"No estoy dispuesto a hacer ¨®pera a cualquier precio"
Provocador para unos, renovador de las puestas en escena oper¨ªsticas para otros. La inclusi¨®n del nombre de Calixto Bieito (Reus, 1963) en la programaci¨®n de un teatro l¨ªrico provoca expectaci¨®n y urticaria, a partes iguales, entre la comunidad de aficionados. Sus montajes, la mayor parte de ellos en Alemania y el Reino Unido, provocan pol¨¦mica, acaparan la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n y ayudan a vender entradas en taquilla, pero Bieito afirma rotundo que no est¨¢ "dispuesto a dirigir ¨®pera a cualquier precio", que reclama el control art¨ªstico de sus montajes sin injerencia alguna. El pr¨®ximo viernes regresa al Teatro del Liceo de Barcelona tres a?os despu¨¦s del estreno de su ¨²ltimo montaje en Espa?a, Don Giovanni, de Mozart. Lo hace con su primera ¨®pera contempor¨¢nea, Wozzeck (1925), de Alban Berg, en una coproducci¨®n entre el Liceo y el Teatro Real de Madrid, donde se ver¨¢ la pr¨®xima temporada, que dirigir¨¢ musicalmente el alem¨¢n Sebastian Weigle y con un reparto de cantantes encabezado por el bar¨ªtono Franz Hawlata y la soprano Angela Denoke.
PREGUNTA. Hace meses que circula entre los aficionados a la ¨®pera en Catalu?a la afirmaci¨®n de que esta nueva producci¨®n de Bieito no va a ser pol¨¦mica. Que no habr¨¢ esc¨¢ndalo, porque Wozzeck es una contempor¨¢nea poco conocida por el p¨²blico del Liceo. ?Cree que ser¨¢ as¨ª?
RESPUESTA. No s¨¦. La verdad es que no entiendo nada.
P. Pero sabe que el p¨²blico se ha creado una imagen de usted como provocador y que si no hallan esa transgresi¨®n le reprochar¨¢n que este espect¨¢culo no parece suyo.
R. Vivimos en una sociedad tan poco solidaria que la gente intenta destruirse una a la otra. No hay salida. Afortunadamente, no pienso en estas cosas. Cuando cierro la puerta y empiezo los ensayos, me a¨ªslo. Me olvido de lo que dicen, de las cr¨ªticas, de las recriminaciones, de las amenazas y las posibles broncas. Me concentro en los cantantes y en su trabajo y esto compensa todo lo dem¨¢s. Estoy cansado de todas estas cosas, pero me consuela pensar que muchos grandes artistas han sufrido muchas m¨¢s agresiones de las que yo pueda sufrir y que han sido grandes artistas de verdad. Yo tampoco soy tan importante, as¨ª que si sufro un poco con la vida que tengo, tampoco va a ser tan grave. Simplemente hablamos de ¨®pera, un g¨¦nero en el que puedes dar mucho a la gente: una satisfacci¨®n, una ilusi¨®n, pero en ning¨²n caso tengo la responsabilidad que pueda tener un m¨¦dico. El ser humano ya tiene tendencia a ser profundamente infeliz, s¨®lo faltar¨ªa que me agarrara a algo como esto. Podr¨ªa enloquecer.
P. ?Enloquecer como Wozzeck, el personaje que da t¨ªtulo a la ¨®pera que ensaya?
R. De hecho, ¨¦l pone palabras, m¨¢s que palabras im¨¢genes, al abismo que tiene dentro.
P. Wozzeck supone su primera puesta en escena de una ¨®pera contempor¨¢nea. ?Le ha costado abordar una obra musicalmente atonal despu¨¦s de haber dirigido hasta ahora s¨®lo ¨®peras tonales?
R. No. Me ha recordado mucho a Pierrot lunaire, de Sch?nberg, que dirig¨ª en 1998 en el Teatre Lliure de Barcelona. La de Wozzeck es una m¨²sica mucho m¨¢s f¨¢cil para el o¨ªdo de lo que la gente cree en general. El p¨²blico joven que no conozca la obra quedar¨¢ impactado, lo estoy comprobando con los figurantes de la producci¨®n.
P. ?Cu¨¢ndo la descubri¨®?
R. No recuerdo cu¨¢ndo escuch¨¦ esta ¨®pera por primera vez. Hace muchos a?os, pero ya conoc¨ªa la obra teatral de Georg B¨¹chner en la que se basa, un texto que fascina a muchos directores de teatro, porque es un material absolutamente revolucionario para la ¨¦poca en que fue escrito, 1836. Incluso ahora, es una obra que ofrece muchas claves para interpretarla y eso resulta muy interesante si te gusta la m¨²sica, porque te incita a averiguar qu¨¦ hizo Alban Berg con ella.
P. Y ?qu¨¦ ha averiguado?
R. Pues Berg cierra la obra con el libreto que escribi¨® ¨¦l mismo. Ten¨ªa un gran olfato teatral y con su dramaturgia puso orden a los fragmentos escritos que dej¨® B¨¹chner. En este sentido, dir¨ªa que la ¨®pera es mucho m¨¢s redonda que la obra de teatro. Es una obra musical sin fisuras, perfecta.
P. ?Cu¨¢les son las claves de la interpretaci¨®n que usted hace de ella?
R. Mi interpretaci¨®n es un poco futurista, aunque no estoy seguro de que la palabra sea la m¨¢s adecuada, pero, para entendernos, es un t¨¦rmino que resulta f¨¢cil de comprender.
P. ?Qu¨¦ quiere decir con futurista?
R. Creo que sobre todo B¨¹chner, y de alguna manera tambi¨¦n Berg, eran personas que pensaban en dejar algo para el futuro. De hecho, el expresionismo, periodo al que pertenece la ¨®pera, ten¨ªa mucho que ver con el futurismo, daba una visi¨®n del mundo del futuro. Partiendo de esta idea, me pregunt¨¦: ?por qu¨¦ no hacer un salto en el tiempo y plantearme hacia d¨®nde vamos, hacia d¨®nde se encamina Wozzeck?
P. ?Y hacia d¨®nde va?
R. Pues este Wozzeck..., las palabras adecuadas siempre son dif¨ªciles, pero ser¨¢ f¨¢cil de entender si digo que es un poco ecologista.
P. ?Ecologista?
R. S¨ª, es un Wozzeck pensado en c¨®mo destruimos la naturaleza, en la contaminaci¨®n del medio ambiente y del cuerpo humano, tanto f¨ªsica como ps¨ªquicamente. Normalmente, la de Wozzeck es la historia de un loco, de una persona mentalmente enferma que asesina a su mujer. Y a partir de aqu¨ª empieza una lectura diferente: la de que es un hombre que no est¨¢ loco, que es la sociedad la que le lleva a la locura y al crimen. Cuando le¨ª la primera escena del personaje de Wozzeck me pareci¨® un hombre bastante atinado por lo que dice, en cualquier caso podr¨ªa ser una persona que padeciera de angustia y que emite sonidos porque no tiene palabras para describir la contaminaci¨®n que sufre y lo que sucede a su alrededor. ?ste es un poco el viaje que hace el personaje, el viaje que hago yo en esta producci¨®n. Es en este sentido en el que la califico de futurista, porque juego a prever lo que suceder¨¢.
P. ?Acaso un futuro poco esperanzador?
R. S¨ª, es una obra triste, que no ofrece opci¨®n al hombre. No hay esperanza. Es una pieza dif¨ªcil de clasificar, ¨¦sta ha sido la gracia de B¨¹chner, que no perteneci¨® ni a la llamada Joven Alemania ni a la corriente de los idealistas. Es una obra muy rica y he querido encontrar un equilibrio para que se entendiera, porque el problema de Wozzeck es que no siempre se entiende la historia.
P. ?Ha tenido que hacer alguna modificaci¨®n a la obra original para realizar este viaje esc¨¦nico?
R. La obra no lo precisa, es perfecta. S¨®lo he tenido que poner la imaginaci¨®n a su servicio. Es una obra que habla de la explotaci¨®n y la alienaci¨®n humana, y para materializar todo esto no se me ocurrir¨ªa ambientarla en un contexto militar, como acota el libreto, que sit¨²a la acci¨®n en una ciudad alemana a mitad del siglo XIX, porque al p¨²blico actual le dir¨¢ muy poco. Hab¨ªa que interpretarla de otra manera, sin traicionar su esp¨ªritu e incluso el estilo de la ¨¦poca en que fue compuesta la ¨®pera, la de las vanguardias, y aprovechar todo este material para construir este gran universo contaminado. ?Hacia d¨®nde se encaminan las emociones?, ?hacia d¨®nde conduce la relaci¨®n del hombre con la naturaleza?
P. ?Hay violencia?
R. El de Wozzeck no es un problema de violencia. Este montaje no tiene nada que ver con ?n ballo in maschera o Don Giovanni, lo que el p¨²blico del Liceo ha visto de mi trabajo. Es diferente, la obra me pide otras reflexiones. Adem¨¢s, estoy en otro momento, personal y art¨ªsticamente diferente.
P. ?Y cu¨¢l es ese momento?
R. Actualmente me interesa mucho la belleza. Estoy un poco rom¨¢ntico.
P. ?Rom¨¢ntico?
R. La palabra romanticismo est¨¢ subvertida y se asocia con lo sentimental. Cuando digo que estoy rom¨¢ntico me refiero a que me interesa salvar la belleza de las cosas. Ser rebelde mentalmente, m¨¢s reflexivo.
P. ?No hab¨ªa entonces rebeld¨ªa en sus anteriores montajes oper¨ªsticos?
R. Era diferente, la rebeli¨®n que he mostrado en montajes como Don Giovanni era furia. A veces uno no hace solo estos cambios, los hace acompa?ado de obras como Wozzeck. Se dice que hay mucho sexo en mis puestas en escena, pero depende de la obra. Madama Butterfly, mi anterior montaje, es evidente que es una obra que tiene que ver con el sexo, pero Wozzeck no. Es una pieza descarnada, brutal y a la vez hermosa, que habla del vac¨ªo del ser humano cuando mira en su interior. La producci¨®n muestra un par de escenas de violencia f¨ªsica, porque la obra lo pide, pero no va de eso.
P. ?Cree que le pitar¨¢n?
R. No lo s¨¦. Pensaba que en las ¨²ltimas producciones no me pitar¨ªan y lo hicieron.
P. Ya sabe, la pol¨¦mica y el esc¨¢ndalo siempre ayudan a vender.
R. Lo s¨¦. Hay teatros que utilizan esto para vender m¨¢s entradas, en especial los que tienen pocos abonados, y otros que no creen en mi trabajo, ni conf¨ªan en m¨ª, pero que me contratan para poder poner un bieito en su teatro. Me encuentro muy a gusto dirigiendo ¨®pera, porque la m¨²sica me estimula y me aporta muchas claves personales, pero no estoy dispuesto a hacer ¨®pera a cualquier precio. No acepto que me digan o sugieran el camino que debo seguir est¨¦tica o conceptualmente en una producci¨®n. Por contrato soy yo quien tiene la responsabilidad art¨ªstica de los montajes que me comprometo a dirigir. ?Hasta este punto he tenido que llegar!
P. Se le ve molesto.
R. Me molesta profundamente que pase esto, pero no puedo controlarlo. En la sociedad en la que vivimos, en la que resulta dif¨ªcil encontrar culpables porque todo el mundo tiene razones, imag¨ªnese en un tema como ¨¦ste.
P. Una de las caracter¨ªsticas principales de sus montajes oper¨ªsticos es el trabajo de interpretaci¨®n teatral que realiza con los cantantes. ?Ten¨ªa claro que iba a ser este camino cuando empez¨®?
R. S¨ª. El cambio en el mundo de la ¨®pera no viene dado por la est¨¦tica, por usar m¨¢s o menos pantallas de v¨ªdeo u ordenadores, sino por la interpretaci¨®n de los cantantes de la m¨²sica y la escena. Por c¨®mo trabajan los conflictos, las tensiones, las situaciones, los puntos de inflexi¨®n, el contacto f¨ªsico. Por c¨®mo el cantante aborda toda esa dramaturgia f¨ªsica.
P. ?Es ¨¦ste el m¨¦todo de interpretaci¨®n oper¨ªstica que ense?a en las clases que este a?o ha empezado a impartir en universidades e institutos de teatro de Alemania?
R. No s¨¦ si es un m¨¦todo. No me he sentado a escribirlo. Es una forma de trabajar, que no s¨¦ si es ejemplar, pero es la m¨ªa y a la que he llegado por un proceso de negaci¨®n, de descartar lo que no era. No es una t¨¦cnica exclusiva para cantantes, trabajo de la misma forma con actores, e int¨¦rpretes de ambas disciplinas acuden a estas clases en la que la forma de trabajar es la misma. No se trata de que hagan m¨¢s o menos cosas. Hablo de c¨®mo el cantante interpreta la m¨²sica desde una ¨®ptica actual, a trav¨¦s de situaciones actuales y conflictos emocionales de hoy. Es una forma de trabajar fragmentada, en la que los personajes no son producto de un prototipo, sino la suma de una serie de situaciones, de conflictos y de tensiones vividas. Es un trabajo duro f¨ªsicamente, pero normalmente funciona. Porque es cuando un espect¨¢culo te toca, te traspasa, te desconcierta, cuando realmente te emociona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.