La tradici¨®n
Un juez italiano ha ordenado a un cura que comparezca en audiencia y aporte pruebas que demuestren que Jes¨²s existi¨®. Admite a tr¨¢mite la querella de un ingeniero contra un p¨¢rroco de la ciudad de Viterbo. Le acusa de incurrir en el delito de "abuso de la credulidad del pueblo". No est¨¢ mal. Acabada la Navidad, como es la fecha en la que estamos, nos dejaran una citaci¨®n del juzgado para comparecer por seguir la tradici¨®n y el misterio de estas fiestas. Y la verdad es que, dado como est¨¢n evolucionando las fiestas y algunos comportamientos eclesi¨¢sticos terrenales, nada hace presumir que no llegue a suceder. Despu¨¦s de todo si a los grupos pol¨ªticos se les exige acomodarse a la Constituci¨®n tambi¨¦n se les puede reclamar a los eclesi¨¢sticos de este mundo si se dedican a consagrar la pol¨ªtica de unos y satanizar la de otros.
Claro que tambi¨¦n puede suceder que estemos empezando a olvidar nuestra historia y, sobre todo, nuestra cultura y este desmoronamiento traiga cosas tan peregrinas como las del juez italiano. Son, ya, muchos los a?os en lo que nos invade Santa Claus con su reno. Una tierra, la andaluza, donde las palmeras han formado parte de su paisaje y el desierto tiene nombre propio en Tabernas, no se qu¨¦ hace aceptando con naturalidad este tipo de invasiones. Nuestra cultura navide?a, mal que le pese a este juez, es una cultura cristiana, de misterio, de magia y de oriente que cierra sus ilusiones con la cabalgata de los Reyes Magos. Incorporar, sin ning¨²n grado de medida, este reno a un paisaje de arena y olivos, puede hacer que naufraguen estas fiestas y las ilusiones que le acompa?an. Es lo que ocurre con estas apuestas que miran m¨¢s por el perifollo que por la tradici¨®n. Ahora, bien, tampoco hay que sorprenderse, despu¨¦s de todo hay algunos que han tratado de convencernos que los Reyes no vienen de Oriente ni de Laponia, sino que ahora vienen de las Azores.
Conf¨ªemos, sin dejarlo al azar, que este a?o que comienza nos lleve por las tierras de siempre y por ese mar que nunca ha sido frontera sino lugar de sue?os y de encuentro entre Oriente y Occidente. Sigamos, pues, creyentes y menos, con nuestra tradiciones de siempre y pasado ma?ana, cuando sea lunes, a trabajar.
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