La lenta evoluci¨®n hacia otra Europa
En la cumbre de Bruselas ha asomado otra Europa.
Sin ejes. La nueva canciller alemana, Angela Merkel, ha tenido una actuaci¨®n discreta pero brillante, mediando y rasc¨¢ndose ligeramente el bolsillo para lograr un acuerdo, incluso con alg¨²n gesto espec¨ªfico hacia Polonia. No ha sido el eje franco-alem¨¢n el que ha impulsado el acuerdo. Francia, con un Chirac realmente tocado, no ha sido protagonista, aunque s¨ª importante. Tampoco Merkel ha actuado como socia de Blair, sino que ha tenido un papel m¨¢s aut¨®nomo para Alemania. El primer ministro brit¨¢nico, por su parte, ha hecho lo que cab¨ªa esperar de ¨¦l: negociar con habilidad, y poner sobre la mesa al final una rebaja del cheque brit¨¢nico. El Benelux est¨¢ quebrado tras el no de los holandeses a la Constituci¨®n Europea. Y entre los nuevos, est¨¢ claro que quien pesa es Polonia. Pero no se ha visto ning¨²n n¨²cleo rector, salvo el que impone la condici¨®n de pa¨ªses grandes, en esta Uni¨®n falta de vanguardia europe¨ªsta. ?Ser¨¢ temporal? Probablemente.
M¨¢s nacional. Hacia tiempo que en un Consejo Europeo no se apelaba, como instrumento de presi¨®n, tan p¨²blicamente a los problemas de opiniones p¨²blicas nacionales de cada uno como instrumento de presi¨®n. Se ha visto una Uni¨®n m¨¢s nacionalizada. No obstante, los Quince han apostado claramente por ayudar a los nuevos miembros, aunque la solidaridad, lo que se viene a llamar la cohesi¨®n econ¨®mica y social, ha quedado algo mermada.
Otras pol¨ªticas. El nuevo marco presupuestario indica una cierta variaci¨®n en las prioridades europeas. El Fondo de Ajuste a la Globalizaci¨®n es un ejemplo de acercamiento al problema de los que pierden sus empleos porque cierran sus empresas v¨ªctimas de la competencia mundial. Entre 2007 y 2013 aumentar¨¢n proporcionalmente m¨¢s que otras (como la agr¨ªcola), las partidas dedicadas al desarrollo rural y al medio ambiente, a la ciencia e investigaci¨®n y la idea de una convergencia tecnol¨®gica, a fortalecer la seguridad interna, incluidas las luchas contra el terrorismo y contra la inmigraci¨®n ilegal, y, sin dotaci¨®n suficiente, la pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n. Tambi¨¦n a mejorar la competitividad de las econom¨ªas de la Uni¨®n Europea, si bien sin grandes dotaciones.
As¨ª, desentra?ando estas Perspectivas Financieras, se puede ver por d¨®nde pretende avanzar la Uni¨®n Europea en los pr¨®ximos a?os, con o sin Constituci¨®n. Parece acertada la idea de Blair de una cita en 2008 o 2009 para revisar la situaci¨®n, pues los europeos, como se?alan las conclusiones de la reuni¨®n, "est¨¢n viviendo una era de cambio acelerado y convulsiones" como para encerrarse en un cors¨¦ hasta 2013.
Maneras de avanzar. Un fracaso en Bruselas hubiera acentuado la crisis en la que est¨¢ sumida la Uni¨®n Europea desde el no de los franceses al Tratado Constitucional. Pero si la consecuci¨®n de este acuerdo era una condici¨®n necesaria, aunque no suficiente, para poder pensar en retomar la senda de la construcci¨®n europea, pol¨ªticamente, no podr¨¢ realmente plantearse hasta despu¨¦s de las elecciones francesas en 2007.
Hay otras maneras de avanzar, a trav¨¦s del impulso a los asuntos de libertad y seguridad en el espacio europeo, de la pol¨ªtica exterior que sigue progresando discretamente en Rafah y en otros lugares, o a partir del Eurogrupo, las reuniones de los ministros de Econom¨ªa y Finanzas de los 12 pa¨ªses integrados en la moneda com¨²n. Aunque carezca de una pol¨ªtica econ¨®mica com¨²n que acompa?e a la monetaria, este marco es mucho m¨¢s funcional que las discusiones a 25.
El paso del elefante. Mientras, la maquinaria de la Uni¨®n sigue implacablemente funcionando, por ejemplo, al requerir a Espa?a que suprima la exenci¨®n de IVA y otras ventajas para la Iglesia cat¨®lica o al obligar al Estado -que es el responsable en la Uni¨®n Europea- a tomar cartas en el asunto del desatino urban¨ªstico en la costa de la comunidad valenciana. Pero esto es Europa, con toda su complejidad. aortega@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.