El sector privado ayuda m¨¢s a los 'sin techo' que la Administraci¨®n

Pocos recursos, descoordinaci¨®n y falta de pol¨ªticas p¨²blicas para abordar la integraci¨®n de los sin techo, que en Catalu?a son unas 8.000 personas. Son algunas de las conclusiones de un informe que ayer present¨® el s¨ªndic de greuges, Rafael Rib¨®. El estudio revela que el peso de la atenci¨®n a las personas sin hogar no recae en la Administraci¨®n, sino en el sector privado, que aporta el 52,6% de los fondos.

En Catalu?a existen 57 centros de atenci¨®n a las personas que malviven en la calle. La mayor¨ªa, el 66%, est¨¢ gestionada por organizaciones no lucrativas y otras asociaciones especializadas. Por si fuera poco, el 77% de los centros atienden a personas que les env¨ªan los servicios sociales porque no pueden acogerlos. Adem¨¢s, el personal voluntario es el motor que mueve el trabajo de estas entidades. As¨ª lo reconoce el informe dado a conocer ayer por los miembros del S¨ªndic, titulado El fen¨®meno sin techo en Catalu?a: personas, administraciones, entidades.

Ante la excesiva dependencia del sector privado, Rafael Rib¨® atac¨® con dureza a la Administraci¨®n e inst¨® a desarrollar pol¨ªticas p¨²blicas para luchar contra la exclusi¨®n social. El defensor del pueblo en Catalu?a critic¨® que las administraciones ayuden a las personas sin hogar "con un tratamiento est¨¢ndar, sin tener en cuenta las situaciones personales".

El estudio retrata las fases por las que han atravesado las instituciones en su actitud acerca de los marginados sociales: represi¨®n, caridad y asistencia. Rib¨® abog¨® por dar un paso m¨¢s y avanzar hacia pol¨ªticas "de car¨¢cter preventivo". Por este motivo, consider¨® que debe disponerse de m¨¢s recursos humanos y materiales. Un ejemplo: en Catalu?a, la ley obliga a los municipios con m¨¢s de 20.000 habitantes a disponer de servicios de comedor y de residencia para los sin techo. Pero en la pr¨¢ctica, se?ala el informe, la normativa no se cumple.

Lejos de Europa

En el resto de Espa?a, la situaci¨®n no es mucho mejor. En 2001, se destin¨® s¨®lo el 0,1% del PIB a combatir la marginaci¨®n social, mientras que la media de la Uni¨®n Europea es del 0,4%. "Si a medio plazo gastamos la mitad de lo que gastan los europeos, ya me dar¨¦ por satisfecho", ironiz¨® el s¨ªndic.

Llegar a fin de mes supone un imposible para los excluidos, aun en el caso de que perciban alguna prestaci¨®n social. El informe estima que comer cada d¨ªa en Barcelona cuesta unos 322 euros al mes, y dormir en una pensi¨®n, unos 425. Pero las prestaciones no alcanzan los 500 euros mensuales y por este motivo los sin techo "deben escoger entre comer o dormir", denuncia el informe. Rib¨® juzg¨® el acceso a una vivienda como un "elemento necesario, aunque no suficiente, para llevar una vida normalizada".

Perder el hogar es precisamente una de las cat¨¢strofes que pueden alterar a una persona con una vida convencional. Si a esa desgracia se le a?aden otras en un breve periodo de tiempo -ruptura con la pareja, p¨¦rdida del puesto de trabajo, muerte de un familiar- el individuo puede caer en el agujero de la exclusi¨®n social. Rib¨® dio a entender que cualquiera puede verse envuelto en esta situaci¨®n. Por ello, pidi¨® que se superen "el rechazo y los estereotipos" que afectan al colectivo de los sin techo. "Son gente que han perdido su proyecto de vida, pero que conservan su dignidad", remach¨®.

El Ayuntamiento de Barcelona abrir¨¢ hoy, cuando el fr¨ªo hace ya d¨ªas que ha llegado, un centro de acogida donde los indigentes puedan dormir durante el invierno. El equipamiento, situado en la calle de Almog¨¤vers, en el distrito de Sant Mart¨ª, cuenta con 60 plazas que se sumar¨¢n a las 140 ya existentes en otros centros. El servicio funcionar¨¢ hasta marzo.