Pesadilla en Elm Street II
?Le suena algo llamado plan Ibarretxe? ?Pues existe! Y no, no se trata de ning¨²n plan de jubilaci¨®n (aunque a lo mejor s¨ª) ni de un ligue (aunque a lo mejor tambi¨¦n), se trata de un proyecto soberanista que fue tumbado en las Cortes el a?o pasado que, aunque parece quedar lejos, no lo est¨¢ tanto. Ayer mismo era el a?o pasado pero hay que reconocer que pronto har¨¢ un a?o -s¨ª, aunque parezca mentira ha transcurrido casi un a?o- del portazo que recibi¨® el plan del lehendakari sin que por ello se pillara los dedos (a menos que se haga caso a esos miserables que siempre le recuerdan que perdi¨® cuatro esca?os). Comprendo que con esto de los dedos, digo del tiempo, se despiste, sufrido lector, porque se trata del mito del eterno retorno, ya sabe, ¨¦se en que el tiempo se repite c¨ªclicamente para traer peri¨®dicamente cosas como planes o reencarnaciones. Bueno, y si no le despista el tiempo le habr¨¢ despistado el semblante de nuestro lehendakari que ha reaparecido como si se hubiera reencarnado, o sea, con mucha palidez y melancol¨ªa en el semblante pero tambi¨¦n con un plan que, por el contrario, parece m¨¢s bien revigorizado tal vez porque se ha estado alimentando con la sangre de ese mocet¨®n de Andoain conocido m¨¢s bien como Egibar. Porque se trata de un plan vampiro. Lo cre¨ªamos muerto y ha resucitado y s¨®lo porque se alimenta de la sangre de los ancestros. Aunque tambi¨¦n de la de los mocetones de Andoain. Yo no s¨¦ si nuestro lehendakari hizo bien confi¨¢ndole el ata¨²d con el plan al muchachote antes de largarse a viajar en su platillo volante por el cosmos -?d¨®nde ha estado nuestro lehendakari? ?lo habr¨¢n abducido?-, claro que tampoco es seguro que hubiera estado mejor en las manos de esa Vampirella apellidada Zenarruzabeitia. Hombre, Josu Jon si tiene cara de Draculita pero no deben de ser muy compatibles el conde de los vampiros y otro vampiro como el plan, al menos para compartir sarc¨®fago.
Porque ah¨ª parece estar la madre del cordero. Hay quienes quieren creer que esta lucha del Rh la est¨¢ ganado el Rh+, o sea quienes est¨¢n a favor de la m¨¢xima soberan¨ªa, mientras los del Rh- andan a la defensiva (aunque, por si las moscas, tambi¨¦n se apuntan a m¨¢s sangre y menos transfusiones). Lo ¨²nico cierto es que + y - s¨®lo van a poner un plan sobre la mesa. Uno solo. ?Qu¨¦ hay de malo en ello una vez visto lo de Catalu?a? Porque independientemente de lo que pase al final all¨ª siempre ser¨¢ mejor apuntarse a pedir aqu¨ª lo mismo o m¨¢s. S¨ª, cabe la posibilidad de que nuestro lehendakari haya estado viajando por el t¨²nel del tiempo catal¨¢n y que la palidez de su tez se deba a la butifarra (blanca) o las monchetas. Incluso se puede decir que no ha viajado solo o, por lo menos, que ya no lo har¨¢ m¨¢s. Y todo gracias a un conjuro. Bast¨® recitar la palabra Presupuesto y de repente se vio rodeado de unos extra?os amigos o compa?eros de viaje que si ya estaban tragando carros y carretas se disponen a tragar m¨¢s. ?O no ha dicho Ares -ese muchacho que aunque se llame como el dios de la guerra griego no pelea m¨¢s que al rev¨¦s- que permitir¨¢ que le pongan sobre la mesa el famoso plan -hace cosa de un a?o aseguraba con los suyos que nunca se sentar¨ªan con un plan sobre la mesa- con tal de que haya di¨¢logo? Di¨¢logo, ?sobre qu¨¦? Mal estamos. En esta noche de pesadilla en Elm Street o de los muertos vivientes los ciudadanos de a pie no podemos cambiar de canal de modo que nos queda tragarnos el plan -solo, con guarnici¨®n o con recochineo-, las tierras vascas o los mantras poco acordes con la realidad de quien, sin matizar, s¨®lo est¨¢ viendo a una pandilla de asesinos en todos los estamentos del Samb¨®dromo. Hasta 2007 nos queda todo un a?o y nada m¨¢s que un a?o para que meditemos sobre el sentido del voto que nos tocar¨¢ dar. Pero tal y como est¨¢n las cosas no me extra?ar¨ªa que se disparasen las ventas de platillos volantes y decidi¨¦ramos irnos a votar a la constelaci¨®n de Andr¨®meda. Transilvania huele demasiado a fiambre.
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