?frica, una tarea pendiente
La autora repasa la pol¨ªtica de cooperaci¨®n tras la primera visita de un ministro espa?ol a algunos de los pa¨ªses m¨¢s pobres.
?frica no conseguir¨¢ cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio de seguir las cosas como est¨¢n. Es el continente m¨¢s pobre del planeta, m¨¢s castigado por las enfermedades, la hambruna, la sequ¨ªa y las guerras. Todav¨ªa la mitad de los africanos y africanas viven en situaci¨®n de pobreza extrema, un tercio pasa hambre y aproximadamente una sexta parte de la infancia muere antes de cumplir los cinco a?os.
Como dijo el primer y ¨²nico ministro espa?ol de Asuntos Exteriores y de Cooperaci¨®n que ha visitado alguno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta, ?frica no es un continente pobre, sino empobrecido; no es marginal sino marginado; y no es viejo sino joven, por eso el continente y su ciudadan¨ªa deben tener la oportunidad de ser protagonistas de su propio desarrollo.
Se est¨¢ elaborando un plan con acciones como la puesta en marcha de la Casa ?frica
Es en esta tarea de acompa?ar y ayudar a los africanos y africanas en la que ha empezado a trabajar la cooperaci¨®n espa?ola, desde una nueva perspectiva que nada tiene que ver con la compasi¨®n y caridad, sino con la responsabilidad y la obligaci¨®n moral que tenemos de alcanzar un mundo m¨¢s justo.
Ante la importancia del reto que plantea el continente, la cooperaci¨®n espa?ola ha multiplicado por tres la ayuda oficial al desarrollo en ?frica Subsahariana y ha multiplicado por ocho la respuesta humanitaria y de emergencia, destinando por primera vez ayudas a Mal¨ª y a N¨ªger, dos de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo que adem¨¢s est¨¢n sufriendo sequ¨ªas y plagas que agravan a¨²n m¨¢s su situaci¨®n, e ignorados hasta ahora por nuestro pa¨ªs. Tambi¨¦n estamos presentes en las denominadas "crisis olvidadas" como en Malaui y Zimbabue.
Nuestro pa¨ªs participa apoyando entre otras acciones, seis centros m¨®viles de recuperaci¨®n nutricional que dan atenci¨®n a 6.000 ni?os y ni?as de N¨ªger, facilitando el acceso a alimentos b¨¢sicos de 2.800 familias en Mal¨ª, financiando ayuda alimentaria en Malaui y apoyo a los desplazados internos en Zimbabue.
Por eso, desde el primer d¨ªa de la presente legislatura nuestro pa¨ªs ha intensificado su presencia y trabajo, concentrando sus esfuerzos en la cobertura de las necesidades sociales b¨¢sicas, como la salud y la educaci¨®n.
?frica sufre el azote de enfermedades como la malaria, la tuberculosis y el SIDA, por eso queremos incidir en su prevenci¨®n. Junto a los 100 millones de d¨®lares que hemos comprometido al Fondo Global de lucha contra el SIDA durante tres a?os, hemos duplicado nuestra aportaci¨®n al programa ONUSIDA, y por primera vez hemos contribuido al fondo de materiales de salud sexual reproductiva de las Naciones Unidas que permitir¨¢ aumentar el acceso a anticonceptivos en un continente donde la media es de tres preservativos por hombre al a?o. Tambi¨¦n hemos empezado a formar parte de la Alianza Global para la vacunaci¨®n e inmunizaci¨®n con un compromiso para los pr¨®ximos 20 a?os de 240 millones de d¨®lares, que ya en el a?o 2006 con una aportaci¨®n de 12 millones nos permitir¨¢ la vacunaci¨®n completa de un mill¨®n de menores.
Entendemos la educaci¨®n como un derecho universal y b¨¢sico y como principal herramienta para la superaci¨®n de la pobreza y la desigualdad, especialmente las mujeres, por eso desde 2005 formamos parte de la Iniciativa de Acci¨®n R¨¢pida de Educaci¨®n para Todos, que tiene como objetivo el acceso a la educaci¨®n de las ni?as en 13 pa¨ªses de ?frica Subsahariana.
Con el fin de avanzar en la concreci¨®n de esta nueva prioridad se est¨¢ elaborando adem¨¢s un Plan ?frica que contempla acciones concretas, como la puesta en marcha de la Casa ?frica con sede en Canarias, que pretende ser un foro permanente de encuentro e intercambio cultural.
En este mismo contexto se enmarca la gira que el Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperaci¨®n ha realizado recientemente, en la que visitamos seis pa¨ªses; tres de ellos de los 10 m¨¢s pobres del planeta, Mal¨ª, Mozambique y N¨ªger. Un cuarto que preside la Uni¨®n Africana y en el que vive un tercio de toda la regi¨®n subsahariana, Nigeria. Un quinto, Ghana, que en 2006 ser¨¢ miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y un sexto pa¨ªs posconflicto clave en la estabilidad regional como Angola.
Una gira que responde con coherencia a las prioridades de nuestra pol¨ªtica exterior y de cooperaci¨®n, refuerza nuestra apuesta por un multilateralismo activo, se orienta a una mayor interlocuci¨®n con los Gobiernos de pa¨ªses que son emisores de inmigraci¨®n de cara a mejorar la gesti¨®n y ordenamiento de los flujos migratorios, y mejora el conocimiento y di¨¢logo mutuo para potenciar la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones.
Estamos convencidos de la importancia estrat¨¦gica de favorecer que la soluci¨®n y la respuesta a los problemas de la regi¨®n vengan de los propios africanos y africanas, entre los que se va abriendo paso la voluntad de aumentar su protagonismo en la resoluci¨®n de sus crisis. Prueba de ello es que en la configuraci¨®n del nuevo orden geopol¨ªtico ya existen dos respuestas completamente africanas: la NEPAD (Nueva Asociaci¨®n para el Desarrollo de ?frica) y la Uni¨®n Africana. S¨®lo a trav¨¦s de la apropiaci¨®n de su propio desarrollo podr¨¢ ?frica ser due?a de su futuro.
La erradicaci¨®n de la pobreza es el objetivo fundamental de nuestra pol¨ªtica de cooperaci¨®n al desarrollo, una pol¨ªtica que hasta la fecha ha recibido el respaldo de todos los actores de nuestro sistema de cooperaci¨®n.
El compromiso con ?frica no lo es solamente del Gobierno, es de todos los ciudadanos y ciudadanas. Tambi¨¦n lo es de la UE, que precisamente hace meses acord¨® destinar a ?frica la mitad de los aumentos de la ayuda oficial al desarrollo de los pr¨®ximos a?os. La tradicional escasa presencia de nuestro pa¨ªs no lo ha sido de muchos espa?oles, cooperantes, religiosos y empresarios que llevan mucho tiempo trabajando y comprometi¨¦ndose con el desarrollo de esta regi¨®n.
Respaldar la esperanza que existe en el continente africano supone un paso para garantizar su progreso y futuro, que pasa, adem¨¢s, por el ineludible empoderamiento de las mujeres africanas.
Leire Paj¨ªn es secretaria de Estado de Cooperaci¨®n Internacional
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