Todos contra todos... y a por m¨¢s mercados

La primera jornada de la cumbre ministerial ha confirmado lo que era un secreto a voces. Ante los obst¨¢culos para alcanzar un acuerdo sobre el desarme arancelario, la eliminaci¨®n de las subvenciones agr¨ªcolas y la entrada m¨¢s fluida de los productos industriales y los servicios a los pa¨ªses emergentes y pobres, las naciones ricas han reformulado antiguos programas de ayuda al desarrollo comercial de los pobres -promesas- a fin de insistir en las concesiones que buscan para ampliar mercados.

En esta operaci¨®n, Peter Mandelson, buen amigo del primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, ha jugado un papel central. "Mandelson ha hecho el trabajo brillante de presentar las inevitables reformas de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n europea como una concesi¨®n a los pa¨ªses pobres, pero seguramente se est¨¢ pasando cuando les pide a ¨¦stos que a cambio ofrezcan concesiones", declar¨® el economista Joseph Stiglitz, en una reuni¨®n con periodistas. Mandelson ha sido, tambi¨¦n, el autor del reciclaje de las ayudas comerciales a los pa¨ªses m¨¢s pobres.

Ahora bien, esta coincidencia de los pa¨ªses ricos al ofrecer presuntas ayudas a los pa¨ªses pobres tampoco son el reflejo de un frente especialmente unido. Ayer, por ejemplo, europeos y norteamericanos se lanzaron a un fuego cruzado de declaraciones. Los norteamericanos no han dejado t¨ªtere con cabeza. De paso, se han metido con China por ser un pa¨ªs que, han dicho, "viola descaradamente" las normas de la OMC.

Estas declaraciones transpiran algo m¨¢s que un proteccionismo en ciernes. EE UU tiene una perentoria necesidad de paliar su d¨¦ficit exterior. Ergo, necesita desesperadamente nuevos mercados para sus productos. La UE, que insufla fondos ingentes en una agricultura inviable, tambi¨¦n. Pero el mundo es ahora m¨¢s complejo. Porque pa¨ªses como Brasil e India son potencias exportadoras, a pesar de los aranceles y subvenciones que se les pongan por delante. Y, por tanto, no est¨¢n dispuestos a ceder como en el pasado.

Los pa¨ªses industriales intentan conseguir aquello que constituye, para ellos, la verdadera raz¨®n de ser de estas negociaciones multilaterales. Mejores condiciones de acceso -rebaja de subvenciones y tarifas- a los mercados emergentes y en desarrollo. Ellos s¨ª tienen el desarrollo y la capacidad suficiente para aprovechar esas mejores condiciones cuando se presentan. Los pa¨ªses pobres, en cambio, ni siquiera tienen el fuelle necesario para beneficiarse de ¨¦sas m¨¢s favorables condiciones de acceso cuando excepcionalmente se les ofrecen.