Cr¨¦ditos para los excluidos del mercado
Nueve cajas de ahorros prestan 54 millones con microcr¨¦ditos a personas sin avales ni recursos
Tanto tienes, tanto vales. El refr¨¢n, aplicado siempre en el mundo financiero, tiene excepciones. Nueve cajas han desarrollado un sistema de ayuda a personas con escasos recursos (inmigrantes, mujeres, marginados) para que puedan salir adelante aunque no tengan avales, siempre que cuenten con un proyecto interesante. Han concedido 54 millones de euros. El microcr¨¦dito, que naci¨® en Bangladesh en los setenta, arranc¨® en Espa?a hace cuatro a?os, aunque alguna caja, como BBK, apoya a estos colectivos desde 1997. En los ¨²ltimos cuatro a?os las ayudas se han multiplicado por 40, y seguir¨¢ as¨ª porque hay 28 cajas interesadas. La Caixa es la entidad l¨ªder, con 20 millones concedidos.
Los cr¨¦ditos, concedidos sobre todo a mujeres, son de unos 9.000 euros de media, con un inter¨¦s cercano al 4% y una morosidad del 4,5%
Parec¨ªa un asunto que s¨®lo pod¨ªa interesar a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. En la rica Europa, sostuvieron muchos expertos, no tiene sentido implantar los microcr¨¦ditos, que son pr¨¦stamos que oscilan entre los 8.000 y los 25.000 euros que se conceden sin garant¨ªas. Gran error. Entre la opulencia europea hay bolsas de pobreza y, sobre todo, hay una importante poblaci¨®n que ha ca¨ªdo o est¨¢ a punto de caer en la exclusi¨®n social. No en vano, seg¨²n C¨¢ritas, en Espa?a hay 800.000 personas que viven en la extrema pobreza, con menos de 90 euros al mes. La llegada masiva de inmigrantes est¨¢ agudizando este problema.
El sistema financiero presta dinero a los emprendedores, pero siempre pide garant¨ªas o avales a cambio. Existen personas que no tienen recursos, pero s¨ª empuje e ideas para abrir un comercio, un restaurante, organizar una cuadrilla de alba?iles, un centro de ayuda a mayores, un local para celebrar cumplea?os de ni?os, etc¨¦tera.
Quiz¨¢ con alg¨²n retraso, un grupo de cajas se ha lanzado a esta actividad, creada por el economista Muhammad Yunus. "Nunca ser¨¢ rentable", se?ala el presidente de Caja Granada y presidente de la Asociaci¨®n de Cr¨¦dito Prendario, Antonio Claret Garc¨ªa. "No obstante", opina Claret, "las cajas debemos estar aqu¨ª porque es una vuelta a la vocaci¨®n inicial que tuvimos en nuestro nacimiento, ya que en los montes de piedad, aut¨¦ntico origen de las cajas, se pide como garant¨ªa una prenda que queda empe?ada. En los microcr¨¦ditos, la garant¨ªa es la confianza en la capacidad y el esfuerzo de la persona, su mejor aval". Adem¨¢s, Claret a?ade que "esta caracter¨ªstica siempre nos diferenciar¨¢ de los bancos".
Nueve cajas de ahorros concedieron en los ¨²ltimos cuatro a?os un total de 4.116 microcr¨¦ditos por un importe que super¨® los 54 millones de euros. Por cada cr¨¦dito se crea de media 2,5 puestos de trabajo. Estas cifras se completan con los microcr¨¦ditos concedidos por las cajas en colaboraci¨®n con el Instituto de Cr¨¦dito Oficial (ICO), unos 500, con un volumen de 10 millones de euros.
El pr¨¦stamo medio es de 9.000 euros, a un tipo de inter¨¦s medio del 4%. La tasa de morosidad oscil¨® entre el 4,18% y el 4,8%, aunque "cada vez es m¨¢s baja", seg¨²n Santiago Carb¨®, responsable de la edici¨®n del Libro Blanco del microcr¨¦dito. El 78% de los beneficiarios era de origen extranjero, y su perfil respond¨ªa al de una mujer de unos 35 a?os, con una idea clara de crear una peque?a empresa, principalmente en el sector servicios.
Claret manifest¨® que en poco tiempo todas las cajas de ahorros acabar¨¢n por ofrecer microcr¨¦ditos, si bien hoy la lista de activas e interesadas s¨®lo incluye a 28 de 46 que existen, con relevantes ausencias como Caja Madrid, la segunda entidad del sector. Las cajas consideran que esta herramienta es eficaz en la lucha contra la pobreza y en favor de la cohesi¨®n social. En muchas ocasiones, los interesados llegan hasta las cajas a trav¨¦s de fundaciones, asociaciones, ONG o ayuntamientos con los que tienen establecidos convenios.
Sin embargo, las cajas nunca dejan de ser entidades financieras, incluso cuando conceden estos pr¨¦stamos, por lo que deben cumplir las normas contables establecidas por el Banco de Espa?a. Este asunto se ha resuelto de manera distinta entre las diferentes entidades. En La Caixa, la primera del sector y tambi¨¦n en esta actividad, ha separado la obra social de los microcr¨¦ditos. Seg¨²n Marcelo Abbat, responsable de esta actividad en La Caixa, los microcr¨¦ditos se garantizan "con los recursos propios de la entidad y se dota un 1% del importe, igual que cualquier otro pr¨¦stamo. El ¨²nico aval es de tipo moral, y procede de la asociaci¨®n que nos presenta el proyecto. En la comisi¨®n que analiza el proyecto, la mitad es personal de la obra social y la otra mitad del departamento de riesgos". De los 1.500 microcr¨¦ditos, el 75% ha ido a parar en mujeres y un 25% en hombres, de los cuales el 66% es espa?ol y, el resto, extranjero.
En la Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) empezaron con la ayuda a los j¨®venes sin recursos y marginados desde 1997 a trav¨¦s de sus fundaciones, Gazte Lanbidean y Solidarioa. Las 1.451 operaciones financiadas por esta entidad re¨²nen los requisitos habituales de un cr¨¦dito, es decir, est¨¢n dentro de su balance y dotados, con la salvedad de que est¨¢n avaladas por alguna de sus fundaciones. "El cliente entra en el circuito financiero", apuntan en la caja, aunque el aval, finalmente, procede de una fundaci¨®n que est¨¢ dotada con la obra social. Las fundaciones, a su vez, tienen convenios con organizaciones sociales que les presentan los proyectos. Los titulares de estos cr¨¦ditos son j¨®venes, emigrantes, mujeres en riesgo de exclusi¨®n, parados de larga duraci¨®n y discapacitados.
Caja Granada, convertida en motor de esta actividad en el sector, tiene otro modelo. La obra social de la entidad dota con 600.000 euros anuales la Fundaci¨®n Caja Granada para el Desarrollo Solidario. Al ser dinero de la obra social, no necesita dotaciones ni avales. Esta fundaci¨®n est¨¢ asociada a una organizaci¨®n de ex ejecutivos y empresarios que analizan la viabilidad de los proyectos presentados. El 63% de los microcredistas es mujer y, de ellas, el 60% es inmigrante.
Un 'delicatessen' en Granada y un taller en Bilbao
Maxim es el nombre de comercio de delicatessen de productos n¨®rdicos y rusos, situado en Granada capital. Para cualquier cliente no dejar¨¢ de ser una tienda m¨¢s, como tantas. Sin embargo, esconde una historia diferente porque est¨¢ creado gracias a un microcr¨¦dito de Caja Granada. Es decir, a sus propietarios, Victoria Plugaru, rusa, y a su marido, Alexandru Plamadeala, les concedieron 12.000 euros a un bajo tipo de inter¨¦s y con la ¨²nica garant¨ªa de su palabra.
"Estuvimos en varios bancos, pero nos ped¨ªan muchos papeles. Cuando los entreg¨¢bamos, dec¨ªan que necesit¨¢bamos m¨¢s", comenta Victoria. Un amigo argentino les dijo que, a trav¨¦s de la fundaci¨®n de Caja Granada, pod¨ªan acceder a un cr¨¦dito y en marzo pasado abrieron la tienda. "Era nuestra ilusi¨®n. Ahora somos felices", resumen.
Mar¨ªa Luis G¨®mez Barriga es vecina de Bilbao. Tiene 45 a?os, est¨¢ separada, con dos hijos. Un d¨ªa oy¨® por la radio que la Fundaci¨®n Gazte Lanbidean de la BBK ayudaba a gente sin avales, pero con proyectos. Tras a?os trabajando en situaci¨®n irregular en un taller textil, decidieron, ella y su compa?era Yolanda, pedir 18.000 euros. Abrieron un taller de confecci¨®n de ropa de hogar que s¨®lo vende a tiendas.
"Estamos encantadas. Trabajamos mucho, pero es para nosotras. Adem¨¢s, al principio la caja nos ayud¨® con la contabilidad", dice Mar¨ªa Luisa.
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