"Esto es otro mundo"
Javier Villanueva espera el comienzo de su juicio mientras vive en un piso vigilado por cuatro polic¨ªas bolivianos
"Estamos en un pisito de 29 metros cuadrados... Somos cuatro polic¨ªas, mi novia y yo". Javier Villanueva, el sevillano de 28 a?os acusado del asesinato de una fiscal en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), lleva ya casi tres semanas fuera del penal de Palmasola, donde ha estado recluido m¨¢s de 18 meses. La Justicia boliviana se vio obligada a permitir la excarcelaci¨®n del ciudadano espa?ol al haberse cumplido el tiempo m¨¢ximo que una persona puede estar privada de su libertad en este pa¨ªs suramericano sin que se celebre un vista oral.
Villanueva espera ahora que llegue el juicio encerrado en ese piso de Santa Cruz de la Sierra, donde est¨¢ vigilado las 24 horas del d¨ªa por cuatro agentes de polic¨ªa. "Tengo que darles hasta de comer", explica por tel¨¦fono el sevillano, quien afirma que s¨®lo ha salido una vez del piso porque teme que atenten contra su vida. Pero, ?qui¨¦n querr¨ªa matarlo? "Las autoridades policiales o alguna organizaci¨®n extranjera que tiene gran peso en este pa¨ªs. Aqu¨ª han pasado much¨ªsimos accidentes... Cosas muy raras y no me atrevo a salir".
Su historia se remonta unos a?os atr¨¢s, cuando se march¨® de Sevilla
Villanueva se enfrenta a una pena m¨¢xima de 30 a?os de c¨¢rcel si finalmente es considerado culpable del asesinato de la fiscal M¨®nica von Borr¨ªes el 27 de febrero de 2004. La vista podr¨ªa comenzar la segunda quincena de enero, seg¨²n sus previsiones. Pero dice que "no hay garant¨ªas para que se celebre un juicio justo". "Esto es otro mundo", afirma.
La historia de Villanueva se remonta unos a?os atr¨¢s, cuando decidi¨® marcharse de Sevilla. En Santa Cruz de la Sierra, al sur de Bolivia, este joven abri¨® un restaurante en una de las zonas de marcha de la ciudad. Para afrontar los gastos del proceso, el sevillano ha tenido que vender el Diablo's Sport Bar, que se llama as¨ª en referencia a Marco Diablo Etcheverry, famoso jugador de f¨²tbol boliviano y socio de Villanueva.
A trav¨¦s de algunas amistades, el espa?ol conoci¨® a Marco Marino Diodato, un controvertido ciudadano italiano que pas¨® de ocupar altas instancias dentro del ej¨¦rcito boliviano a ser perseguido por la Justicia.
Diodato fue condenado por narcotr¨¢fico -Bolivia es uno de los mayores exportadores de coca¨ªna del mundo, lo que hace que la agencia antidroga estadounidense (DEA) tenga una fuerte presencia all¨ª-. El 30 de enero de 2004, Diodato se fug¨® de la cl¨ªnica en la que estaba custodiado por la polic¨ªa. El 27 de febrero, Von Borr¨ªes muri¨® en el atentado con coche bomba. Esta fiscal, entre otros casos, estaba investigando la relaci¨®n de Diodato con el narcotr¨¢fico.
La polic¨ªa boliviana, a los pocos d¨ªas del atentado, detuvo al brasile?o Ricardo Borba Mezquita, quien dijo que la fiscal hab¨ªa sido asesinada por una supuesta organizaci¨®n criminal que lideraba Diodato. El italiano, al que la Fiscal¨ªa considera el autor intelectual del atentado, sigue desaparecido. Pero, en su declaraci¨®n, Borba inculp¨® a otras personas -entre ellas, a Villanueva- como autores materiales.
"Lo ¨²nico que tienen contra mi es la declaraci¨®n de una persona que ha estado en la c¨¢rcel y que ya se ha retractado varias veces", dice Villanueva. "Estoy jodido, acusarte aqu¨ª es muy f¨¢cil, pero demostrar que eres inocente es muy complicado. Esto es muy distinto a Espa?a".
Tras ser detenido a finales de marzo de 2004, Villanueva grab¨® un video en el que se autoinculpaba. Esta cinta, que no podr¨¢ formar parte en ning¨²n caso de las pruebas que presente la acusaci¨®n, fue realizada, seg¨²n el sevillano, bajo a amenazas y torturas, algo que neg¨® Hugo Iquise, uno de los fiscales encargados del caso.
"Esto cada vez se hace m¨¢s pesado... Ahora estoy m¨¢s c¨®modo, pero quiero volver a Espa?a porque aqu¨ª no estoy seguro", dice Villanueva.
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