Miedo a la libertad

Hay miedo a la libertad. Miedo a la libertad verdadera, esa que coloca la responsabilidad en manos del ciudadano, esa que no teme a la iniciativa social de personas y entidades, esa que fomenta la libertad de opciones, esa libertad que desconf¨ªa de la burocracia del Estado que nos hace a todos un poco m¨¢s in¨²tiles, esa que asume el principio de subsidiaridad -el Estado llega adonde los ciudadanos no pueden-.

Y ese miedo a la libertad se recoge en la Ley Org¨¢nica de la Educaci¨®n (LOE). Miedo a la libertad que termina convirti¨¦ndose en algo parecido al totalitarismo cuando el Estado pretende uniformar la educaci¨®n y cerrar el paso a la iniciativa social que reclama lo que en justicia le corresponde, que le devuelvan sus impuestos a trav¨¦s de los colegios p¨²blicos, pero tambi¨¦n otorgando conciertos a los colegios de iniciativa social, que adem¨¢s nos ahorran dinero a todos (el costo del puesto escolar en un colegio concertado es el 62 % del costo escolar del colegio p¨²blico).

Miedo a la libertad que termina pretendiendo el adoctrinamiento de los ciudadanos y que busca silenciar las voces que no est¨¢n de acuerdo con la ideolog¨ªa del gobierno de turno. Y ah¨ª se enmarcan las clases de religi¨®n, demandadas por el 80% de los ciudadanos pero a las que el Gobierno les niega el pan y la sal.

?Dejen ustedes hacer! ?No tengan miedo a la libertad! Gasten sus energ¨ªas en otras cosas. No dilapiden esa capacidad de gesti¨®n de multitud de particulares, de asociaciones, de instituciones. Apoyen la iniciativa social de los ciudadanos.

Apuesten por la libertad. Este pa¨ªs se lo merece.