Una decisi¨®n eminentemente pol¨ªtica
Como consecuencia del plan de la Comisi¨®n Europea de recortar su plantilla de traductores de espa?ol, el tema de la lengua espa?ola en las instituciones europeas ha estado de actualidad estas ¨²ltimas semanas. Se trata de un tema recurrente que aparece en la prensa durante unos pocos d¨ªas y desaparece enseguida sin dejar rastro. Mientras tanto, el castellano sigue perdiendo peso espec¨ªfico en las instituciones europeas.
Si con este plan se pretendiera ¨²nicamente recortar un posible exceso de plantilla o reducir el volumen de traducci¨®n al espa?ol en la Comisi¨®n Europea, no valdr¨ªa la pena prestar excesiva atenci¨®n al asunto. Sin embargo, al tratarse de una reducci¨®n general de la plantilla de traductores de todas las lenguas, excepto de tres (alem¨¢n, franc¨¦s e ingl¨¦s), lo que de verdad pone de manifiesto este plan es la voluntad manifiesta de las autoridades de la Comisi¨®n de reducir y de imponer de facto un r¨¦gimen triling¨¹e limitado a esas lenguas. Es lo que se pretend¨ªa hace unos meses en la sala de prensa, es lo que se pretende ahora y es por lo que se est¨¢ elaborando con ah¨ªnco en todos los ¨¢mbitos de trabajo de la Uni¨®n Europea. La tendencia no es nueva, pero ha adquirido formas m¨¢s precisas despu¨¦s de la ¨²ltima ampliaci¨®n, que ha supuesto un claro desplazamiento del eje de Europa hacia el Este.
Lo que est¨¢ en juego es el uso y el lugar del espa?ol, y de 'lo espa?ol', en toda Europa
La Comisi¨®n quiere reducir e imponer 'de facto' un r¨¦gimen limitado al alem¨¢n, el franc¨¦s y el ingl¨¦s
Como de costumbre, los responsables del plan han salido al paso para quitarle importancia al asunto, han aducido motivos "pr¨¢cticos" y "t¨¦cnicos" para justificar esta medida y, de paso, han contribuido a crear no poca confusi¨®n sobre conceptos esenciales en el ¨¢mbito ling¨¹¨ªstico europeo, tales como los conceptos de "lenguas oficiales" y "lenguas de trabajo".
A estas alturas, conviene que todos tengamos claro que:
1. Seg¨²n la normativa en vigor (el reglamento n¨²mero 1), la lengua espa?ola es lengua oficial y de trabajo de las instituciones de la Uni¨®n Europea y tiene, por tanto, exactamente el mismo rango que el franc¨¦s, el ingl¨¦s o el alem¨¢n.
No existen, por tanto, "lenguas de procedimiento", ni "lenguas procedimentales", ni "lenguas de comunicaci¨®n", ni "lenguas mayoritarias", ni "lenguas b¨¢sicas", ni otras denominaciones m¨¢s o menos fantasiosas mediante las cuales s¨®lo se pretende curiosamente otorgar a las tres lenguas citadas el trato preferente que los textos legales vigentes no les reconocen.
2. En caso de que la Comisi¨®n hubiera adoptado en alg¨²n momento de su historia algo parecido a un r¨¦gimen triling¨¹e -no conozco a nadie que haya podido demostrarlo-, esa soluci¨®n no ser¨ªa m¨¢s que un simple "apa?o", una "componenda", que en ning¨²n caso puede considerarse como una norma consolidada e intocable.
3. Admitiendo que la Comisi¨®n hubiera establecido a nivel interno un r¨¦gimen ling¨¹¨ªstico restringido, se tratar¨ªa de un r¨¦gimen para su uso y consumo interno. No se entiende la aplicaci¨®n de ese r¨¦gimen restringido a todos los actos (comunicaciones, informes, libros de diferentes colores, propuestas, etc¨¦tera) adoptados por la Comisi¨®n como tal, que tienen una evidente dimensi¨®n exterior.
En una sociedad democr¨¢tica, que ha erigido el principio de la transparencia en principio fundamental de su acci¨®n de gobierno, es imprescindible garantizar el derecho de acceso a la informaci¨®n de todos los ciudadanos precisamente para seguir suscitando su adhesi¨®n al proyecto europeo.
Resulta sorprendente a este respecto comprobar que la Comisi¨®n renuncia cada vez con mayor frecuencia a publicar todos sus actos en todas las lenguas oficiales. Se da as¨ª la paradoja de que, despu¨¦s de la ampliaci¨®n, oficialmente las instituciones han pasado de 11 a 21 lenguas, pero en la pr¨¢ctica se est¨¢n reduciendo a tres. Es otro s¨ªntoma de la desorientaci¨®n y de las contradicciones en que se encuentra sumido el proyecto europeo.
En todo caso, la decisi¨®n de limitar la utilizaci¨®n de una lengua -y, por tanto, de favorecer el uso de otras- no es una cuesti¨®n meramente t¨¦cnica o presupuestaria, sino eminentemente pol¨ªtica. As¨ª lo han comprendido franceses y alemanes que en la 80? cumbre franco-alemana decidieron apoyarse mutuamente en la defensa de sus lenguas respectivas, y convinieron lo siguiente: "Velaremos por el respeto del pluralismo ling¨¹¨ªstico en las instituciones de la Uni¨®n y estamos decididos a adoptar las medidas necesarias a favor de la utilizaci¨®n del alem¨¢n y del franc¨¦s en las instancias de la Uni¨®n Europea, por ejemplo, favoreciendo el aprendizaje de dos lenguas por parte de los futuros funcionarios europeos (...)", punto 12 de la declaraci¨®n com¨²n franco-alemana, Par¨ªs, 22 de enero de 2003.
Adem¨¢s del compromiso de ambos pa¨ªses a favor de sus lenguas, este acuerdo demuestra su voluntad de no dejar este tema en el ¨¢mbito exclusivamente diplom¨¢tico, sino de llevarlo tambi¨¦n a nivel ministerial y, por tanto, pol¨ªtico. Sus responsables pol¨ªticos entienden sin duda que la defensa de la lengua es fundamental, no s¨®lo por su proyecci¨®n pol¨ªtica y cultural, sino tambi¨¦n por su valor econ¨®mico. Por lo que se refiere espec¨ªficamente al castellano, cabe recordar que, seg¨²n un estudio publicado en 2003 bajo la direcci¨®n del acad¨¦mico ?ngel Mart¨ªn Municio (citado por Jaime Otero), "el espa?ol representa para Espa?a un valor econ¨®mico equivalente al 15% del producto nacional bruto". (Los argumentos econ¨®micos de la lengua espa?ola, ARI, n¨²mero 42/2005, 31-3-2005).
Por consiguiente, lo que Espa?a se juega en este envite no son unos cuantos puestos de traducci¨®n. Lo que est¨¢ en juego realmente es el uso y el lugar del espa?ol -yo dir¨ªa incluso de "lo espa?ol"- en las instituciones europeas y, en definitiva, en toda Europa. A su manera, la Comisi¨®n Europea ha puesto sus cartas boca arriba. Seguramente, otras instituciones van a seguir sus pasos. Les corresponde ahora jugar a las autoridades espa?olas.
Exigir un trato de la lengua espa?ola equivalente al otorgado al franc¨¦s, ingl¨¦s y alem¨¢n, y pedir que todos los actos de la Comisi¨®n est¨¦n en lengua espa?ola parece lo m¨ªnimo que debe exigirse a corto plazo. A medio plazo podr¨ªa crearse una estructura pol¨ªtica (sea cual sea su nombre: observatorio, agencia...) encargada del seguimiento permanente de la lengua espa?ola en el exterior, con capacidad de intervenci¨®n al nivel pol¨ªtico adecuado cuando se produzcan desafueros como el que ahora nos ocupa.
Ser¨ªa un buen colof¨®n para el centenario de la publicaci¨®n del Quijote que acaba de celebrarse.
Jos¨¦ Cuenda Guijarro es traductor de las Comunidades Europeas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.