La polic¨ªa francesa ocult¨® durante d¨ªas el asalto a un tren
Un grupo de j¨®venes provoc¨® graves incidentes el d¨ªa de A?o Nuevo en la l¨ªnea Niza-Lyon
El tren de Niza a Lyon del 1 de enero se transform¨® en una pesadilla para sus 600 pasajeros, que fueron asaltados, amenazados, golpeados y sexualmente vejados por un grupo de j¨®venes -20, 30 o 100; el n¨²mero var¨ªa seg¨²n las versiones- que se apoder¨® del convoy. La noticia, ocultada por la polic¨ªa durante tres d¨ªas y en la que se muestra una grave ineficacia, ha causado un esc¨¢ndalo pol¨ªtico y una nueva refriega entre los dos sectores del Gobierno franc¨¦s.
El jefe de la polic¨ªa local, Georges Gasparini, despach¨® el incidente un d¨ªa despu¨¦s con una declaraci¨®n optimista: "Deb¨ªan de ser alrededor de un centenar. Iban borrachos y los metimos en el tren en Niza. No pas¨® nada". El comisario, y sus jefes policiales y pol¨ªticos, olvidaron algunos detalles, conocidos ayer, que son los que han provocado el esc¨¢ndalo.
El tren arranc¨® de Niza con su cargamento de j¨®venes bebidos bajo el control de agentes de polic¨ªa apoyados con perros. Pero al llegar a la estaci¨®n de Saint-Raphael, ¨¦stos se apearon con sus canes y dieron por concluida su misi¨®n. Sin autoridad alguna a bordo, un grupo de esos j¨®venes liderado (seg¨²n los testigos) por Aziz Ed Doubia y Ashraf Bouzizoua, marroqu¨ªes radicados en Avi?¨®n, comenz¨® a extorsionar al pasaje. Carteras, tel¨¦fonos m¨®viles, walkmans, joyas, dinero, cualquier objeto sin importar su valor fue requisado. Uno de los cabecillas manose¨® a una joven en medio de las risotadas de sus seguidores, muchos de ellos menores, que le jaleaban. El jefe, cada vez m¨¢s violento en sus modos, se dirigi¨® despu¨¦s a los aterrados pasajeros: "Y ahora a callar. El que nos denuncie no lo contar¨¢".
Al entrar en la estaci¨®n de Les Arcs (un pueblo de 4.400 habitantes y que cuenta con tres agentes de polic¨ªa), el conductor, que hab¨ªa lanzado la alerta, detuvo el convoy a la espera de refuerzos. El tren estuvo parado 108 minutos. Muy pocos viajeros lograron escapar debido a que las puertas estaban bloqueadas. Cuando el tren arranc¨® de nuevo llevaba en su interior a varios gendarmes. Con la ayuda de tres testigos -todos los dem¨¢s viajeros renunciaron a presentar denuncias- detuvieron a los dos l¨ªderes, uno de ellos carec¨ªa de permiso de residencia, y un menor.
Antes de llegar al final del trayecto, donde les esperaba un regimiento especialmente preparado para capturarles, alguien tir¨® de la alarma y el tren se detuvo. Los j¨®venes rompieron algunos cristales y se lanzaron por las ventanas llev¨¢ndose consigo el bot¨ªn. La polic¨ªa pudo detener a otros tres, tambi¨¦n menores.
"Los culpables ser¨¢n identificados y castigados como se merecen", ha prometido el presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac. "La polic¨ªa y la SNCF [sociedad estatal de los ferrocariles franceses] tienen que garantizar la seguridad de los viajeros". La frase, tras el fracaso en el control de los incendiarios de coches y de la protecci¨®n de un tren que la misma polic¨ªa llen¨® de j¨®venes borrachos, ha causado estupor. Pero labronca pol¨ªtica parece dirigirse de nuevo contra el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, enemigo pol¨ªtico de Chirac, y contra esa misma SNCF a la que el Gobierno fuerza a sucesivas reducciones de personal.
Los socialistas se declaran "estupefactos y espantados" y aseguran que lo ocurrido constata "la triste realidad de la agravaci¨®n de la inseguridad en todo el territorio". Los hechos -ataque protagonizado por j¨®venes inmigrantes, algunos sin papeles, aprovechando el desmantelamiento del servicio p¨²blico, sirvi¨¦ndose de un precio de favor y en medio de la falta de reacci¨®n policial- parecen dise?ados por un guionista de la extrema derecha que prepara al electorado ante las pr¨®ximas citas con las urnas.
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