"Las pel¨ªculas no son piezas de museo"
Nacido en Salisbury, Wiltshire, Inglaterra, en 1970, Joseph Fiennes es el peque?o de seis hermanos. Hijo de la escritora Jennifer Lash y del fot¨®grafo Mark Fiennes y hermano Ralph Fiennes (El jardinero fiel), Joseph se hizo popular en 1998 con la pel¨ªcula Shakespeare enamorado, en la que interpretaba al dramaturgo de joven.
Actor de teatro antes que de cine, Fiennes interpreta en estos momentos en Londres la obra Epitaph for George Dillon, del dramaturgo Joe Osborne, mientras en Espa?a se estrena hoy Lutero. En una breve conversaci¨®n telef¨®nica el actor explica su trabajo en esta superproducci¨®n alemana sobre la vida de Martin Lutero. Una pel¨ªcula que los medios de comunicaci¨®n alemanes han criticado por haber sido rodada en ingl¨¦s y no en alem¨¢n. "Bueno, ¨¦se es un asunto sobre el que no tengo demasiado que decir, rodar en ingl¨¦s supone un mercado m¨¢s amplio aunque eso no quiere decir que rodando en alem¨¢n no se puedan conseguir grandes producciones". Lutero, dirigida por Eric Till, cuenta con un reparto internacional (Alfred Molina, Bruno Ganz, Peter Ustinov, Jonathan Firth y Claire Cox) y con un presupuesto de m¨¢s de 20 millones de euros.
"Nadie te ve la mirada en un teatro. En cine los ojos lo dicen todo o nada"
"La mejor manera de llegar a la verdad es a trav¨¦s de la imaginaci¨®n"
Fiennes se detiene a hablar de la obra de teatro que ahora representa en el West End de Londres. "Se trata de la gran obra de Joe Osborne, un autor que me gusta mucho de los a?os cincuenta. Epitaph for George Dillon est¨¢ llena de rabia...". "Mi aprendizaje como actor empez¨® en el teatro pero eso no quiere decir que no me sienta igual de c¨®modo en el cine. Son disciplinas diferentes. Para m¨ª el teatro es la palabra dicha mientras que el cine se interpreta con los ojos, en realidad con algo que est¨¢ detr¨¢s de los ojos. Nadie te ve la mirada en un escenario de teatro, por eso te expresas con otros elementos. En cine los ojos lo dicen todo o nada".
Fiennes entr¨® en el proyecto de Lutero cuando todav¨ªa los guionistas trabajaban sobre el papel. Es ah¨ª donde el actor empez¨® a leer sobre un personaje tocado por lo que ¨¦l define como "esquizofrenia espiritual". "La verdad es que en Inglaterra, en el colegio, no estudiamos demasiado a Lutero y mis conocimientos sobre ¨¦l eran m¨¢s bien escasos. Por eso procur¨¦ documentarme mucho. Me interes¨® sobre todo su relaci¨®n con las figuras paternas. Por un lado, su padre biol¨®gico, que estableci¨® con ¨¦l una relaci¨®n brutal y terrible; luego el padre espiritual, y finalmente el padre Johann von Staupitz, que le introduce en el nuevo testamento y que interpreta Bruno Ganz".
El iniciador de la Reforma protestante fue educado con gran dureza en su casa y en la escuela. El propio Lutero narr¨® c¨®mo su madre le azot¨® hasta hacerle sangrar por haber comido una nuez sin permiso. Miembro de una familia de agricultores, en el verano de 1505, impresionado por una tormenta que le sorprendi¨® en pleno campo, decidi¨® hacerse monje, lo que no gust¨® a su estricto padre. Lutero se dedic¨® a la traducci¨®n al alem¨¢n de la Biblia, instrumento fundamental para su concepci¨®n religiosa. Refugiado en la Universidad de Wittenberg, orient¨® el movimiento reformista
"Siempre resulta complicado interpretar a un personaje real, para m¨ª lo m¨¢s importante de Lutero era representar c¨®mo su figura supone el paso de la Edad Media al Renacimiento", se?ala Fiennes. Al preguntarle por las im¨¢genes que conocemos de Martin Lutero, en las que parece un hombre muy corpulento y de aspecto grave, Fiennes se?ala: "No siempre fue gordo. Engord¨® en los ¨²ltimos a?os, cuando se retir¨® y gan¨® peso. Sus ¨²ltimos a?os fueron acomodados, con familia y dinero, lo que le permiti¨® que le retratasen, algo que s¨®lo hac¨ªan las personas que pod¨ªan pagarlo. Pero no existen im¨¢genes suyas de joven y mi sensaci¨®n al leerle, aunque por supuesto que s¨®lo son conjeturas, es que no se trataba de un hombre gordo".
"Las pel¨ªculas no son piezas de museo", contin¨²a el actor. "Las adaptaciones se deben a la realidad pero tambi¨¦n a la ¨¦poca en la vivimos. Igual que los libros de historia han tenido detr¨¢s a editores que de alguna manera han manipulado la verdad para adaptarla a sus tiempos, el cine adapta la historia a los ojos de los nuevos espectadores. Es dif¨ªcil hablar de la verdad, aunque yo siempre creo que la mejor manera de llegar a ella es a trav¨¦s de la imaginaci¨®n".
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