Viaje al pasado en el valle del Hierro

En las faldas del monte Aizkorri, entre impresionantes piezas de hierro y verdes prados por los que pastan las ovejas latxas, se encuentra el parque de Mirandaola, a un kil¨®metro de la localidad guipuzcoana de Legazpi. El punto de partida de todas las visitas para informarse de precios, horarios y sacar las entradas a las diferentes actividades es la oficina de turismo de la comarca, f¨¢cilmente identificable por sus alegres colores y los grandes caracteres que forman la frase "Burdin Harana" ("Valle del Hierro").

El hierro es el gran protagonista de la historia de esta zona, como se puede comprobar en el Museo del Hierro Vasco, junto a la oficina de turismo. Es un museo interactivo que propone, de una forma amena y divertida, un paseo por el proceso de extracci¨®n del hierro hasta su fundici¨®n en las ferrer¨ªas. Un pre¨¢mbulo que viene muy bien porque a unos pocos metros se mantiene en pie la ferrer¨ªa de Mirandaola, que estuvo en funcionamiento entre los siglos XIV y XIX. En su interior, el primer domingo de cada mes de oto?o e invierno, y todos los domingos a partir de abril, se activan los viejos mecanismos y se puede ver en funcionamiento.

Fuelles y tenazas

Dos ferrones vestidos de ¨¦poca trabajan el hierro artesanalmente como anta?o: se abren las compuertas para que el agua del r¨ªo ponga en movimiento las grandes ruedas hidr¨¢ulicas, que a su vez har¨¢n soplar los fuelles para calentar el horno donde se funde el hierro. Con largas tenazas, el ferr¨®n saca la pastosa masa incandescente y la coloca sobre el yunque bajo el enorme mazo que sube y baja activado por la fuerza del agua. El ruido se escucha en todo el valle; la atm¨®sfera dentro de la ferrer¨ªa, con el chisporroteo del fuego en la penumbra, parece hipnotizar a los presentes. ?Espectacular! Al final se recompensa a los m¨¢s peque?os con un trocito de hierro reci¨¦n moldeado.

Aqu¨ª no acaba la excursi¨®n. El objetivo del parque de Mirandaola es mostrar las diversas facetas de la vida en el valle: mineros, molineros, pastores... En el cercano caser¨ªo Erraizabal aguarda al viajero el Ecomuseo del Pastoreo, donde se ense?a el oficio de pastor de las ovejas de raza latxa. De la mano de un aut¨¦ntico pastor se recorren los rincones del caser¨ªo y se muestra la elaboraci¨®n del queso idiaz¨¢bal, que termina con una degustaci¨®n en toda regla.

Tambi¨¦n se visita el Rinc¨®n del Pan, en el caser¨ªo Igaralde-Goena del barrio de Brinkola, en Legazpi, que muestra la tradici¨®n molinera y panadera de la comarca, desde la siembra del grano y la elaboraci¨®n de la harina hasta el instante en que el pan sale del horno. La visita completa, con estas tres paradas, dura unas tres horas.

Otro recorrido que propone el valle del Hierro es la Ruta Obrera, en la misma localidad de Legazpi. Se trata de un acercamiento a la vida de una familia obrera de los a?os cincuenta, en el que se entra en una vivienda, una capilla y un aula de entonces. Con la ayuda de modernas t¨¦cnicas audiovisuales se retrocede a aquella ¨¦poca: se puede o¨ªr a la se?ora de la casa mostrando las diferentes habitaciones o escuchar al marido y al ni?o jugando. Aunque lo m¨¢s interesante es identificar objetos familiares como el viejo bote de Cola-cao. En el aula sorprende la reconstrucci¨®n de los pupitres con la pizarra, el pizarr¨ªn y todo tipo de materiales, mientras un profesor pregunta las tablas de multiplicar y otro repasa la lecci¨®n de geograf¨ªa en aquella especie de canto "el Ebro nace en...". Qu¨¦ tiempos aquellos que ya pasaron y que no est¨¢ de m¨¢s recordar, como se hace en el valle del Hierro.