?Vaya bulla!
El grupo De La Guarda se ha instalado en una carpa donde los espectadores se api?an bajo un falso techo de papel. Im¨¢genes proyectadas desde lo alto lo ti?en de azul: se transparentan siluetas de hombres, desliz¨¢ndose como peces abisales. En un instante, se convierte en cielo estrellado, que estalla en rojo. Hay fogonazos de supernovas. En la oscuridad, alguien se queja de que le ha ca¨ªdo algo. El otro lado del falso techo se cubre de millares de avioncitos, minitijeras, bolas de pl¨¢stico min¨²sculas... La pantalla empieza a rasgarse, y todos esos objetos peque?os llueven sobre nuestras cabezas. Por agujeros mayores bajan hombres colgados de cables. El p¨²blico retrocede. Parece que atraparon a una espectadora, pero es una actriz.
Villa-villa De Pich¨®n Baldinu y Diqui James. Int¨¦rpretes: De La Guarda. M¨²sica original: Gaby Kerpel.
Direcci¨®n: Pich¨®n Baldinu. Carpa de la Muralla ?rabe. Madrid, del 13 de diciembre al 8 de enero.
El espacio metamorfosea, queda a la vista la b¨®veda de la carpa. Dos chicas colgadas se proyectan en plancha contra una pantalla. Sus compa?eros vuelan, aterrizan bajo un chorro de agua, se mezclan con los espectadores. Abrazan a algunos, cantan, percuten grandes tambores. La m¨²sica sube a tope, la carpa se convierte en una gran pista de baile.
Lo m¨¢s teatral de Villa-villa, espect¨¢culo que ha dado la vuelta al mundo, es el pr¨®logo bajo el falso techo. Lo que sucede despu¨¦s trae a la memoria el deb¨² de La Fura en Madrid, en 1984, en el antiguo mercado de pescado, con el p¨²blico corriendo de un lado a otro. Como La Fura en Espa?a, La Negra, movimiento del que surgi¨® De La Guarda, comenz¨® su trabajo en Argentina con la democracia. Los actores se entregan. No pretenden provocar. En el t¨² a t¨² de la pista de baile tienen algo ser¨¢fico y protector: el nombre del grupo se refiere a los ¨¢ngeles. Agotadas las sorpresas, en Villa-villa llega un momento de estancamiento, que se quiere llenar con exceso de vatios.
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