?Qui¨¦n puede con la corrupci¨®n?
La corrupci¨®n deteriora la calidad de vida de las personas en todo el mundo, no s¨®lo en los pa¨ªses pobres. Actualmente se est¨¢n viviendo en Estados Unidos varios esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. Hasta el Organismo Federal para la Gesti¨®n de Emergencias, responsable de proporcionar ayuda tras desastres naturales y cat¨¢strofes provocadas por el hombre, estaba en manos de compinches pol¨ªticos ineptos y no de profesionales. Cuando el hurac¨¢n Katrina golpe¨® las costas de EE UU, esa incompetencia result¨® mortal. Todas las sociedades requieren un gobierno eficaz que pueda proporcionar servicios p¨²blicos e infraestructuras vitales e insustituibles. Los Estados est¨¢n investidos de poderes ¨²nicos, en especial las competencias de control policial y judicial. Pero estos poderes son tambi¨¦n f¨¢cilmente objeto de abuso.
El petr¨®leo, el gas, los diamantes y otros minerales preciosos fomentan la corrupci¨®n porque los gobiernos pueden vivir sin pactar con sus sociedades
En los pa¨ªses m¨¢s pobres, donde el analfabetismo es elevado, la gente desesperada est¨¢ sometida a la manipulaci¨®n de los poderes p¨²blicos y hay una falta de control independiente a trav¨¦s de los medios y de las organizaciones profesionales, los poderes p¨²blicos s¨®lo se enfrentan a un d¨¦bil control de la sociedad. Tienden a ser m¨¢s d¨¦spotas y corruptos, no porque a los pobres les importe menos el buen gobierno, sino porque carecen de los medios para imponer disciplina a sus dirigentes y obligarles a cumplir la ley. Una trampa en la que la pobreza causa mal gobierno y el mal gobierno causa pobreza; una doble espiral descendente que puede conducir a una privaci¨®n tan extrema que el Estado, carente de ordenadores, tel¨¦fonos, sistemas de informaci¨®n y funcionarios preparados, no podr¨ªa funcionar con honradez aunque quisiera. El resultado puede ser el hundimiento en una especie de anarqu¨ªa, como en Liberia, Sierra Leona y Somalia.
Una medida de la calidad de gobierno en m¨¢s de 150 pa¨ªses la proporciona Transparencia Internacional, una organizaci¨®n dedicada a reforzar la sociedad civil en la lucha contra la corrupci¨®n estatal. Publica anualmente una lista de "percepciones de corrupci¨®n" que mide la opini¨®n p¨²blica respecto a la extensi¨®n de la corrupci¨®n en cada pa¨ªs. En la lista de 2005, Islandia se situ¨® como el pa¨ªs menos corrupto, al que segu¨ªan de cerca los pa¨ªses escandinavos, Nueva Zelanda y Singapur. Estados Unidos se situ¨® en el n¨²mero 17 desde arriba, una posici¨®n no demasiado gloriosa para la principal potencia mundial. En general, cuanto m¨¢s pobre es el pa¨ªs, m¨¢s bajo es el puesto que ocupa en la lista: empatados en ¨²ltimo lugar se encuentran Chad y Bangladesh.
Los pa¨ªses africanos subsaharianos son por t¨¦rmino medio menos corruptos que pa¨ªses con el mismo nivel de renta de otras partes del mundo. Por ejemplo, Burkina Faso, Ghana, Mal¨ª y Ruanda se encuentran en puestos mucho m¨¢s elevados que Bangladesh, Indonesia, Pakist¨¢n y Vietnam. Pero las econom¨ªas de los pa¨ªses asi¨¢ticos han tendido a crecer con mucha mayor rapidez en la pasada generaci¨®n. Por consiguiente, la corrupci¨®n no puede ser el ¨²nico factor que mantiene a ?frica rezagada. Los problemas de dicho continente est¨¢n m¨¢s relacionados con las sequ¨ªas, la malaria, el sida y la falta de infraestructuras. Los pa¨ªses pobres alcanzan niveles de corrupci¨®n m¨¢s bajos cuando se protegen los derechos civiles. En ?frica, los pa¨ªses menos corruptos como Ghana tienen una protecci¨®n mucho mayor de las libertades civiles que pa¨ªses m¨¢s tendentes a la corrupci¨®n como Chad y Etiop¨ªa, que tambi¨¦n son a¨²n m¨¢s pobres.
La corrupci¨®n es m¨¢s elevada en los pa¨ªses productores de gas y petr¨®leo. Los recursos naturales como el petr¨®leo, el gas, los diamantes y otros minerales preciosos fomentan la corrupci¨®n, porque los gobiernos pueden vivir a costa de los beneficios obtenidos con la exportaci¨®n sin tener que pactar con sus propias sociedades.
Fortaleciendo la sociedad civil -mediante los derechos jur¨ªdicos y el desarrollo econ¨®mico a largo plazo- e instituyendo normas claras para garantizar la responsabilidad, se controlar¨¢n el despotismo y la corrupci¨®n. Por consiguiente, deber¨ªamos ser tajantes a la hora de defender las libertades civiles. El mundo rico deber¨ªa ofrecer a las regiones empobrecidas, como el ?frica subsahariana, m¨¢s apoyo econ¨®mico para necesidades concretas -control de la malaria, producci¨®n de alimentos, agua potable e higiene- cuyo cumplimiento se puede vigilar para enfrentarse a la corrupci¨®n. Al aumentar el nivel de vida, tambi¨¦n dar¨ªamos a la sociedad civil y a los gobiernos pobres capacidad para defender el sistema de derecho.
Jeffrey Sachs es catedr¨¢tico de Econom¨ªa y director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia.
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