Cervantes y Dar¨ªo
Toca a su fin el A?o Santo Cervantino -as¨ª califica con humor a este a?o de homenaje a la publicaci¨®n de la primera parte del Quijote Vicente Verd¨² en su reciente y fascinante libro Yo y t¨², objetos de lujo- y me siento feliz porque, para m¨ª, ha sido provechoso. Voy ahora con tranquilidad por cualquier calle -Vel¨¢zquez, Paca D¨ªaz, o por la calle de Torpedero Tucum¨¢n, tan poco trabajada por la prensa rosa- porque s¨¦ que si alguien me hace una pregunta tan capciosa como: "?Qui¨¦n es el autor del Quijote?", voy a responder, sin vacilar, a bocajarro: "?Lope de Vega!". Tambi¨¦n este a?o celebramos el primer centenario de la publicaci¨®n de Cantos de vida y esperanza, un libro genial de Rub¨¦n Dar¨ªo -el poeta con o¨ªdo m¨¢s exquisito de nuestra lengua- que tan vinculado estuvo a Madrid. De hecho, quien pase frente al n¨²mero 31 de la calle de Serrano, a nada que levante la vista, podr¨¢ leer la siguiente placa conmemorativa: "El poeta / Rub¨¦n Dar¨ªo / ministro / de Nicaragua / en Espa?a / vivi¨® en esta casa / MCMVIII-MCMIX". Por tanto, entre 1908 y 1909 Rub¨¦n Dar¨ªo vivi¨® en esta finca en cuya planta a ras de calle hay ahora una tienda que a ¨¦l, dada su intensa y declarada pasi¨®n por las mujeres, le habr¨ªa, sin duda, encantado: Pronovias Costura. Contemplar los modelitos de novias que exhibe la tienda en el escaparate mientras uno recuerda los versos "Plural ha sido la celeste / historia de mi coraz¨®n...", de su maravilloso poema Canci¨®n de oto?o en primavera, invita a las m¨¢s rom¨¢nticas enso?aciones. Los versos de este poema -"Miraba como el alba pura; / sonre¨ªa como una flor. / Era su cabellera obscura / hecha de noche y de dolor"-, los versos de este poema de Cantos, digo, si suprimimos la palabra dolor, que es s¨®lo para Semana Santa, parecen escritos para hacer publicidad de vestidos de novias. Asociar a Cervantes y a Rub¨¦n Dar¨ªo tiene el mayor sentido. Cervantes revolucion¨® la novela y Rub¨¦n Dar¨ªo, que en Cantos escribi¨® Un soneto a Cervantes, magn¨ªfico, revolucion¨® la poes¨ªa.
Cervantes es el escritor m¨¢s importante de nuestra lengua porque ha sido el autor que ha tenido mayor influencia en las literaturas de m¨¢s lenguas. Son tantas las decenas de novelistas de primer nivel que han aprendido una parte muy importante de su oficio leyendo el Quijote que este colosal magisterio justifica que le dediquemos perennes sahumerios. Cervantes ya est¨¢ situado para el gran p¨²blico como el supremo novelista que es. Ahora ya s¨®lo falta que los autores de historias de la Literatura lo descubran como lo que tambi¨¦n es: un gran autor teatral y, contra lo que por ignorancia se dice por ah¨ª, incluido el editorial, de hace unos meses, de un diario madrile?o, es tambi¨¦n un soberbio poeta.
Dar¨ªo es equiparable al griego P¨ªndaro y al latino Horacio: los tres fueron maestros supremos en m¨¦trica y en perfeccionismo formal. Dar¨ªo es la depuraci¨®n de Garcilaso, G¨®ngora y Quevedo m¨¢s la asimilaci¨®n de la poes¨ªa simbolista francesa. Para decirlo gr¨¢ficamente, Rub¨¦n Dar¨ªo es el Ronaldinho de nuestra poes¨ªa: une la t¨¦cnica m¨¢s total junto con la potencia depredadora del genio. Hacen, con id¨¦ntica facilidad, juegos malabares y goles tan decisivos como espectaculares.
Iba el martes pasado hacia el teatro Reina Victoria, que est¨¢ junto a la plaza de Canalejas, donde nos esperaba el pen¨²ltimo espect¨¢culo quijotiano, cuando mi memoria vol¨® al ¨¢mbito del hampa sevillana donde se desarrolla la novela cervantina Rinconete y Cortadillo. La Carrera de San Jer¨®nimo nos lleva a Sol por donde ahora hay que circular con los ojos bien abiertos pues pululan por la zona artistas del hurto de varias nacionalidades. En el Reina Victoria una coproducci¨®n de L'Om Imprebis y de Teatres de la Generalitat Valenciana, con direcci¨®n de Santiago S¨¢nchez, represent¨® Quijote, una extraordinaria adaptaci¨®n de la novela. El texto es de Juan Margallo y Santiago S¨¢nchez. Los actores Vicente Cuesta -Don Quijote-, Sandro Cordero -Sancho Panza- y otros nueve actores m¨¢s generan una aut¨¦ntica fiesta en la escena. Tras la representaci¨®n, llegaban a la Carrera de San Jer¨®nimo ecos de la gran banda de Nando Gonz¨¢lez y los Gerundios, que hab¨ªan tocado la v¨ªspera en la sala Clamores. Eran las doce de la noche, la gente caminaba por la animada Gran V¨ªa y record¨¦ este verso rubeniano de homenaje a la Navidad: "Y hacia Bel¨¦n..., ?la caravana pasa!".
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