El viejo 'crooner' moderno

La actuaci¨®n ansiada de la noche era la del vien¨¦s Louie Austen, un tipo elegante que en sus dos anteriores presentaciones en Madrid hab¨ªa dejado a la parroquia local boquiabierta. Es un crooner a la antigua usanza: elegantemente vestido, ademanes de caballero eterno, una sonrisa de oreja a oreja y una voz bien modulada y clara. Le hace moderno el que no lleva orquesta, y que se defiende con un CD, que ¨¦l mismo manipula, donde est¨¢n las pistas musicales de sus canciones. Una especie de karaoke sin letras a la vista sobre una grabada partitura r¨ªtmica cargada de beats electr¨®nicos y otros ecos de la vanguardia digital.

Un divertido desaf¨ªo -hacer bailar a la gente sin descanso- para un simp¨¢tico cincuent¨®n que se ha pasado media vida cantando est¨¢ndares del jazz por hoteles y casinos baratos y que la electr¨®nica -bendito el d¨ªa que se top¨® en un gimnasio con el productor Mario Neugebauer- le ha venido a dar una segunda oportunidad.

Su genial despedida con el cl¨¢sico entre los cl¨¢sicos My way dio paso a la tanda de los zaragozanos Telephunken, que dividieron su actuaci¨®n en una parte en directo, con instrumentos convencionales mezclados con los efectos electr¨®nicos, y otra de Ernesto S¨¢nchez ejerciendo de DJ. Brasil, Que se sepa, Boca Medusa o Rocker, fueron algunas de las piezas de esa primera que result¨® espectacular y efectista al comprobar qu¨¦ bien casa juntar bases casi rockeras de bajo y bater¨ªa convencionales, con la sonoridad contundente y mec¨¢nica de las electr¨®nicas.