Los jesuitas encaran la crisis

Expulsiones y exilios, persecuciones o envidias, incluso martirios... Los jesuitas est¨¢n acostumbrados a las dificultades extremas, pero pocas les inquietaron tanto como las que padecen ahora por la deserci¨®n de miles de sus efectivos y la escasez de vocaciones. Los ¨²ltimos datos de la orden fundada hace 465 a?os por Ignacio de Loyola (Azpeitia, Guip¨²zcoa, 1491) son testarudos. Desde la clausura del Concilio Vaticano II, en diciembre de 1965, ha perdido el 44,9% de sus miembros. Es decir, hab¨ªa entonces en el mundo 36.038 jesuitas, y ahora son 19.850, de los que 1.641 trabajan en Espa?a.

Los 127 Superiores Mayores de esta orden conocida en el pasado como ej¨¦rcito del Papa han reflexionado esta semana en Loyola (Guip¨²zcoa), junto a su prep¨®sito general, el holand¨¦s Peter-Hans Kolvenbach, sobre el estado de la Compa?¨ªa, con una decisi¨®n extraordinaria: reunirse en 2008 en Congregaci¨®n General para buscar remedios y cambiar estructuras. En casi 500 a?os es la quinta gran congregaci¨®n que se convoca con este fin, pues las otras, hasta 34, tuvieron como finalidad elegir los prep¨®sitos generales.

La primera vez que a los miembros de la Compa?¨ªa de Jes¨²s se les llam¨® jesuitas fue en 1544. Era como un insulto de sus adversarios, que les echaban en cara el nombre (La Compa?¨ªa) tomado en su sentido militar, y que usaran con desparpajo el apelativo de Jes¨²s. Dijo el fundador entonces: "No s¨¦ si seremos crucificados en Roma; pero s¨ª s¨¦ que Jes¨²s nos ser¨¢ propicio". Llegaban a Roma desde Par¨ªs y eran un pu?ado de hombres, con una cl¨¢usula constitucional que dec¨ªa que no deb¨ªan exceder de 60. Pronto fueron decenas de miles, y levantaron una multinacional religiosa, admirada o temida. Hoy hay jesuitas en 127 pa¨ªses, la mayor¨ªa en la vanguardia de un apostolado que incomoda con frecuencia al Vaticano, como ya ocurri¨® en tiempos de los fundadores, Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Diego La¨ªnez, Francisco de Borja o el saboyano Pedro Fabro.

Entre otras actividades, la Compa?¨ªa gestiona 3.451 instituciones educativas, de las que 200 son universidades, 445 escuelas superiores, y el resto colegios universitarios o centros de primaria o media, con 2.440.000 alumnos, sin contar sus tradicionales tareas de apostolado teol¨®gico, social o misionero con miles de fundaciones u ONG.

Pero los jesuitas temen morir de ¨¦xito. Para hacer funcionar con la eficacia que se espera de ellos ese c¨²mulo de propiedades y actividades necesitan de cientos de miles personas. La Congregaci¨®n General convocada para 2008 arbitrar¨¢ mecanismos para resolver, entre otras muchas, esas nuevas necesidades, admitiendo quiz¨¢ lo que los Superiores Generales reunidos en Loyola han calificado como "colaboraci¨®n de externos", pero vigilando para que los cambios no desvirt¨²en "el carisma y la identidad tradicional de los jesuitas".