Secuelas vietnamitas
"Siempre estar¨¢s fuera de lugar; donde vayas, ser¨¢s pobre", le espeta el capit¨¢n de un barco que trafica con inmigrantes que huyen de la pobreza a una de sus fuentes de financiaci¨®n. En este caso, es un vietnamita, pero bien podr¨ªa ser un subsahariano, un cubano, un magreb¨ª. A la tragedia de las pateras, sea cual sea la frontera, en Un lugar maravilloso se une el drama de los hijos de los miembros del ej¨¦rcito estadounidense y madres vietnamitas nacidos durante y despu¨¦s de la guerra. Unas personas definidas por el t¨¦rmino bui doi, cuyo significado es "menos que el polvo".
Como El cielo y la tierra (Oliver Stone, 1993) y Tres estaciones (Tony Bui, 1999), Un lugar maravilloso se ocupa de parte de las consecuencias humanas de la guerra de Vietnam. Entre 12.000 y 18.000 ni?os fueron concebidos entre 1964 y 1975 por una uni¨®n entre un soldado americano y una mujer local, y muchos de ellos encerrados en campos de reeducaci¨®n tras la salida de Estados Unidos y la ca¨ªda de Vietnam del Sur, bajo la acusaci¨®n de haber colaborado con el bando enemigo. Ambientada en 1990, la pel¨ªcula se ocupa de uno de estos hijos del agobio.
UN LUGAR MARAVILLOSO
Direcci¨®n: Hans Petter Moland. Int¨¦rpretes: Damien Nguyen, Nick Nolte, Bai Ling, Tim Roth. G¨¦nero: drama. Estados Unidos, Noruega, 2005. Duraci¨®n: 125 minutos.
Con pasajes ciertamente bellos, pero con cierto abuso del esteticismo, el noruego Hans Peter Moland traza el sue?o americano de un joven en busca de sus ra¨ªces paternas. Con forma de pel¨ªcula-r¨ªo, la historia se embelesa en los sucesivos dramas que sufre el muchacho, desde su trabajo como mero esclavo junto a su familia adoptiva hasta el hacinado barco que le lleva a las costas de Nueva York, pasando antes por un campo de concentraci¨®n en tierras de Malasia.
Moland, autor de la excelente Cero grados Kelvin (Menci¨®n Especial del Jurado en el Festival de San Sebasti¨¢n del a?o 1995), desperdicia algunos momentos por agarrarse demasiado al deleite en lugar de a la sequedad del drama (caso de la c¨¢mara lenta en el forzad¨ªsimo accidente de la due?a de la casa). Sin embargo, cuando la direcci¨®n est¨¢ presidida por la sutileza (los inmigrantes vagando por una ciudad que desconocen; el penoso reparto del tiempo de cama, unos de d¨ªa y otros de noche, en la ciudad en la que hab¨ªan so?ado triunfar...), cuando no hay m¨¢s explicaci¨®n que la llana descripci¨®n del tormento, la pel¨ªcula se eleva y, a pesar de cierta morosidad, acaba disfrut¨¢ndose porque, adem¨¢s, la parte final entre el padre y el hijo es la mejor descrita gracias a sus silencios c¨®mplices.
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