye a dotar de estabilidad a la econom¨ªa mundial y a la sociedad, algo que es absolutamente necesario para que haya progreso en estos complicados momentos que vivimos.
Fernando Ballestero D¨ªaz es embajador representante permanente de Espa?a ante la OCDE y miembro de su Consejo de Direcci¨®n.
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