Una exposici¨®n propone una nueva lectura del cubismo en el MNAC

"Esta exposici¨®n constituye una vuelta de tuerca en la comprensi¨®n del cubismo, que no fue s¨®lo Picasso y Braque, sino un movimiento plural que se extendi¨® en el tiempo y super¨® los confines geogr¨¢ficos". Lo afirm¨® Eugenio Carmona, comisario de la exhibici¨®n El Cubismo y sus entornos en las colecciones de Telef¨®nica, que consta de 41 obras de 19 autores y se presenta en el Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC) desde ayer y hasta el pr¨®ximo 23 de abril.

La exposici¨®n, ya exhibida en la sede madrile?a de la Fundaci¨®n Telef¨®nica, se articula alrededor de un n¨²cleo central de 11 telas de Juan Gris, adquiridas por la entidad en la d¨¦cada de 1980. Las acompa?an 30 obras de 18 artistas, que se han incorporado en los cinco ¨²ltimos a?os a la colecci¨®n, con el objetivo de ilustrar las diferentes facetas del cubismo en cuanto a lenguajes, t¨¦cnicas y registros art¨ªsticos.

"La falta de piezas de Picasso y Braque no significa que hayamos hecho de necesidad virtud, sino que expresa la voluntad de afirmar nuevas visiones del cubismo y su correlaci¨®n con el futurismo, el nuevo clasicismo y la abstracci¨®n geom¨¦trica", explic¨® Carmona, destacando asimismo la vinculaci¨®n del cubismo con Barcelona, que acogi¨® la segunda exposici¨®n de este movimiento fuera de Par¨ªs, organizada en 1912 por la Sala Dalmau.

Abre el recorrido expositivo una tela de Juan Gris, La fen¨ºtre aux collines, de 1923, que resume las caracter¨ªsticas salientes de su obra: la capacidad de metamorfosis de los objetos, la relaci¨®n entre interior y exterior y la exaltaci¨®n de los sentidos. Las dem¨¢s pinturas de Gris se exhiben en orden cronol¨®gico, a partir de un collage de 1913, Verres, journal et bouteille de vin, emblem¨¢tico de c¨®mo la representaci¨®n de la realidad se transform¨® en el marco de la modernidad. La selecci¨®n se cierra con Guitare et compotier, de 1926, sublimaci¨®n de toda su producci¨®n anterior.

Frente a Gris se exhiben una serie de artistas que se adhieren a los arquetipos cubistas, formada por Andr¨¦ Lhote; Auguste Herbin; Georges Valmier; Jean Metzinger, con dos naturalezas muertas que ilustran la transici¨®n al nuevo clasicismo; Louis Marcoussis, con un retrato del marchante Alfred Flechtheim; y Albert Gleizes, con cinco obras, que incluyen un retrato de Jean Cocteau realizado en Barcelona en 1916. Dos hermosas pinturas de Natalia Gontcharova y Alexandra Exter dejan constancia de la fascinaci¨®n ejercida por el cubismo en las vanguardias europeas, mientras que el impacto en el arte espa?ol se hace patente en las obras de Celso Lagar, Joaqu¨ªn Peinado, Manuel ?ngeles Ortiz, Daniel V¨¢zquez D¨ªaz y Maria Blanchard. A ¨¦stos se suma Rafael Barradas, que sirve de enlace con las ramificaciones que este movimiento tuvo en Am¨¦rica Latina.