El horror de Muriel
Muriel Degauque es la primera terrorista suicida europea de la que se tiene noticia. Panadera belga, de 38 a?os, se fue a inmolar en Irak, donde hab¨ªa fallecido el marroqu¨ª con el que se hab¨ªa casado en segundas nupcias y que fue abatido poco despu¨¦s por las tropas americanas en Bagdad, antes de que a su vez hiciera detonar su cintur¨®n de explosivos. Muriel se hab¨ªa adentrado en el islamismo m¨¢s radical, y hab¨ªa pasado de ponerse velo a llevar un burka en la propia Bruselas. Su caso pone la piel de gallina, pues puede tratarse de un nuevo arquetipo, aunque haya precedentes como el de John Walker, el talib¨¢n americano.
El nombre de Muriel ha saltado a la palestra casi a la vez que los ministros de Justicia e Interior de la UE aprobaban, finalmente, un plan para controlar el islamismo radical y violento en mezquitas y prisiones de Europa para contrarrestar la radicalizaci¨®n de j¨®venes por grupos que propugnan la violencia. Se contempla la formaci¨®n de imanes en los valores y la cultura europea. A la vez se establecer¨¢ mayor vigilancia en Internet para bloquear las p¨¢ginas extremistas, y un mayor control de las c¨¢rceles, que se han convertido no s¨®lo en lugares de detenci¨®n de radicales, sino de formaci¨®n de c¨¦lulas activistas en decenas de idiomas que demasiado a menudo desconocen sus propios guardianes. Adem¨¢s de una mayor coordinaci¨®n y capacidad de reacci¨®n policial, los 25 se han comprometido a un mayor control de la inmigraci¨®n ilegal, para lo que Espa?a pidi¨® que un 3% de los fondos destinados a la pol¨ªtica de vecindad de la Uni¨®n se utilice en medios para reforzar el control de esos flujos en los pa¨ªses de origen. As¨ª se refuerzan a escala europea las pol¨ªticas nacionales m¨¢s duras con esta inmigraci¨®n y la expulsi¨®n de radicales no europeos, que se est¨¢n adoptando en diversos pa¨ªses, como Francia y el Reino Unido.
El reticente Parlamento Europeo deber¨¢ pronunciarse sobre la decisi¨®n de los ministros de exigir que las empresas de telefon¨ªa conserven, a cargo de sus cuentas, entre 6 y 24 meses copia de los correos electr¨®nicos y las llamadas. Es un paso dif¨ªcil, pero la realidad parece demostrar que es informaci¨®n crucial en esta lucha antiterrorista, como se vio tras los atentados de Madrid y Londres. Los ministros han sido prudentes al exigir que la polic¨ªa s¨®lo tenga acceso al contenido de esas llamadas y correos con una orden judicial. Se preserva as¨ª un dif¨ªcil equilibrio entre la seguridad y el derecho a la intimidad y al secreto de las comunicaciones. Lo que no es seguro es que estas medidas impidan que se multiplique el espeluznante caso de Muriel, que pone de relieve que este terrorismo no tiene fronteras.
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