El Vaticano condena la tortura y pide respeto a la ley internacional

El papa Benedicto XVI public¨® ayer un mensaje con motivo de la Jornada Anual de la Paz, la primera de su pontificado, en el que subrayaba que en la guerra "no todo es l¨ªcito entre los contendientes", y exig¨ªa el cumplimiento del derecho internacional humanitario. El cardenal Renato Raffaele Martino, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, se encarg¨® de presentar el documento y de precisar las exhortaciones papales: "La tortura es una humillaci¨®n del ser humano, y la Iglesia no admite ese m¨¦todo, que a menudo conduce a que el torturado diga aquello que el torturador quiere escuchar".

El pasaje del mensaje papal referido al respeto del derecho internacional y las normas humanitarias fue interpretado como una advertencia a Estados Unidos, cuyo Gobierno parece haber recurrido a la tortura de varios sospechosos de terrorismo. En un breve turno de preguntas tras la presentaci¨®n del mensaje, el cardenal Martino dese¨® tambi¨¦n que "las guerras preventivas", como la invasi¨®n de Irak, fueran "cosa del pasado" y no se repitieran.

El texto de Benedicto XVI, remitido a la ONU con motivo de la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero, dedicaba un amplio espacio a la condena del terrorismo "que, con sus amenazas y acciones criminales, mantiene al mundo en estado de ansiedad e inseguridad". Seg¨²n Joseph Ratzinger, "los planes terroristas se inspiran con frecuencia en un nihilismo tr¨¢gico y sobrecogedor" y en un "sentimiento de desprecio hacia la humanidad". "Tambi¨¦n el fanatismo religioso, que hoy se llama con frecuencia fundamentalismo, puede inspirar y alimentar prop¨®sitos y actos terroristas", a?adi¨®. "Los nihilistas niegan la existencia de cualquier verdad, mientras los fundamentalistas aspiran a imponerla por la fuerza".

Desarme nuclear

El Papa hizo tambi¨¦n una cr¨ªtica gen¨¦rica de los nacionalismos agresivos en un pasaje interpretado como una condena a las amenazas iran¨ªes contra Israel: "Las autoridades que (...) fomentan en los ciudadanos sentimientos de hostilidad hacia otras naciones asumen una grav¨ªsima responsabilidad: ponen en peligro, en zonas ya de riesgo, los delicados equilibrios alcanzados a costa de laboriosas negociaciones". "?Qu¨¦ decir, adem¨¢s, de los Gobiernos que se apoyan en las armas nucleares para garantizar la seguridad de su pa¨ªs? Ese planteamiento, adem¨¢s de funesto, es totalmente falaz", sigui¨®, "porque en una guerra nuclear no habr¨ªa vencedores, s¨®lo v¨ªctimas". Y exigi¨® "un desarme nuclear concordado y progresivo".

Benedicto XVI mencion¨® "con amargura" el "aumento preocupante de los gastos militares y del comercio siempre pr¨®spero de las armas", mientras "quedan estancadas en el pantano de una indiferencia casi general" los procesos de desarme.

El cardenal Martino aport¨® algunos datos para ilustrar ese pasaje: "En 2004, los gastos militares del mundo superaron el trill¨®n de d¨®lares, casi 160 d¨®lares por habitante del planeta; el beneficio obtenido por los 100 principales fabricantes de armas registr¨® en 2003 un incremento del 25% sobre el a?o anterior, y sus beneficios conjuntos en 2004 fueron equivalentes a la suma del Producto Interior Bruto de los 61 pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo".

Ratzinger hizo constar que se abr¨ªan t¨ªmidas perspectivas de "un futuro de mayor serenidad" en Palestina y en varias regiones de ?frica y Asia y record¨® que los primeros beneficiarios de la paz y del desarme ser¨ªan "los pa¨ªses pobres que, despu¨¦s de tantas promesas, reclaman justamente la realizaci¨®n concreta del derecho al desarrollo".