Mujeres, en la elite

Lo escuch¨¦ la otra tarde en el Caf¨¦ Cinema que hay frente a mi casa, acodado en la barra y expuesto a la mirada amiga y bienhechora de Ana y de Susana. "El deporte en Alicante tiene nombre de mujer", dijo alguien desde la sucinta atalaya de un taburete, "ah¨ª est¨¢n Isabel Fern¨¢ndez, Miriam Blasco, el C. A. Montemar y sus chicas de gimnasia r¨ªtmica". "S¨ª", inquiri¨® un buen amigo, "pero esta ciudad a la que quiero como a mi vida es de un machismo visceral y obstinado". Y claro, salt¨® el ejemplo del Mar Alicante, el equipo que m¨¢s ¨¦xitos cosech¨® el pasado a?o en la alta competici¨®n y que, sin embargo, sigue sufriendo el desd¨¦n y la desatenci¨®n del p¨²blico, de los medios y de la mayor¨ªa de las instituciones. Porque no es de recibo que un conjunto de mujeres que compite en la divisi¨®n de honor del balonmano nacional, un equipo que se mueve en la elite del deporte y pasea el nombre de Alicante por toda la geograf¨ªa, no despierte mayor inter¨¦s que el de unos cuantos incondicionales y una directiva heroica que asume con m¨¦rito la incomprensi¨®n reinante. Bien est¨¢ que nuestro H¨¦rcules (de segunda divisi¨®n, no lo olvidemos) y el Etosa de Trif¨®n y sus chicos muevan cada domingo a miles de aficionados, pero conviene recordar que el Mar Alicante acab¨® s¨¦ptimo la pasada temporada, jug¨® la Copa de la Reina y ahora mismo se encuentra a dos puntos del cuarto puesto. Con un presupuesto muy inferior al del pasado a?o, el equipo femenino que preside Toni Navarro est¨¢ haciendo la machada de mantenerse arriba y de deleitar a quienes lo siguen de cerca. La f¨®rmula no es otra que el esp¨ªritu de equipo, la magia de saber unir que Santiago Bri¨¢n ha contagiado a sus jugadoras. El resto es cosa de ellas, de Michela, Cristina, Chuchi, Marta, M? del Mar, Gemma, Laura, Alexia, Yaiza, Rebeca, Annuskha, M? Paz, Rosa, Estefan¨ªa, Patricia y Nerea.

Lo siento por ellas y por ellos, porque su gratitud y su entusiasmo resuenan en la oquedad de un pabell¨®n semivac¨ªo, pero sobre todo lo siento por los que se pierden, semana tras semana, la emoci¨®n que reparte uno de los mejores equipos del balonmano nacional.