Hasta la cocina
Y m¨¢s all¨¢. ?C¨®mo llenan los espa?oles la nevera en las celebraciones? ?D¨®nde compran el pavo o los turrones? ?Son cl¨¢sicos, o m¨¢s bien innovadores? Cuatro familias nos adelantan sus comidas de navidad.
Y m¨¢s all¨¢. ?C¨®mo llenan los espa?oles la nevera en las celebraciones? ?D¨®nde compran el pavo o los turrones? ?Son cl¨¢sicos, o m¨¢s bien innovadores? Cuatro familias nos adelantan sus comidas de navidad.
Est¨¢ la que viene a mesa puesta y ya un poco piripi, y el que se tira toda la tarde preparando la lubina para encima soportar o¨ªr que le ha quedado seca. El cu?ado que cuenta los mismos chistes malos de siempre y la ¨²ltima novia del primo, que es muy mona y muy prudente, porque casi no abre la boca.
Con la cena de Nochebuena pasa como con las opiniones; que todos tenemos una. S¨®lo que en esta discusi¨®n, las posiciones se aproximan bastante. Los espa?oles se parecen a la hora de llenar la nevera ese d¨ªa y el resto de las fechas que aparecen se?aladas en el calendario con la C de comilona y la B de bicarbonato. Para empezar, quien m¨¢s quien menos echa el resto. Unos 175 euros, calcula la Confederaci¨®n Espa?ola de Consumidores y Usuarios, es lo que los espa?oles gastar¨¢n estas navidades en comida por cabeza (f¨ªsica, no de familia). Una cifra m¨¢s moderada (150 euros) si se pregunta al Instituto Catal¨¢n de Consumo (y, por favor, deje el chiste al cu?ado). Un 26% m¨¢s, en cualquier caso, que lo que gastamos en esta partida el resto del a?o. En parte porque, como no se cansan de repetir las asociaciones de consumidores, ciertos productos navide?os -las inevitables angulas, por ejemplo- aumentan hasta en un 40% su precio.
Una percepci¨®n compartida por m¨¢s de la mitad de los encuestados en el estudio Los madrile?os y sus gastos en la Navidad, completado por la c¨¢mara de comercio de la capital y que brinda una reveladora explicaci¨®n. "S¨®lo est¨¢n calculando que les saldr¨¢n m¨¢s caras, no que esperen mejorarlas".
O sea, que se paga m¨¢s por exactamente lo mismo. La dichosa ley de la oferta y la demanda, porque parecemos ponernos de acuerdo en comer lo mismo por Navidad. As¨ª se desprende del estudio que cada a?o edita el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n. En esto, el podio queda as¨ª: oro a la carne de cerdo, plata a las carnes transformadas (embutidos) y bronce a moluscos y crust¨¢ceos. Un ranking que, se?ala Carmen Fuentes, especialista en estad¨ªstica del ministerio, hay que matizar. Las carnes figuran tan alto porque ¨¦sta es la ¨¦poca de la matanza y los kilos de cerdo se contabilizan aunque no se consumen. Caso distinto es el del marisco, del que tocamos en diciembre a 1,23 kilos por persona. A ojo, unos 24 langostinos grandes matados y consumidos, de los que la mitad son frescos; el 39%, congelados, y el resto, cocidos.
Pero si hay alimentos que reciben mucha mayor atenci¨®n en Navidad, ¨¦stos son los turrones, cuyo consumo se multiplica por 20, y los vinos espumosos, de los que, seg¨²n el Consejo Regulador del Cava, bebimos unos 53 millones de litros en las navidades de 2004.
Y ya que ha llegado la hora del descorche, ser¨ªa de justicia brindar por los que hacen la compra de Navidad y ponen la casa. M¨¢s del 40% de estos abnegados atienden para llenar el carro a los gustos familiares o a la tradici¨®n, seg¨²n el estudio del ministerio. Y compran en supermercados (34,1%), tiendas tradicionales (27%) y grandes superficies (18%). En lo que todos coinciden es en la comprobaci¨®n in situ de la creencia extendida de que la campa?a de Navidad empieza antes cada a?o. ?Un ejemplo? Los folletos que anuncian los turrones y cavas entraron en vigor en la red de hipermercados Alcampo el 11 de noviembre. Que el que no es previsor, es que no quiere.
Al final del todo, ?qu¨¦ queda? Un mont¨®n de recuerdos, algunos empachos, borracheras e intoxicaciones alimentarias -que afectan a los que no tienen medida, esos a los que las autoridades sanitarias dirigen repetidas advertencias-, y s¨®lo en la ciudad de Madrid y en Nochebuena, 5.500 toneladas de basura (un 69% m¨¢s que un d¨ªa normal). Recogidas por los operarios del Ayuntamiento y bajadas a la calle por el hermano peque?o de la familia. ?se s¨ª que no se libra.
01 Familia Mira-Albacete: Cena en casa de los maestros japoneses
Charo Albacete y Javier Mira invitar¨¢n a 'sushi' en su casa del barrio de La Latina, en Madrid.
?Buscan una Nochebuena at¨ªpica? ?sta es la suya. Charo y Javier preparar¨¢n este a?o un men¨² de sushi para Adriana, su hija com¨²n; Carmen, madre de ¨¦l; Mar¨ªa, hermana de Javier, y su pareja, Paolo, y Nathalie, una amiga francesa que, lejos de su familia, se deja querer. En la foto falta India, hija del primer matrimonio de Javier, que vive en M¨¢laga y viaja mucho a Australia; su t¨ªo Ra¨²l, y "amigos sin plan esa noche, que se apuntar¨¢n", dice Charo. Los anfitriones aprendieron este verano en Murcia a cortar el pescado, preparar el arroz, diferenciar el jengibre bueno del malo y todo lo necesario para cocinar a la japonesa. "Lo m¨¢s divertido est¨¢ en la preparaci¨®n. Te tiras toda la tarde, vas probando el sake, y ya sabes?", interviene Javier. Antes de afilar los cuchillos hay que buscar los ingredientes. "Lo m¨¢s dif¨ªcil es el toro de at¨²n [equivalente a la ventresca]. Es car¨ªsimo, y en Madrid s¨®lo lo encuentras en el mercado de pescado de Ant¨®n Mart¨ªn", explica Charo. Todos son fans del sushi. Tambi¨¦n Mar¨ªa, aunque, como est¨¢ embarazada, ser¨¢ mejor que le cocinen algo aparte. Con todo, la originalidad de la cena del a?o pasado parece insuperable. Se declar¨® un incendio en el piso de al lado (no fue nada) y terminaron a las tres de la madrugada brindando con vino en la calle. "Abuela y nieta haci¨¦ndose fotos con los bomberos".
02 familia Naval-Trejo: Despedir el a?o cocinando por gusto
Javier (de 41 a?os), Soco (de 40) y sus tres hijas, Violeta (11), Alicia (6) y Carolina (3), preparan la Nochevieja en su casa de Madrid.
En Nochebuena, la anfitriona es su madre, pero de la ¨²ltima cena del a?o no se libra. Soco recibe en casa por Nochevieja a ocho familiares, aparte de su marido y sus tres hijas, que se sientan a una mesa preparada por las cr¨ªas, Violeta, Alicia y Carolina. "Les hace mucha ilusi¨®n colaborar ese d¨ªa", dice su madre. "A m¨ª me gusta cocinar, y especialmente esa noche en la que todo el mundo se muestra m¨¢s agradecido". La compra la hace el d¨ªa anterior, salvo los productos frescos, para los que espera a la misma ma?ana del 31. La reparte entre los hipermercados y las tiendas de su barrio, Arroyo del Fresno, al norte de Madrid. "Lo que me da pena es que al ser un vecindario de nueva construcci¨®n, no existan mercados tradicionales". Un espect¨¢culo visual en esas fechas, dice. "Al llegar a casa, lo dejo todo preparado. Las cosas del horno, listas para s¨®lo tener que apretar el bot¨®n". En el men¨² est¨¢n los cl¨¢sicos ("entremeses, que los mantengo") y las innovaciones: "Para el segundo plato, cada a?o lo voy cambiando. Es parte de la sorpresa". Los invitados -casi todos venidos de Madrid, salvo su hermano y uno de sus cu?ados, que viven en Londres y Melilla- hacen c¨¢balas pensando en qu¨¦ les esperar¨¢. Al acabar la cena, toman una copa de champ¨¢n y las uvas. "Luego, dispersi¨®n". Las ni?as, a la cama. "Los que tienen plan, pues de fiesta".
03 Familia Fuentes-Rodr¨ªguez: Las tradiciones vuelven a la mesa por Navidad
Anfitriones: Lucinio (69 a?os) y Vicenta (66). A su casa del barrio del Pilar (Madrid) acuden sus dos hijos con sus familias.
El cordero asado al estilo segoviano se cocina con agua. La versi¨®n madrile?a, con aceite. Carlos (primero por la derecha), yerno de Lucinio y Vicenta, marido de Pilar (de rojo) y padre de Marcos y Laura, los dos ni?os en primer t¨¦rmino, prefiere el segoviano. Lo que es m¨¢s, le encanta prepararlo en Nochebuena. Los dem¨¢s miembros de la familia son madrile?os, pero tampoco le llevan la contraria, que no son fechas. Del resto del men¨², en el que predominan tradiciones de la ciudad como la lombarda y la sopa de almendras, se encarga Vicenta. De comprarlo y hacerlo. Algo que su nuera Mar (primera por la izquierda, esposa de Mariano, de pie, y madre de Eva, el beb¨¦) no se cansa de alabarle. "Es que Vicenta cocina muy bien", dice una y otra vez. A ir al supermercado tambi¨¦n se apunta Lucinio, que, como buen padre de familia, menea la cabeza y se lamenta de que en navidades "uno se gasta la paga del mes y la extraordinaria". "Porque desde el euro ya no calculas", a?ade Vicenta.
En Nochebuena, ellos dos son los que se llevan el gato al agua en cuanto al reparto de las celebraciones. En Nochevieja, en cambio, Mar y Mariano se llevan a casa de los padres de Mar a su hija Eva, quien, por cierto, el d¨ªa de Navidad cumple cinco meses.
04 familia Barroso-Huber: Una de pavo relleno de manzana multitudinario
Cerca de 20 familiares celebran la Nochebuena en casa de Francisco, de 50 a?os, y Ascensi¨®n, de 47, en Tres Cantos (Madrid).
Dejar constancia, con nombres y apellidos, de todos los que aparecen en la foto agotar¨ªa el espacio. As¨ª que, resumiendo, est¨¢n los tres hijos de Francisco (quinto por la izquierda) y Ascensi¨®n (primera por la derecha), las madres de ambos, dos hermanos y sus parejas y cinco sobrinos. Total: 16 parientes. "Y a¨²n faltan dos de mis hermanas, un cu?ado y dos sobrinos", advierte Ascensi¨®n, m¨¢s que resignada a poner la casa porque es la ¨²nica de la familia con un sal¨®n capaz. Semejante reuni¨®n requiere una planificaci¨®n al detalle. Ella se encarga de lo b¨¢sico: un pavo de "de 8 o 10 kilos" que es encargado en el mercado un par de d¨ªas antes, recogido esa misma ma?ana y, bien relleno, asado en un horno, "en el que casi no entra", durante toda la tarde. El resto de los invitados (toda la familia vive en Madrid, salvo Francisco, que, por razones de trabajo, pasa en A Coru?a los d¨ªas entre semana) participan haciendo alguno de los otros platos y, por supuesto, poniendo la parte proporcional de lo que cuesta "la compra general". El cl¨¢sico a escote, vamos. En lo que no hay mucha democracia es en la elecci¨®n del men¨², que viene dictado por una tradici¨®n establecida por el difunto padre de Ascensi¨®n. "Era alem¨¢n, y por eso, parte de lo que comemos se compone de platos t¨ªpicos de su pa¨ªs", explica ¨¦sta. "Para ¨¦l, siempre fue el d¨ªa m¨¢s importante del a?o. As¨ª que se pasaba todo el d¨ªa preparando el pavo o cortando el turr¨®n".
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