La osad¨ªa art¨ªstica de los ochenta
El Palacio Episcopal de M¨¢laga acoge el esp¨ªritu del Colegio de Arquitectos con la muestra 'Veinticinco a?os de cultura'
La frescura y el descaro del arte de los ochenta han asaltado el Palacio Episcopal de M¨¢laga. Para celebrar por todo lo alto los ¨²ltimos 25 a?os del Colegio de Arquitectos de M¨¢laga como referencia est¨¦tica, la imaginaci¨®n de la movida madrile?a se ha mezclado con la mirada consagrada de pintores como Eduardo Chillida y Luis Gordillo.
"El esp¨ªritu pas¨® del gris al color en los ochenta. Las ganas de divertirse y ver algo nuevo se palpaban en escenarios maravillosos", describ¨ªa ayer Tecla Lumbreras, comisaria de la muestra junto a Pedro Pizarro. De las 395 obras que han formado la colecci¨®n, la muestra exhibe 83 obras, reflejo de m¨²ltiples tendencias art¨ªsticas desde 1979 hasta 2002.
El caluroso recibimiento del p¨²blico que acudi¨® ayer a la inauguraci¨®n tuvo su contrapunto en la escultura ef¨ªmera de 230 cent¨ªmetros formada por bloques de hielo, un gui?o que evocaba una exposici¨®n de 1987. La muestra es la excusa perfecta para admirar el mejor arte moderno espa?ol, pero tambi¨¦n para re¨ªrse, sorprenderse y dejarse embaucar por las insinuaciones m¨¢s recurrentes de artistas en plenitud tras el duro franquismo.
El recorrido comienza con lienzos de reflexiones geom¨¦tricas y abstractas de artistas como Jorge Lindell y Enrique Brinkmann, y contin¨²a a trav¨¦s de la figuraci¨®n con el legendario colectivo Agust¨ªn Parejo School y acuarelas de Guillermo P¨¦rez Villalta. La mirada de neofigurativos como Luis Gordillo toma el relevo en la siguiente sala junto a Eduardo Chillida. Obras m¨¢s recientes incluyen a Rogelio L¨®pez Cuenca o Ian Hamilton, del que se exhibe una escultura de madera y vidrio.
Radiaciones de la movida
Tras la escultura y pintura m¨¢s sobresaliente, la segunda planta es un fest¨ªn de color de toque retro con las radiaciones perif¨¦ricas de la movida madrile?a que recuerdan muestras de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
M¨¢laga se divierte recorre a trav¨¦s de una selecci¨®n de fotograf¨ªas y carteles, rescatados por el dise?ador Jos¨¦ Fern¨¢ndez Oyarz¨¢bal, de exposiciones pasadas de outsiders como Robert Mapplethorpe y Ouka Lele. Para disfrutarlas junto a un v¨ªdeo con los mejores momentos del colegio, hay dispuestas sillas dise?adas por arquitectos. La obra del artista dominicano Frank Rebaxes, donada a la Fundaci¨®n Picasso, ha sido reunida para la ocasi¨®n y sus formas, inspiradas "en el movimiento perpetuo", forman una de las esquinas m¨¢s atractivas de la muestra.
En la secci¨®n El estilo del relax, caracter¨ªstico en las d¨¦cadas del desarrollismo en la Costa del Sol, est¨¢ revisado desde las muestras de arquitectura en construcciones como el Bazar Aladino. Entre las piezas con m¨¢s gancho, una cabeza de toro atribuida a Jean Cocteau. A continuaci¨®n, La casita de papel, con el peculiar subt¨ªtulo de Nunca los arquitectos pensaron tanto, revisa las distintas concepciones del hogar.
El remate festivo lo aporta el Marco?s minibar, junto a referencias al Berl¨ªn oriental, y donde anoche se sirvieron copas para evocar a?ejos pasajes et¨ªlicos de los ochenta. Junto a la barra hay fotos de culturistas y tatuadores: "Un totum revolutum atrevido y sensual", apunt¨® Lumbreras. La llamada de atenci¨®n en blanco y negro la aporta aqu¨ª un rebelde graffiti: Poez¨ªa.
"No es una mirada melanc¨®lica, sino la espl¨¦ndida colecci¨®n de un espacio m¨ªtico", resumi¨® el delegado de Cultura, Francisco L¨®pez.
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