Alonso Cueto explora la cercan¨ªa del mal en su obra 'La hora azul'

Per¨² da para darle la vuelta a todo. Hasta los cuentos de hadas, que es lo que le ha pasado a Alonso Cueto (Lima, 1954) cuando escrib¨ªa La hora azul (Anagrama), con la que ha conseguido el ¨²ltimo Premio Herralde de Novela. "Es como yo definir¨ªa esta obra, como un cuento dado la vuelta, porque trata de un personaje, el abogado Adri¨¢n Ormache, que sale de un mundo ideal para conocer el mal", afirma Cueto.

Puede que Adri¨¢n Ormache pensara alguna vez, en los d¨ªas de su ¨¦xito c¨®modo adornado con corbatas de seda, que sab¨ªa lidiar con la vida. Pero esa sensaci¨®n se le borr¨® de un plumazo el d¨ªa que cruz¨® la puerta hacia el otro lado y se encontr¨® de narices con la realidad. "Cuando pas¨® el umbral y conoci¨® la otra cara no le gust¨® pero nunca quiso regresar", afirmaba ayer Alonso Cueto, escritor curtido, con 12 t¨ªtulos ya a la espalda entre novelas y obras de relatos, que ayer present¨® La hora azul en Madrid.

No quiso regresar a su vida perfumada, ni a su trabajo estable, ni a los brazos de su maravillosa familia... Prefiri¨® indagar en el mismo rostro del mal, que, por otro lado, se escond¨ªa cerca de ¨¦l o dentro, incluso, cuando Ormache descubre de lo que era capaz su padre en los d¨ªas que mandaba en el ej¨¦rcito. "El mal es fascinante y el descubrimiento del horror es una v¨ªa de acceso al ser humano", dice Cueto. El protagonista de La hora azul lo persigue a trav¨¦s de una mujer, superviviente a las torturas de ese cuartel de Ayacucho donde corri¨® demasiada sangre en los d¨ªas de la guerra silenciosa contra Sendero Luminoso, entre 1980 y 1992.

"El protagonista de mi novela descubre la verdadera cara de su pa¨ªs, el de las torturas, los supervivientes de la guerra", afirma. Un pa¨ªs con pocas salidas en esos a?os, que ahora va recuperando su pulso. "Las cifras son buenas en los ¨²ltimos a?os, pero Per¨² tendr¨¢ futuro el d¨ªa en que desaparezca la fragmentaci¨®n social, cuando los peruanos se sientan parte de un mismo sitio", augura Cueto, un escritor constantemente elogiado por compatriotas suyos como Alfredo Bryce Echenique o Mario Vargas Llosa.

A la salud del Per¨² ha contribuido la desaparici¨®n de desgracias como Sendero Luminoso o dictadores como Fujimori y corruptos como Montesinos. "Abimael Guzm¨¢n, l¨ªder de Sendero, est¨¢ anulado, no ha sobrevivido ni como leyenda. Fujimori jam¨¢s volver¨¢, ¨¦l y Montesinos cometieron el mismo error entre perverso e ingenuo: creer que todo el mundo ten¨ªa un precio".

Cueto nunca ha abandonado Per¨², como han hecho muchos de sus colegas. Y siempre se ha identificado con una corriente realista, propia de la mejor literatura de su pa¨ªs: "Es cierto que los peruanos hemos ido por otros caminos diferentes al resto de Am¨¦rica Latina. Para m¨ª, el argumento de mis libros est¨¢ all¨ª".