El viajero piamont¨¦s

En una entrada de su Vida de Samuel Johnson correspondiente al mes de febrero de 1766, James Boswell reproduce la conversaci¨®n que mantuvo con su biografiado -el gran cr¨ªtico literario ingl¨¦s del XVIII- durante una cena. Boswell acababa de volver de Par¨ªs, en donde se hab¨ªa topado con un amigo de Johnson, y le dio detalles del encuentro. Seg¨²n Boswell este amigo estaba tan "desafortunadamente enviciado con la infidelidad que trataba las esperanzas de vida eterna con una ligereza propia de bestias. Para justificar su vicio", a?ade Boswell, "me dijo: 'puesto que los hombres mueren como perros, que yazgan tambi¨¦n como perros". Johnson, al o¨ªr esta muestra de cinismo, contest¨® al amigo ausente: "Si mueren como perros, entonces que yazgan como perros". A continuaci¨®n Boswell le traslad¨® algo m¨¢s que el amigo le hab¨ªa dicho: "Odio a los hombres, porque s¨¦ cu¨¢n malo soy y aun as¨ª me cuento entre los mejores", a lo que Johnson respondi¨®: "Pues si se cree uno de los mejores debe estar, se?or m¨ªo, muy escaso de compa?¨ªa en su creencia, porque ninguno de sus amigos la comparte".

Como puede verse la relaci¨®n entre Johnson y su amigo no pasaba por su mejor momento. El amigo en cuesti¨®n, el mis¨¢ntropo mujeriego y engre¨ªdo que describi¨® Boswell, no era otro que Giuseppe Baretti (1719-1789), lexic¨®grafo y literato piamont¨¦s y autor del Viaje de Londres a G¨¦nova que se publica ahora en espa?ol. Baretti tuvo que emigrar a Inglaterra en 1751. Se instal¨® en Londres y all¨ª trabaj¨® escribiendo ensayos sobre temas relacionados con Italia y, sobre todo, en el mejor diccionario italiano-ingl¨¦s que hubo hasta comienzos del siglo XX. Precisamente en agosto de 1760, el mismo a?o en que se public¨® el diccionario, y por mediaci¨®n de Samuel Johnson, Baretti recibi¨® el encargo de acompa?ar a un joven arist¨®crata desde Londres a Venecia. En plena guerra de los Siete A?os (1756-1763) entre Francia e Inglaterra, decidieron hacer el viaje a Italia navegando desde Falmouth a Lisboa y atravesando desde all¨ª la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y la Provenza francesa.

?ste es el trayecto que se na

rra en Viaje de Londres a G¨¦nova, cuyo subt¨ªtulo reza A trav¨¦s de Inglaterra, Portugal, Espa?a y Francia. Lo cierto es que en este libro de Londres no hay nada, y de G¨¦nova y de Francia m¨¢s bien poco. De las 89 cartas que componen el Viaje m¨¢s de sesenta est¨¢n fechadas en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Baretti, a la zaga del Montesquieu de las Cartas persas y en pleno apogeo del g¨¦nero epistolar en Europa, decidi¨® componer el libro reuniendo las misivas que escrib¨ªa a diario a sus hermanos, con los que se encontrar¨ªa al final del viaje en Tur¨ªn. As¨ª uni¨® al tono filos¨®fico de la ep¨ªstola dieciochesca el car¨¢cter ¨ªntimo de la correspondencia familiar. Por si fuera poco, Baretti contaba con la ventaja de ser un italiano que resid¨ªa en Londres, es decir, que no escrib¨ªa con ese complejo de civilidad tan irritante en los ufanos viajeros septentrionales de su tiempo, sobre todo franceses e ingleses, que se acercaron al sur de Europa con una mezcla de desd¨¦n y af¨¢n redentor. El resultado son unas cartas

espont¨¢neas y vitales, que incluyen an¨¦cdotas, parodias y descripciones brillantes y que informan de los asuntos m¨¢s variopintos, desde la organizaci¨®n del Estado en el XVIII hasta la abundancia de mulas en Portugal, y pasando por un esbozo de los teatros madrile?os, por una lista de vocablos en vascuence o por este juicio sobre uno de nuestros pescados m¨¢s queridos: "Bonito es un nombre muy poco apropiado para este pez; porque, en lugar de ser medianamente bueno, es de hecho extraordinariamente bueno". Baretti no se escondi¨® ni intent¨® disimular su car¨¢cter. Fue mujeriego: "No teniendo muchachas bonitas con quienes viajar, me impaciento y deseo ver el fin de mi viaje"; fue vanidoso y nos dej¨® este estupendo libro con que el remilgado correveidile de Boswell no so?¨® ni por asomo.