La v¨ªa de Evo Morales

Las empresas y el Gobierno espa?ol har¨¢n lo que est¨¦ en sus manos para ayudar a Evo Morales, presidente electo de Bolivia, en dif¨ªciles circunstancias con un pa¨ªs dividido social y territorialmente. Zapatero se ha comprometido a condonar la mayor parte de la deuda de Bolivia con Espa?a para dedicar esos fondos a programas de alfabetizaci¨®n, un compromiso que se adopt¨® ya en la reciente Cumbre Iberoamericana de Salamanca. Pero Morales, que est¨¢ demostrando saber escuchar, tambi¨¦n debe aportar lo suyo, y tranquilizar a los inversores y a los Gobiernos extranjeros, pues los necesita.

Que el primer desplazamiento al exterior tras su elecci¨®n por mayor¨ªa absoluta en la primera vuelta haya sido a La Habana para abrazarse con un periclitado dictador como Fidel Castro no parece un paso sensato ni una apuesta por la democracia, por mucho que el r¨¦gimen cubano, como el venezolano, le haya apoyado en su campa?a electoral. Sumarse, al menos verbalmente, a la alianza "antiimperialista" y "antineoliberal" de Castro y Ch¨¢vez, o recuperar la figura del Che Guevara, s¨®lo que sin armas, no servir¨¢ los intereses de Bolivia ni de los bolivianos. Morales no debe sumarse a un mal eje, ni tiene por qu¨¦ elegir entre Castro-Ch¨¢vez y Bush. M¨¢s vale que diversifique sus aliados internacionales, por mucho que la Venezuela de Ch¨¢vez le pueda aportar ayudas directas que a corto plazo le ser¨¢n ¨²tiles.

Evo Morales es el primer indio elegido presidente de Bolivia y, como tal, representa una novedad de suma importancia. Ha reivindicado el indigenismo, y desde el altiplano ha logrado derribar a dos Gobiernos antes de ganar unas elecciones limpiamente y en la primera vuelta, reflejo de una voluntad de cambio y de rechazo de la corrupci¨®n. Lo ha logrado con el apoyo de las clases bajas y despose¨ªdas, pero tambi¨¦n de una parte de la clase media, cuya confianza habr¨¢ de revalidar en elecciones legislativas, pues Morales no controla el Parlamento. Deber¨¢ dedicarse a fondo a esa "cultura del di¨¢logo" que ayer proclam¨® en Madrid.

Su viaje a Espa?a, dentro de un periplo planetario que le llevar¨¢ a Francia, Bruselas, ?frica del Sur, Brasil y Pek¨ªn, antes de tomar posesi¨®n el pr¨®ximo d¨ªa 22, ha tranquilizado de momento al Gobierno y a las empresas espa?olas, que ayer volvieron a apostar por sus inversiones en Bolivia. Pero todos est¨¢n a la espera de "un cierto cambio en las reglas del juego", en palabras del ministro de Industria, Jos¨¦ Montilla, tras los compromisos electorales asumidos por Morales en materia de nacionalizaci¨®n de los hidrocarburos. Habr¨¢ que esperar a mayores concreciones. Entretanto, cabe confiar en que el presidente Morales construya su propio proyecto, en lugar de sumarse al de otros.